¡Qué lástima!

Donald Trump siempre se ha caracterizado por su anticuado y espantoso peinado. Llama tanto la atención, que en varias oportunidades ha tenido que asegurar que no usa bisoñé. Pero el amor a su pelo no le impidió apostarlo en una contienda de lucha libre. El magnate aceptó el reto de Vince McMahon, propietario de la Federación Mundial de Lucha Libre (WWE, por su sigla en inglés), que consistía en que ambos fueran representados por dos contrincantes en 'La batalla de los multimillonarios', un evento benéfico. Si el luchador de Trump perdía, McMahon debía afeitarle la cabeza. Pero ocurrió lo contrario y Trump, quien rapó a su adversario, seguirá atormentando a los críticos de la moda con su imagen.