Recuperación asombrosa

La representante a la Cámara de Estados Unidos Gabrielle Giffords estuvo a punto de perder la vida en 2011 cuando un hombre le disparó en un acto público. Aunque se salvó de milagro de la herida que recibió en la cabeza, la recuperación no ha sido nada fácil. Los médicos tuvieron que remover parte de su cráneo para evitar daños mayores y la indujeron a un coma para que el cerebro se desinflamara. Cuando se estabilizó, la congresista no podía hablar bien, sonreír ni moverse como lo hacía antes, así que se sometió a un intenso tratamiento. El resultado de todos sus esfuerzos está plasmado en las fotos que la revista Vogue le tomó con su esposo, el astronauta Mark Kelly, en su casa en Tucson para el reportaje que saldrá el 19 de febrero. El nuevo semblante de la demócrata dista mucho de las primeras imágenes después del tiroteo y, aunque todavía no ha recuperado por completo la movilidad –a veces le cuesta trabajo aplaudir–, sigue activa en su causa política. Ella y su marido están resueltos a trabajar para que se apruebe la ley de control de armas y evitar que se repitan episodios como el que casi acaba con Giffords.