Home

Gente

Artículo

Reservado, poco comunicativo y muy inteligente, Ren logró convertir su pequeña empresa de electrónica en un gigante multinacional.

MAGNATES

Así es Ren Zhengfei, el hombre detrás de Huawei

De origen campesino, con pasado militar y mucho más reservado que otros magnates tecnológicos, Ren logró crear un imperio de la nada. Hoy, en medio de la polémica con Estados Unidos, es el gran héroe de China.

8 de junio de 2019

Hasta hace pocos meses, Ren Zhengfei, uno de los hombres más ricos de China, disfrutaba de una especie de retiro y de una vida tranquila y alejada de los medios, como siempre le había gustado. Nada parecía ir mal: a sus 74 años, Huawei, la empresa que había fundado y dirigido por casi tres décadas, era una de las más grandes del mundo en materia de tecnología.

Tenía cifras sólidas con ganancias por 9.000 millones de dólares en 2018, lideraba la infraestructura para las comunicaciones 5G y era la segunda empresa que más celulares vendía en el mundo, por encima de un gigante como Apple y solo por debajo de Samsung.

Sugerimos leer: Celulares de Huawei dejarán de venir con las aplicaciones de Facebook

Pero los hechos desencadenados desde el año pasado lo sacaron de su ansiado descanso y lo pusieron nuevamente en la luz pública.

Los problemas, en realidad, comenzaron en 2012, cuando legisladores de Estados Unidos acusaron a Huawei de trabajar para el Gobierno chino y de que sus equipos podían espiar a otros países y compañías.

En mayo el Gobierno de Estados Unidos incluyó a Huawei en la lista negra de empresas que no pueden hacer negocios con firmas norteamericanas.

En ese entonces, varias empresas norteamericanas dejaron de usar sus productos, la Unión Europea le abrió una investigación y los Gobiernos de Canadá y Australia la vetaron como contratista. Aun así, Huawei siguió creciendo.

Foto: Huawei es la segunda empresa que más celulares vende en el mundo, por encima de Apple (Getty Images)

El año pasado, sin embargo, las cosas se pusieron feas. En diciembre, los canadienses detuvieron a Meng Wanzhou, una de las hijas de Zhengfei y la jefa financiera de la compañía. Lo hicieron por pedido de Estados Unidos, que la quiere en extradición por supuesto fraude y por violar las sanciones que Donald Trump le impuso a Irán.

Y unos meses después, el mismo Gobierno norteamericano decidió incluir a Huawei en la lista negra de empresas que no pueden hacer negocios con firmas norteamericanas. Eso llevó a que Google, Intel y otras compañías anunciaran hace unos días, y a regañadientes, que suspendían sus negocios con Huawei. Esta determinación, seguramente, la va a dejar sin el sistema operativo Android, que soporta todos sus celulares.

Puede interesarle: Google rompe con Huawei: las aplicaciones alternativas a las que ofrece la compañía estadounidense

Acostumbrado a estar en un segundo plano y a no presentar muchas declaraciones, Ren tuvo que salir a dar la cara.

Les ofreció entrevistas a la BBC, a Bloomberg y a varios medios chinos, defendió a su hija, negó que la compañía usara sus equipos para espiar y dijo que todo se trataba de una venganza de Estados Unidos por su incapacidad para competir con ellos en la tecnología 5G. Además llamó a la calma a sus clientes y aseguró que estaban desarrollando su propio sistema operativo y que iban a salir adelante a pesar del veto.

Según Forbes, tiene una fortuna de 1.800 millones de dólares, pero solo posee el 1 por ciento de las acciones de la compañía. 

Con sus palabras, el empresario se convirtió en una especie de héroe en China y en una figura, por lo menos, llamativa para el resto del mundo.

Muchos de los que no lo conocían antes se interesaron por saber quién era ese hombre misterioso, que había montado uno de los imperios tecnológicos más grandes del mundo y que ahora capoteaba una crisis de dimensiones geopolíticas.

Sugerimos también: La ‘guerra fría’ entre China y Estados Unidos se muda a las universidades

A diferencia de los grandes magnates de la industria, Ren prefiere manejar un bajo perfil y no llamar demasiado la atención. Dice que no le interesa el dinero y, aunque, según Forbes, tiene una fortuna de 1.800 millones de dólares, solo posee el 1 por ciento de las acciones de la compañía. El resto pertenece a los empleados a través de un sindicato.

Además, la empresa funciona con una junta de gobierno y con tres CEO rotativos. Desde hace unos años, él solo es vicepresidente de la junta y ya no hace parte de los gerentes, aunque mantiene un poder de veto sobre cualquier decisión.

Foto: A Meng Wanzhou, hija de Ren y directora financiera de Huawei, la detuvieron en Canadá por pedido de Estados Unidos. La acusan de violar las sanciones que ese país le impuso a Irán.

Por ese interés en mimetizarse y casi pasar desapercibido, su historia personal permanece lejos de la vista del público. Se sabe que nació en 1944 en Zhenning, un condado de la provincia de Guizhou, en el sur de China, una zona rural y poco industrializada, reconocida por su paisaje montañoso.

Sus padres trabajaban como maestros de escuela y tuvieron ocho hijos. Esto hizo que en la familia no hubiera muchos recursos y que Ren y sus hermanos se alimentaran con dificultad, aunque él ha dicho que los consideraban ricos porque “teníamos sal para cocinar”.

A los 19 años reunió dinero para estudiar en el Instituto de Ingeniería Civil y Arquitectura de Chongqing y, más adelante, se incorporó al Ejército Popular de Liberación (EPL) como ingeniero.

Sugerimos leer: El nacionalismo está detrás de la guerra comercial entre China y Estados Unidos

Según algunos testigos, Ren dice que su papá perteneció al Kuomintang, el partido nacionalista que perdió la guerra civil contra los comunistas de Mao Zedong. Y que por eso lo veían con desconfianza y no le dieron rango militar; solo lo dejaron afiliarse al partido comunista muchos años después.

A pesar de eso, durante los más de diez años que pasó en el Ejército, Ren desarrolló su gusto por la tecnología y consiguió varios logros, como ser el enviado de esta institución a la Conferencia Nacional de Ciencias de 1978. Finalmente, lo nombraron director adjunto del cuerpo de ingenieros.

Con 21.000 yuanes (unos 5.000 dólares) que consiguió gracias a cinco amigos, se fue a fundar Huawei en Shenzhen, en esa época una pequeña villa.

En 1982 salió del Ejército luego de un recorte de personal y empezó a trabajar en electrónica, lo que le gustaba. De esa época recuerda especialmente cómo aprendió a moverse en el mundo de la creación de empresas y mercados.

“Cuando salimos del Ejército, yo no entendía nada de la economía de mercado, fue como ahogarse bajo toneladas de agua de un gran océano –le dijo a Bloomberg en una entrevista–. Perdimos mucho dinero porque confiamos demasiado en la gente. Y como no teníamos cómo contratar a un abogado, me tocaba leer libros de derecho”.

Puede interesarle también: Ruta de la Seda: los chinos llegan a América Latina

En 1987, con 21.000 yuanes (unos 5.000 dólares de la época) que consiguió gracias a cinco amigos, se fue a fundar Huawei en Shenzhen, una pequeña villa de pescadores en esa época y hoy considerada el Silicon Valley de China.

Aprovechando que el Gobierno chino buscaba la forma de modernizar la red de telecomunicaciones de su país en aquel entonces, comenzó a hacer ingeniería inversa a las compañías extranjeras que invertían en el tema para desarrollar sus propios productos en un futuro.

Foto: El Gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, considera que Huawei trabaja en connivencia con el Gobierno chino y que sus equipos sirven para espiar. En la foto, Ren con Xi Jinping, el presidente del gigante asiático.

Al comienzo solo vendía en China componentes que compraba en Hong Kong, en ese momento colonia británica. Pero, a diferencia del resto de las compañías chinas, con lo que ganó decidió invertir millones de yuanes en investigación y desarrollo. Hasta que en los años noventa empezó a lanzar sus propios productos innovadores, como un programa que controlaba una central telefónica.

Luego llegaron los contratos con el Gobierno, que convirtieron a la empresa en la más importante de su país. Y después, los celulares, así como la gran expansión extranjera que tiene a Huawei entre las más grandes del mundo.

Puede leer también: El gran hermano chino: el metodo de reconocimiento facial que se exporta a América Latina

Por eso, ahora que su compañía atraviesa el momento más grave de su historia, Ren parece tan tranquilo. Está acostumbrado a nadar contra la corriente y a lograr sus objetivos.

Como le dijo a Bloomberg, “Cuando creé está compañía, no teníamos ninguna meta grande, solo sobrevivir. Por eso mi eslogan más famoso en Huawei es ‘sobrevivir, sobrevivir y sobrevivir’. Incluso hoy, cuando somos como un avión que recibió disparos y está dañado, nuestro eslogan sigue siendo sobrevivir”.