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REPARACION DE MOTOR

Un argentino desconocido para la mayoría de los colombianos logró un milagro económico: convertir a General Motors Colmotores en la principal ensambladora del país.

17 de enero de 1994

HACE CUATRO AÑOS, cuando General Motors Colmotores atravesaba por un período de vacas flacas, la multinacional designó a Walter Wieland -un argentino que en aquella época se desempeñaba como director de ventas y exportaciones de la planta de General Motors en Brasil- para que reparara el motor de la empresa. Y él lo logró. Por tal moti- vo, las directivas de la ensambladora más grande del mun- do lo acaban de trasladar a Venezuela, donde le espera el desafío de convertir a la companía en la número uno de ese país.
Wieland, quien llegó al país como un funcionario internacional anónimo, se va con la fama de haber logrado algo que muchos consideraban una misión imposible. Este abogado, que no ha perdido su acento de "che", a pesar de que dejó su tierra hace casi 20 años, estuvo a la altura de las expectativas. Cuando se puso al frente de la ensambladora, en 1990, esta ge- neraba pérdidas. Hoy las cifras hablan del milagro eco- nómico que protagonizó. Las utilidades de Colmotores fueron de 8.400 millones de pesos en 1990, 11.900 millones en 1991 y 15.600 millones el año pasado.
Su mayor hazaña fue, sin duda, mantener el lide- razgo de Colmotores pese a los desafíos que trajo consigo la apertura. Wieland se la jugó toda y, aunque la compe- tencia se multiplicó por cinco, salió airoso. Durante el primer semestre del año en curso, en plena apertura, las ventas de la ensambladora aumentaron en un 114 por ciento, lo que equivale a 21.579 unidades. Se calcula, además, que Colmotores obtendrá resultados record al cierre de este año.
La clave del éxito, según el mismo Wieland, radi- ca en el lema "Un mundo de servicios', estrategia basada en el respaldo que Colmotores puede ofrecer a los usua- rios a través de la infraestructura de servicios que tiene en el país. Wieland enfrentó a la competencia con agresivi- dad: importó modelos novedosos que produce General Motors en las plantas que tiene en el resto del mundo; creó una cadena que consiste en traer al país las autopartes extranjeras que por calidad o precio ofrecen ventajas por encima de las nacionales -mientras que logró que algunos productos locales incursionaran en los mercados extranjeros-, y puso en práctica la filosofía del "just in time" (justo a tiempo), que se entiende como trabajar con las naterias primas apenas necesarias para no tener inven- tarios improductivos.
Si bien fue exitosa, su misión en Colombia no re- sultó facil. Pero tomar las riendas de la planta de Vene- zuela constituye, quizás, un desafío mayor. En el país ve- cino, GM es una empresa bien estructurada. No obs- tante, el mercado es tan competido -hay 14 ensam- ladoras- que no ha logrado alcanzar el liderazgo. Así, el éxito de GM-Venezuela depende de las medidas que tome Wieland para que su gerencia se ajuste a las políticas que seguramente tomará el nuevo gobierno, en un país donde la economía está bas- tante desajustada.