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Se casaron y fueron...

Por primera vez la verdadera historia de amor detrás de la boda del año.

12 de septiembre de 1988

Se conocieron hace dos años en la oficina de Julio César Luna en Caracol Televisión. El conocido director estaba escogiendo los actores para una nueva telenovela. Se trataba de una historia de boxeo y amor y se llamaba "Gallito Ramírez". Luna quería salir de los actores trillados y buscar caras nuevas. Por el lado del papel protagónico masculino, no había mayores problemas. El escogido fue Carlos Vives, joven actor, consagrado como el galán de moda con la telenovela "Tuyo es mi corazón". Alto, buen mozo, con la musculatura requerida y con acento costeño, parecía mandado a hacer para el papel de un "Rocky" cartagenero.
Por otra parte, para la protagonista femenina había mayores problemas. Se necesitaba una cara "fresca", ya que la mayoría de actrices jóvenes, en ese momento, podían ser muy sexis y muy profesionales pero reflejaban más pasado que futuro. El papel de Niña Mencha requería no sólo ingenuidad sino un "no se qué" y fue por simple intuición que Julio César Luna creyó que la había encontrado. Era una muchacha caleña de 21 años que había sido objeto de controversia nacional al perder la corona de belleza en Cartagena frente a Sandra Borda Caldas. Más tarde, adquirió la fama de churro del momento con una exitosa cuña de Manzana Postobón, en la que aparecía en la playa afirmando que si uno se tomaba la dietética de Ardila Lulle, "el cuarto de caloría por botella no se podía ver aquí... ni aquí... ni mucho menos aquí...". Se llamaba Margarita Rosa de Francisco, hija de Merceditas Baquero, una de las más recordadas bellezas de la generación anterior. La madre había sido señorita Bogotá y se trasladó a vivir a Cali cuando se casó con Gerardo de Francisco, un apuesto y simpático caleño, mitad empresario y mitad bohemio. Tuvieron tres hijos, de los cuales Margarita Rosa es la segunda.

Si Margarita creció en un ambiente familiar bohemio, Carlos Vives era el único bohemio de su familia. Es hijo de un médico samario, hermano de Nacho Vives, y de una señora paisa costeñizada. Su juventud estuvo marcada por dos factores: su condición de buen mozo y su amor por la música. Después de recibir el título de publicista alternaba esta profesión con la guitarra, hasta que un día le dio por estudiar teatro. Allí fue descubierto por el desaparecido actor y director argentino Boris Roth, quien le consiguió algunos papeles secundarios en dramatizados de televisión. En muy poco tiempo saltó a las grandes ligas, pues fue seleccionado como el galán de la telenovela "Tuyo es mi corazón", al lado de Amparo Grisales. De inmediato conquistó al público sardino y femenino y gracias a este papel, Julio César Luna fijó sus ojos en él para que hiciera de Gallito Ramírez.
El día que se conocieron Margarita Rosa y Carlos, las primeras impresiones no pudieron ser más contradictorias. Después de un corto y descomplicado saludo, él sintió en ese instante que había conocido a la mujer de su vida. "Sin duda alguna, fue amor a primera vista", comentó Vives a SEMANA. Nada parecido sintió su hoy futura esposa, fuera de encontrarlo simpático y con buena figura. Estaba demasiado nerviosa ante la posibilidad de llegar a ser actriz de television. "No reparé en él, porque estaba confundida, acababa de llegar de Londres, de representar a Colombia en Miss Mundo y tenía la expectativa de hacer el papel de Niña Mencha", manifiesta la novia cuando se le pregunta por ese primer encuentro.
Se inició la grabación de la telenovela y posteriormente la relacion amorosa. Gallito le entró a la Mencha por el lado de la vida sana. En lugar de invitarla a discoteca la invitaba a hacer jogging. De ahí pasaron al gimnasio y a las pesas y en poquísimo tiempo se consolidó una amistad de sudadera. Un buen día, para variar, la invitó a comer. Ella aceptó de una y cuadraron la hora de la recogida. Cuando él llegó, Margarita Rosa se había corrido. "¿Para qué darle una dimensión diferente a una relación de trabajo?", explicó Margarita. Y como para que no quedara ninguna duda, ni siquiera lo invitó a seguir. Por el citófono le inventó la inverosímil disculpa de que la portería de su edificio se cerraba a las 10 de la noche y que por lo tanto no alcanzaba a ir a restaurante.
Contrario a lo que ella esperaba, al día siguiente Carlos estaba como si nada hubiera pasado. Era el mismo muchacho fresco y descomplicado que ella conocía, no hubo reclamos y siguió siendo el amigo desinteresado del día anterior. Esto aumentó considerablemente su puntaje frente a la Mencha y a partir de ese momento comenzaron a salir en forma desprevenida.

El primer beso
Un mes llevaba de grabación la telenovela, cuando se fueron a tomar un, trago a un bar en el norte de Bogotá, llamado "Cocoloco". A la salida, tan pronto se subieron al Renault 4 de Carlos, se miraron y se besaron. No se requirió una sola palabra. Los dos entendieron inmediatamente que algo había pasado.
Algunas semanas después todo el país comprendió "que algo había pasado". La telenovela fue un éxito total y Gallito Ramirez y la Niña Mencha se convirtieron en los idolos de la teleaudiencia colombiana. Que además de ser novios en la pantalla lo fueran en la vida real, era demasiada coincidencia y demasiada belleza. Colombia entera se sumó al cuento de hadas.
Una tarde, saliendo de los estudios Gravi en la calle 19 en Bogotá, él, en forma lacónica le dijo: "Quiero casarme contigo". Ella contestó: "Yo también". Cierto pudor hizo que allí mismo cambiaran de tema y la cosa quedó de ese tamaño.
La telenovela llegó a su fin pero el romance continuó. El se fue para Puerto Rico a trabajar y ella, conocida no por su nombre sino por el de Niña Mencha, entró a trabajar como presentadora al Noticiero 24 Horas.
En la pantalla, su parejo dejó de ser Gallito y entró a ser Mauricio Gómez. La admiración que éste le profesaba era tan evidente que, de inmediato, comenzaron a circular los rumores de que el Gallito había sido tumbado por un delfín. Un viaje a Cali con sus compañeros de noticiero, para celebrar su fiesta de cumpleaños, fue explotado por la prensa como la confirmación del nuevo romance. Sin embargo, el corazón de la Mencha seguía en Puerto Rico. Cada mes y medio se volaba por cinco días para estar al lado de su amado. En el primero de estos encuentros ella le dijo en forma descomplicada: "¿ Y al fin cuándo es que nos vamos a casar"? Como Carlos cumple años el 7 de agosto y Margarita el 8, decidieron que la fecha más adecuada sería la del 6 de agosto de este año, para completar tres días seguidos de fiesta familiar.
La noticia se regó como pólvora y el país se alistaba para el matrimonio más importante de la farándula en los últimos años. Por fortuna para don Gonzalo Jiménez de Quesada y para Andrés Pastrana, la fecha no se cumplió y, en su lugar, se pudieron celebrar tranquilamente los 450 años de la fundación de Bogotá.
¿Qué había pasado? Un mes antes se comenzó a pensar que el cuento de hadas había terminado. Una visita de la novia a su prometido en Puerto Rico había desembocado en múltiples versiones de prensa sobre un posible rompimiento. Circularon rumores acerca de que ella lo había encontrado con otra mujer. Que él la había dejado encerrada en el apartamento durante el fin de semana. Que Carlos Vives se iba a quedar en Puerto Rico por razones profesionales. Las primeras declaraciones que ellos dieron a los medios no aclararon la situación. Margarita Rosa, con aire un poco filosófico decía: "Por ahora no nos vamos a casar, pero yo creo que si me caso será con él". Interrogado por Yamid Amat sobre este jeroglífico Gallito desde Puerto Rico contestaba en tono casi lloroso, que no entendía qué estaba pasando pero que él seguía queriéndola mucho.
La verdadera historia de este episodio no era muy complicada. Cuando Margarita Rosa fue a visitarlo a Puerto Rico, lo encontró agobiado por el trabajo y creyendo que le facilitaría las cosas sugirió aplazar la fecha del matrimonio. El no interpretó esto en el mismo sentido y pensó más bien que ella se estaba corriendo. Como sucede en estos casos, los malentendidos mutuos iban creando actitudes que no hacían sino acentuar el problema. Desde el aeropuerto ella le envió una carta exponiéndole sus razones más detalladamente. Tan pronto él la leyó, llamó a la Niña Mencha a Bogotá. Se acordo como nueva fecha el 20 de agosto a las 4 de la tarde y todo comenzó a enderezarse.

Ese día 140 selectos invitados asistirán al Club Colombia de Cali para participar, en lo que todos los medios han calificado como la boda del año. La novia entrará a la iglesia de La Merced del brazo de su padre. El vestido es idea original de Margarita Rosa y el diseño final de su madre, una de las más prestigiosas figuras en el mundo de la moda. Es un vestido "desconcertante" dice Merceditas. "Tiene influencia en la moda de los años treinta y está confeccionado en matt jersey de seda color marfil" . Y aunque cubrirá a la novia de la cabeza a los pies, su madre asegura que cabe enrollado en una cartera de coctel. El velo está hecho en un tul de seis metros de largo que irá ceñido a la cabeza con una corona de azahares hecha en cera de abejas y realizada por una experta viejecita caleña de 86 años. Las tradicionales damas de honor han sido remplazadas por una sola damita de 12 años que llevará un vestido idéntico al de Margarita Rosa. Es una pariente del padre de la novia que fue escogida, entre otras cosas, por ser mitad samaria y mitad caleña, las ciudades natales de los novios. Las argollas de compromiso serán muy anchas y en oro blanco. La parte musical en la ceremonia religiosa corre por cuenta, además del tradicional órgano, del conjunto del Zaguán del Viejo Conde, que interpretara música latinoamericana. En el Club Colombia habrá conjunto vallenato y estará el conjunto que acompaña a Carlos Vives en sus presentaciones. La música será, entonces, una mezcla de vallenato, rock y canciones latinoamericanas.
Según la madre de Carlos, una programadora de televisión solicitó cubrir en vivo el evento para presentarlo al estilo del matrimonio del Principe Carlos con Lady Di. Aunque esto no se cristalizó, el próximo 20 de agosto todos los colombianos estarán pendientes del final feliz de un romance real que parece sacado de una telenovela.

Junto con el Reinado de Cartagena, la Boda del Año se ha convertido en una institucion del país y podría decirse que esta va de la mano de la primera. Baste con recordar que varias Señorita Colombia han copado la atención de los colombianos y han ostentado también el título de la ceremonia nupcial más importante, durante los últimos 20 años.
La historia de amor que se sellará el proximo 20 de agosto en Cali entre Carlos Vives y Margarita Rosa de Francisco, sin embargo, parece que romperá todos los extremos de sensibilidad que se han presentado hasta ahora, dada la enorme popularidad de ambos, al haber recorrido senderos iguales en el mundo del espectáculo.
Los compromisos sellados con la Epístola de San Pablo que más han conmovido la opinión nacional desde 1958 y que se han registrado --como se dice comúnmente-- con bombos y platillos, con manifestaciones multitudinarias, con participación de las autoridades civiles y militares --inclusive con declaratoria de día cívico en algunos de los casos --son los siguientes:
El 30 de julio de 1960 se desposaron Enrique Vélez y Luz Marina Zuluaga, la única Miss Universo colombiana, en Manizales. Las seis cuadras y media de distancia entre la residencia de Luz Marina y la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, estaban totalmente colmadas desde las 9 de la mañana para ver de cerca a los futuros contrayentes que dirían el sí a las 12 y 15 de la tarde.

Helmuth Bickembarch y Doris Gil, Señorita Colombia, el 8 de noviembre de 1958, en Medellín. La media cuadra que separaba la residencia de la novia hasta la Basílica Menor, donde los esperaban 1.500 invitados, fue recorrida en más de una hora.

En Ibagué, el centro de la ciudad se convirtió en un "hervidero humano" el 20 de abril de 1963, para presenciar la ceremonia en la que José Humberto Eslava (Pepe Cáceres) y Olga Lucia Botero --Reina de Reinas-- unían sus vidas en la Catedral de la capital del Tolima.

Cuatro años después, mayo 6 de 1967, el matrimonio de Alvaro Arango con Edna Margarita Rudd, Señorita Colombia, constituyó el acontecimiento social del año. No menos de 2 mil personas se agruparon en las inmediaciones de la Capilla de los Santos Apóstoles del Gimnasio Moderno de Bogotá para observar el enlace.

El 6 de julio de 1972 el turno les correspondió a Fernando González Pacheco y a Liliana Grohis, Virreina de la belleza del Valle. Tanto fue el fervor que despertó la boda que se le calificó por los cronistas sociales como "el matrimonio de dos reyes, al que asistió toda una ciudad: Cartago".

El más reciente fue el de Rafael del Castillo con Susana Caldas, en Cartagena el 11 de enero de 1986, en la Iglesia de San Pedro Calver. Más de 20 mil personas los aclamaron, debido al fervor popular que despertaba la jovencita mimada de los cartageneros, luego de obtener el 12 de noviembre de 1983 el título de Señorita Colombia. Ahora el turno es para "La Niña Mencha" y "El Gallito Ramírez". Amén.

Seis preguntas a la novia
SEMANA: ¿Cuál ha sido el momento más feliz de su vida?
MARGARITA ROSA DE FRANCISCO: El día que llegué a Puerto Rico por primera vez, porque hacía dos meses que no veía a Carlos. Me tenía una bicicleta de regalo y ese detalle me mató.

S.: ¿Qué es lo que más admira de su novio?
M.R.: Su ángel.

S.: ¿Cuál cree que es el mayor defecto de Carlos?
M.R.: Su impaciencia.

S.: ¿Cuál cree usted que es el elemento más importante para que un matrimono funcione?
M.R.: El respeto mutuo.

S.: ¿Puede haber algo que usted nunca le perdonaría?
M.R.: La infidelidad.

S.: ¿Cuál es su refrán favorito?
M.R.: Aunque no soy refranera, hay uno en el que no creo porque en mi caso sucedió todo lo contrario: "Amor de lejos, amor de pendejos". Y si usted me pregunta cuál es el aplicable en la vida real sería el de: "Ojos que no ven corazón que no siente".