Separación disimulada

Un nuevo escandalo sacude a la siempre inquieta familia real britanica, pero este tiene especialmente preocupada a la reina Isabel. Resulta que su hija, la princesa Ana, ha decidido separarse de su esposo, el capitán Tim Laurence. La determinación de la princesa tiene muy triste a la reina, quien hasta ahora había considerado a Ana como la más zanahoria de sus hijos y la que menos daba de qué hablar a la insaciable prensa inglesa. Como Isabel II está resuelta a cuidar la estabilidad de la monarquía a toda costa ella no permitirá el divorcio. Ha decidido que el capitán Laurence siga viviendo en Gatscombe Park, el domicilio conyugal, sólo que ya no en la casa principal sino en un pequeño chalet que queda ubicado dentro de la misma propiedad.