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Steph Curry ganó el MVP con todos los votos de primer lugar. Nadie más lo había logrado. | Foto: A.F.P.

DEPORTISTA

Stephen Curry, un nuevo histórico de la NBA

Rechazado por su estatura y físico, el base de los Golden State Warriors revoluciona el baloncesto. Apunta a su segundo campeonato en fila y su lanzamiento ya le aseguró un lugar entre los grandes.

11 de junio de 2016

Todo tiempo pasado fue mejor para los nostálgicos de los años noventa, la década en la que la NBA era la liga reina en Estados Unidos y Michael Jordan cautivaba seguidores alrededor del mundo. Y a pesar de que figuras como Kobe Bryant y Lebron James tomaron la batuta desde 2000, el juego tenía guardada una sorpresa. En el curso de las últimas dos temporadas, un jugador flaco y de ‘solo’ un metro noventa ha hechizado a los fanáticos, devuelto los ratings y llevado a los expertos a rascarse la cabeza. Nunca habían visto alguien como Stephen Curry, un francotirador sin cuartel.

Ni Michael Jordan, ni Magic Johnson, ni Larry Bird o Kareem Abdul-Jabbar, ni decenas de jugadores más valiosos (MVP en inglés) lograron la distinción de forma unánime. Curry fue el único desde 1955 que convenció a los 131 periodistas que votan de su indiscutible relevancia. Tampoco lo logró Lebron James, su más fuerte competencia en el presente. En 13 años en la liga, el Rey James, superdotado basquetbolista, ha sido MVP en cuatro ocasiones, campeón en dos y ha llegado seis años seguidos a las finales. Y aun así, ya está a la sombra de una estrella brillante que vende más zapatos y más camisetas.

Nadie trasciende en la NBA hasta ser campeón. Curry se graduó el año pasado. Ganó el MVP y el campeonato por primera vez, pero no fue suficiente para calmar las críticas de quienes aseguran que en otras épocas no hubiera sido exitoso. A esto Curry respondió subiendo su nivel. Se llevó todos los votos del MVP y lideró a los Warriors de Golden State al mejor registro en la historia con 73 victorias. Superaron así a los Bulls de Chicago de 1995-1996, el equipo de Michael Jordan, Scottie Pippen, Dennis Rodman, Toni Kukoc y Steve Kerr, hoy director técnico de Curry. Para completar la faena histórica, Curry y sus Warriors deben ganar el título que disputan actualmente. Al cierre de esta edición, estaban a dos victorias de conseguirlo. En los triunfos humillaron a la escuadra de Lebron James, pero los Cavaliers supieron responder en casa.

Curiosamente, Steph y James nacieron en el mismo hospital de Akron, Ohio. Pero mientras James, cuatro años mayor, fue superestrella desde el colegio y saltó a la NBA, a Curry el viento le sopló en contra. Las universidades de renombre (el trampolín al profesionalismo) lo descartaron por su insuficiente estatura. Por eso jugó en la pequeña Universidad de Davidson. Desde allá rompió el récord histórico de triples a nivel universitario con 162, y en 2008 quedó a dos puntos de pasar a las semifinales nacionales, una proeza.

Seis equipos profesionales dejaron pasar la oportunidad de contar con él. Los Warriors lo escogieron y desde 2009 han recogido los frutos. Curry ha pulido su juego, ha mejorado su defensa, ha descrestado con sus pases y su dominio mágico de balón con ambas manos. Pero en especial ha liquidado rivales con sus lanzamientos casi imposibles. Curry lanza a toda velocidad con una sangre fría sin precedentes. El ‘enano’ rompió el récord histórico de triples en 2013, cuando encestó 272, y ha superado su propia vara con 286 en 2014-2015 y 402 actualmente, una cifra monstruosa considerando que un lanzador como Larry Bird sumó 649 en toda su carrera.

En 2013, poco antes de consolidarse, un ejecutivo de Nike encargado de renovarle el contrato cometió un grave error. Curry, indignado, firmó con la nueva marca Under Armour. Hoy, esta supera a Adidas como la segunda más vendedora de ropa y accesorios deportivos. El efecto Curry no admite discusión.

José Tapias, comisionado de la División Profesional de Colombia, aseguró a SEMANA que Curry se destaca pues “tiene don de gentes, es líder y se antoja muy humilde. Es un jugador que impacta no solo la NBA, sino en el mundo pues no responde al arquetipo de una gran estatura y los músculos pronunciados”. Curry, lejos de tener un cuerpo de semidiós, inspira a los bajos y a los desgarbados a jugar con poesía y ritmo. Pero todo es una ilusión, es uno en un millón.