Una crema barata: el secreto de la reina Isabel para envejecer bien

En su juventud tenía fama su cutis de alabastro y ahora, que cuenta 95 calendarios, sorprende el cuidado con que el tiempo ha tratado este real atributo. Muchos podrían pensar que, con su fortuna y privilegios, Isabel II gasta grandes cantidades de dinero en retener el paso del tiempo, pero la verdad es que en ello es tan austera como en otros aspectos de su vida.

Ello ha salido a relucir precisamente por estos días, cuando la reina ha retomado de lleno sus actividades, luego del duro golpe que significó la muerte de su esposo, el príncipe Felipe, en abril pasado.

Expertos en belleza sostienen que la reina ha envejecido bien, a pesar de que sus actividades la han llevado a largas jornadas de trabajo, viajes extenuantes y muchas actividades a la luz del sol. ¿Cuál es el secreto?

Bryan Kozlowski es un especialista en la realeza que se dio a la tarea de investigar al respecto y descubrió que el ritual de la reina ante el tocador no solo es sencillo, sino además barato. En su libro Larga vida a la reina: 23 reglas para vivir como la monarca reinante más longeva de Gran Bretaña, reveló que además de no usar mucho maquillaje, la reina confía desde hace años en la crema antienvejecimiento de la casa británica Cyclax.

Se trata de una fórmula enriquecida con vitamina E, lo cual promete efectos antioxidantes. Se recomienda además su uso diario antes de la aplicación de cualquier maquillaje.

De hecho, la crema lleva en su etiqueta su certificación como proveedor de la reina. De la casa, también usa Milk of Roses, otra crema hidratante.

Para ser la favorita de toda una reina, el producto no es nada caro, ya que se ofrece en sitios como Ebay por 46.000 pesos, más los gastos de envío, con los cuales la cuenta no supera los 58.000 pesos. Una cifra bastante moderada, si se tiene en cuenta que otras cremas “antiedad” de grandes marcas francesas, suizas y estadounidenses superan con creces ese presupuesto.

La etiqueta promete además suavizar la piel con su uso continuo. No es posible tocar el rostro de su majestad para comprobarlo, pero los primeros planos de ella muestran una piel saludable a pesar del paso del tiempo.

Con esta elección la reina no solo prefirió los productos de la industria de su patria, sino que se decantó además por la tradición, ya que la casa Cyclax está activa desde 1896.

De igual modo, si bien ha sido amante de las actividades al aire libre, se ha cuidado mucho del sol. De hecho, esa es una explicación de su conocida fidelidad a los sombreros. En su papel de reina, ellos son una especie de reemplazo de la corona, pero también una forma de preservar el cutis de manchas y arrugas.

Pero no basta con cremas para llegar casi a los cien años con la fortaleza y dinamismo de la reina de Inglaterra.

Además de su sencilla rutina de belleza, ella hace ejercicio a diario. Se trata de caminatas rápidas en la eterna compañía de sus perros corgis. Algunas veces, sus audiencias semanales con el primer ministro, consisten también en caminatas por los jardines del palacio de Buckingham o el castillo de Windsor.

Así mismo, aún con 95 años, sigue cabalgando, lo cual hace, sorprendentemente, sin casco. Una vez le preguntaron porque no se lo ponía y contestó que por pura cuestión de vanidad, ya que, generalmente, luego de las cabalgatas, debe seguir atendiendo sus compromisos oficiales y necesita conservar su peinado, que se arruinaría con ese accesorio.

En cuanto a la dieta, también es mesurada. Muy inglesa, prefiere el té y los emparedados. Ello no excluye las bebidas alcohólicas, cuatro raciones al día, entre las cuales sus favoritas son la ginebra (al igual que la Reina Madre), la champaña y cocteles como el Martini.

La reina sorprende por su lucidez, cuando muchas personas de su misma edad presentan achaques serios al respecto. En opinión de Bryan Kozlowski, ello se debe a que nunca ha dejado de mantener el cerebro activo.

Una buena manera de ejercitarlo ha sido absorber, a diario, la información de Estado que recibe en unas cajas famosas por su color rojo.

Por lo demás, si la gran mayoría se retira después de los 60, la monarca sigue activa a los 95, con lo cual les envía un mensaje a sus contemporáneos sobre la importancia de no desconectarse por completo de una actividad que los mantenga estimulados y alerta.