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Una historia trágica

Una película acerca del asesinato del corresponsal de guerra Daniel Pearl revive el drama de su viuda, quien contó su doloroso testimonio en un libro.

2 de junio de 2007

En medio de la incertidumbre, Mariane pensó que su pesadilla por el secuestro en Pakistán de su esposo, el periodista Daniel Pearl, tendría un final feliz. Después de casi dos semanas las investigaciones habían empezado a arrojar pistas sobre su paradero y ella había vuelto a sonreír. Con Asra Nomani, amiga y colega de su esposo, quien la había acompañado en la búsqueda, incluso fantaseaban que su historia se podría convertir en una película de Hollywood con Wynona Ryder y Steven Seagal.

Lo que tuvo que soportar durante un mes sí se convirtió en una cinta, pero con un desenlace trágico. El filme sobre el secuestro y el asesinato de su esposo a manos de un grupo extremista aún desconocido, pero que se presume paquistaní con nexos con Al Qaeda, fue producido por Brad Pitt, con Angelina Jolie como Mariane y basado en el libro A Mighty Heart (Un corazón invencible), escrito por la viuda. La interpretación de la actriz conmovió a la crítica del Festival de Cannes. "Para mí era importante esta película porque dudo mucho que exista alguien en esta sala que tenga más razones para albergar odio en su corazón que Mariane, y ella no lo hace. Creo que esa es una lección para todos", dijo la actriz a la prensa.

El asesinato de Daniel Pearl, de 38 años, conmocionó al mundo en febrero de 2002, cuando comenzaron a circular por Internet escenas de su decapitación. Hasta ese momento, Mariane había mantenido las esperanzas de que regresara para el nacimiento de su primer hijo, que tendría lugar tres meses después. "Esperamos en vano durante tres semanas: eso fue lo que tardaron en editar el video. Detrás de la voz de Danny se emite un montaje de tomas de niños heridos, ruidosas explosiones. Concluye con la muy gráfica y salvaje carnicería de mi esposo", relata Mariane en su libro.

Su tragedia comenzó en Karachi. Ella, una periodista cubano-holandesa criada en París, esperaba realizar para la radio francesa un programa sobre la violencia contra las mujeres, mientras Daniel, jefe de corresponsales del Wall Street Journal en el sur de Asia, investigaba los grupos fundamentalistas islámicos. Estaba interesado en entrevistar a un clérigo radical llamado Shaij Gilani, por sus nexos con Richard Reid, el militante de Al Qaeda que en diciembre de 2001 había tratado de volar un avión de París a Miami con explosivos que llevaba en sus zapatos. En la tarde del 23 de enero tomó un taxi para reunirse en el restaurante Village del Hotel Metropole con uno de sus contactos, pero nunca regresó.

La angustia se apoderó de Mariane cuando anocheció: ambos eran periodistas y en sus tres años de matrimonio siempre que alguno iba a una cita se comunicaba permanentemente. "Experimento un instante del más puro pánico. Siento una devastadora urgencia por salir a la calles gritando su nombre, exigiendo que me lo devuelvan", narra Mariane, pues desde el primer momento pensó que un estadounidense y judío como su esposo estaba en riesgo. Más tarde un periódico paquistaní complicó la situación al especular que Daniel era agente de los servicios secretos israelíes y que tenía contactos con la RAW, la inteligencia india.

Su temor se confirmó cuando a varios medios llegó un mensaje enviado desde el e-mail kidnapperguy@hotmail.com: "El Movimiento Nacional por la Restauración de la Soberanía Paquistaní ha capturado al agente de la CIA Daniel Pearl, quien se escondía bajo la máscara de periodista del 'Wall Street Journal'. Por desgracia Pearl se encuentra cautivo en condiciones muy inhumanas, similares a aquellas en las que los paquistaníes son retenidos en Cuba por el Ejército estadounidense". Para liberarlo, los captores exigían la salida de Guantánamo y el regreso a Pakistán de sus prisioneros para ser juzgados en tribunales de su país y varios aviones de combate.

Acompañaban el texto varias imágenes en las que a Daniel le apuntaban con un arma. "Noto que en una foto sus dedos forman la V de la victoria. Puedo observar su triunfo mudo. Yo estaba en lo cierto: Danny ha combatido su miedo, me está diciendo que no lo han vencido y que no debo dejarme vencer", escribe Mariane.

Tanto los directivos del periódico como los de la CIA emitieron comunicados para negar los nexos del periodista con cualquier agencia de inteligencia. En la casa de Asra, donde se alojaba Mariane, ambas se dedicaron a revisar el computador de Daniel, sus correos electrónicos y elaboraron un esquema en el que aparecían las personas con que posiblemente se había entrevistado y sus nexos con grupos extremistas. Gracias a eso las autoridades capturaron a Omar Saeed Shaij, un militante islámico londinense especializado en secuestrar occidentales. Según confesó, él se había encargado de realizar la operación inicial para darle una lección a Estados Unidos, pero sólo era un eslabón en la cadena. Sin embargo, después reveló: "Tengo entendido que Pearl está muerto". El video confirmaría sus palabras. "Yo en verdad creía que encontraríamos a Danny y aún me pregunto qué hubiéramos podido hacer para cambiar los acontecimientos", dijo a SEMANA Asra, quien hoy trabaja en un proyecto periodístico para esclarecer los hechos.

Mariane Pearl encontró que la mejor manera de hacer justicia era contar su historia. "Escribo este libro para ti, Danny, porque tuviste el coraje de soportar el acto más solitario de todos: morir con tus manos encadenadas pero con tu corazón invicto (...). Escribo este libro para demostrar que tenías razón: la tarea de cambiar un mundo colmado de odio nos pertenece a todos".