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Arnold Schwarzenegger fue reelegido como gobernador de California. El único famoso que ha sido Presidente es Ronald Reagan

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Crece el número de actores, músicos y deportistas en todo el mundo que deciden usar su fama para incursionar en la política. Se extiende el ejemplo de Ronald Reagan.

28 de abril de 2007

La política está de moda. Apoyar activamente una causa, ya sea liberar a África de la deuda externa, salvar la selva húmeda tropical, ayudar a los niños de escasos recursos o proteger los animales, se ha convertido en el segundo trabajo de casi todos los famosos del mundo. Personajes como Bono, Angelina Jolie, George Clooney, Shakira y hasta Pamela Anderson aparecen constantemente en los medios respaldando alguna de estas causas. Pero hay otras estrellas para quienes el activismo político no es suficiente.

"Yo puedo pararme acá con una pancarta diciendo 'Salven mi escuela', o puedo tratar de hacerme elegir al consejo de gobernadores y hacer algo al respecto. Uno es el gesto simbólico de la posición de activista que te hace sentir mejor, pero que no logra nada, y el otro es el que te hace sentir muy mal pero con el que sí se logran cosas", aseguró Dave Rowntree, baterista del grupo de rock británico Blur, al periódico The Guardian. Él es una de las estrellas que más recientemente han decido entrar de lleno en el mundo de la política y postularse a un puesto de elección popular. Rowntree es candidato por el partido laborista a las elecciones al Concejo de Londres que se llevarán a cabo el 3 de mayo. Aunque acepta que hay personas que le han llegado a preguntar si su candidatura es realmente una extraña manera de publicitar un nuevo álbum de la banda, la verdad es que este músico de 43 años siempre ha demostrado interés por temas bastante diferentes a tocar un instrumento. Es ingeniero de sistemas y además de apoyar intelectual y económicamente la sonda espacial Beagle 2 que viajó a Marte hace tres años, es dueño de una empresa de animación. Ahora su interés principal es mejorar las calles y el estado de las escuelas de Marylebone High Street, el distrito en el que vive.

Que los famosos quieran hacer una carrera política no es nuevo y se ve en casi todos los países del mundo. En el libro Celebrity politics (La política de los famosos) Darrell West, doctor en ciencia política, y John Orman, político demócrata, se refieren a este como el "fenómeno del caballero blanco". Explican que muchos electores asumen que estas personas ya han logrado conseguir fama y dinero y que por lo tanto, van a tomar en serio su nuevo papel en la política y no se dejarán comprar ni influir.

El actor que logró el cargo público de mayor relevancia fue el presidente norteamericano Ronald Reagan, quien después de conseguir fama como actor de cine y televisión pasó a convertirse en gobernador de California y luego a ocupar el despacho oval. Pero, además de él, en Estados Unidos existen otros casos como el del fallecido ex senador Sonny Bono, quien fue cantante y presentador, que fue conocido sobre todo por el dúo que formó con Cher, y el luchador Jesse Ventura, quien fue gobernador de Minnesota. Pero la estrella actual más famosa que ocupa un cargo de elección popular es el republicano Arnold Schwarzenegger, gobernador de California reelegido en 2006. Él sueña con seguir los pasos de Reagan y a pesar de haber nacido en Austria, ha hecho lobby para que se lleve a cabo un cambio a la legislación que permita a personas que nacieron en otros países aspirar a la Presidencia.

No han sido sólo los actores de acción de Hollywood quienes han iniciado carreras políticas. Anna Ilona Staller, más conocida como la 'Cicciolina', una de las actrices pornográficas más famosas de los años 80, también cambió las luces y las cámaras por una curul en el Parlamento italiano. Aunque es húngara de nacimiento, inició su carrera política en Italia y ganó las elecciones en 1987 como miembro del Partito Radicale. Como símbolo de su lucha a favor de la absoluta libertad sexual, los derechos humanos y en contra de la proliferación de armas nucleares, siempre se destapa el seno izquierdo, para ir acorde con su ideología. Además ofreció acostarse con Saddam Hussein para acabar con la guerra en Oriente Medio y el año pasado hizo la misma invitación a Osama Ben Laden.

El nuevo gobernador de la prefectura de Miyazaki, Japón, se llama Hideo Higashikokubaru y era un reconocido comediante y presentador en su país. A los 42 años decidió volver a la universidad a estudiar ciencia política con especialización en gobierno local y cuando recibió su título, inició su campaña.

"Los personajes que gozan de un nombre reconocido tienen la ventaja de ser identificados por los votantes desde el principio. Muchos, además tienen la capacidad de autofinanciar sus campañas. Pero a pesar de eso, son más los que fracasan que los que en verdad logran ganar las elecciones", explicó a SEMANA David Johnson, presidente de Strategic Vision, empresa especializada en crear estrategias políticas y realizar encuestas.

Un caso como este fue el del ex jugador de fútbol liberiano George Weah. En 2005 se lanzó a la Presidencia de su país, pero finalmente fue derrotado por Ellen Jonson, la primera mujer Presidenta en la historia del continente africano. A pesar de ser un ídolo en su país, de tener gran prestigio internacional como uno de los mejores futbolistas de la historia y de ser un embajador de buena voluntad de Unicef, su fama no le pudo asegurar el triunfo.

Rubén Blades, el intelectual de la salsa, vivió una experiencia similar en 1994 en Panamá. El abogado, que se especializó en la facultad de derecho de Harvard, fundó el partido Papa Egoro y en la carrera por la Presidencia de ese año quedó en tercer lugar, pero eso no lo alejó de la política. Actualmente se desempeña como ministro de Turismo del gobierno del presidente Martín Torrijos y lleva dos años y medio alejado de los escenarios, aunque le aseguró en una entrevista al periódico Tiempos del Mundo que "yo no le dije que no a la música, le dije que sí al país".

Lo cierto es que después de lograr la fama y el éxito en el mundo del entretenimiento y los deportes, varias personas creen que pueden influir en la realidad de sus países. Y tienen una gran ventaja, a diferencia de aquellos que sueñan con llegar a ser políticos, no necesitan empezar como practicantes en un partido, ni ir escalando posiciones con trabajo, sudor y lágrimas, simplemente pueden decidir un día que quieren ingresar en ese mundo.