SECTOR AGRÍCOLA

Las matemáticas contribuyen a optimizar la producción agrícola

Se abre paso en la Región Caribe una nueva metodología para modelado y análisis de sistemas de producción agropecuaria.

30 de octubre de 2019

Una producción agrícola sostenible, que contemple reducción de costos en las etapas de siembra, mantenimiento de cultivos y cosecha, es uno de los objetivos por los que a diario trabaja el sector agropecuario colombiano, con el fin de ser más competitivo frente a otros países de la región que han invertido tiempo y recursos para mejorar sus sectores agrícolas.

La comunidad académica y científica ha sido protagonista en la búsqueda de este propósito, a través de investigaciones que incluyen el uso de modelos matemáticos que optimizan el agro colombiano en las distintas etapas de su sistema productivo.

La Universidad del Norte es una de las instituciones que trabaja en ese sentido, mediante la metodología para modelado y análisis de sistemas esbeltos de producción agrícola, proyecto financiado a través de una convocatoria para formación de alto nivel de la Gobernación del Atlántico. Este proyecto, del estudiante de Doctorado en Ingeniería Industrial, Nestor Caicedo, se desarrolla bajo la tutoría de los profesores Guisselle García y Jairo Montoya.

La ingeniera Guisselle García Llinás, Coordinadora Académica del programa de Doctorado y Maestría en Ingeniería Industrial de la institución universitaria, explica que esta metodología consiste en modelar matemáticamente los desperdicios generados en los sistemas de producción agrícola, fundamentado en variables de carácter numérico que representan los recursos utilizados para las etapas de siembra, labores de cultivo y cosecha. 

Sostiene que la identificación de los recursos a minimizar se hace a través de los principios de manufactura esbelta, un tipo de filosofía de gestión que había sido implementado en compañías de diversos sectores económicos, pero que no tenía antecedentes en el sector agrícola. 

Es así como cada etapa del proceso productivo agrícola está representada por un modelo matemático, que busca optimizar bien sea la maximización de los volúmenes de producción a través de la siembra o la minimización de los costos asociados a las labores de cultivo y cosecha.

Finalmente -afirma- los modelos de siembra, labores de cultivo y cosecha, son integrados a través de un solo modelo, el cual expresa un sistema de producción que debe ser optimizado completamente, derivando en la reducción de costos de producción por desperdicios de sobreproducción, calidad, mano de obra, materia prima y maquinaria, entre otros.

 El impacto 

De acuerdo con García Llinás, desde el sector empresarial, la acogida de este modelo ha sido progresiva, considerando que para los empresarios del agro colombiano, los números y la matemática han sido fundamentales más en lo financiero y técnico que en las actividades de gestión. 

Agrega que en Colombia, las actividades del sector agropecuario tienen limitaciones en la investigación y desarrollo, a tal punto que la experiencia en proyectos de investigación y consultoría han permitido evidenciar la necesidad de usar herramientas y métodos cuantitativos, no solo desde lo técnico, sino desde la logística, la gestión de operaciones y el control de calidad.

“En este momento, los resultados de carácter académico y científico han sido evidentes por el número de invitaciones a conferencias, congresos y publicaciones de carácter científico. Luego esperamos validar estos resultados experimentalmente con datos de compañías del sector para dar inicio al análisis de los impactos de esta metodología en el sector real”, señala.

 Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en los últimos 10 años el sector agropecuario ha tenido un crecimiento en promedio del 2%, llegando solo a la mitad del crecimiento de la economía en Colombia durante el mismo período (4,3%). En la región caribe, el escenario es más complicado, pues la agricultura sólo ha crecido un 1%.

Así las cosas, los efectos de este modelo para la dinamización del agro son de distinto tipo: científico y operativo, ya que se utiliza la matemática como herramienta de toma de decisiones con menor incertidumbre en los resultados; económico, dado que el sector podría dar apertura al uso de herramientas de gestión cuantitativas y cualitativas que podrían transformar la manera de pensar del empresario agrícola, reduciendo costos, mejorando calidad y aumentando volúmenes de producción de manera sostenible; y académico, porque contaría con una guía metodológica de optimización, que de implementarse, podría mejorar el escenario de producción agrícola nacional. 

García Llinás concluye diciendo que en la Universidad del Norte se están formando investigadores con sólidos fundamentos matemáticos y con dominio de técnicas de analítica y optimización, para el apoyo de la industria y la sociedad en la toma de decisiones. 

“Las áreas que estamos cubriendo son amplias, tan tradicionales como programación de producción o transporte, hasta nuevos horizontes para el impacto de la región, como agroindustria, gestión del conocimiento, y políticas públicas. Ya hemos demostrado capacidad para proveer profesionales e investigadores de alta calidad a la región completa, quienes día a día multiplican el efecto que tenemos. Tenemos planes para impactar nacional y globalmente”, concluye.