De la basura sale el sustento para más de cuarenta mil colombianos de los sectores más pobres.

En la basura hay proyectos de vida

La Asociación Nacional de recicladores fue creada en 1993. Desde entonces, está presente en 11 regiones del país y desarrollan todo tipo de programas para hacer más digno el oficio de los recicladores y mejorar la situación de sus asociados.

24 de noviembre de 2006

Se celebraba el Carnaval de Barranquilla de 1992 cuando en la Universidad Libre de Barranquilla aparecieron muertos más de 40 recicladores. Entonces, Darío Castro también recogía cartón, vidrios y papel, en las calles de Soledad, Atlántico. Las noticias de compañeros muertos lo conmovieron y con otros colegas vio la necesidad de asociarse para evitar que la infamia se repitiera.

De ahí nació la Asociación Nacional de recicladores (ANR). El proyecto que ya tiene reúne 5.844 familias que subsisten del reciclaje. “Lo que buscamos es que la gente entienda que nos necesitan y que lo que hacemos es un oficio con toda la dignidad”, explica Darío Castro, el director ejecutivo de la ANR. La Asociación reúne varias cooperativas de todas las regiones del país y funciona como un medio de representación para los recicladores.

Castro está seguro del aporte que la ANR hace a la paz, “el reciclaje es una solución honesta para que la gente salga de la pobreza y se aleje de las situaciones que generan violencia”, afirma. Y no se equivoca, finalmente, la comunidad recicladora pertenece a los sectores más pobres y olvidados de la sociedad. De no ser por el reciclaje, muchos terminarían empuñando un arma en alguno de los bandos de la guerra. Castro recuerda además, que muchos de los que van por las calles clasificando las basuras o están en los rellenos sanitarios escarbando en las montañas de desechos son madres cabeza de familia, desplazados e incluso invidentes, como ocurre en San Agustín.

Pero no hay que dejar de lado el gran papel que tienen los recicladores en la conservación del medio ambiente. La búsqueda de reconocimiento en la sociedad es su mayor lucha, las personas asociadas a la ANR recuperan el 6 por ciento de las basuras que se producen en el país, “alargamos la vida útil de los rellenos sanitarios y ayudamos a conservar los bosques con el reciclaje del papel, por ejemplo” señala Castro.

Los recicladores asociados han logrado mucho, cuentan con el apoyo de la Red de Solidaridad Social, a través de la cual han podido acceder a créditos de vivienda. Las cooperativas han tecnificado las prácticas de clasificación gracias a maquinaria y capacitaciones en el SENA. Incluso han organizado varios congresos nacionales de recicladores y acaban de finalizar con éxito el primero latinoamericano.

Ahora solo esperan que el país les retribuya algo de lo que hacen, pues sólo es gracias a ellos que ahogarse en la basura que producimos sigue siendo una imagen para hablar de una emergencia futura.