Entre un centenar de iniciativas se elige este lunes el nuevo Premio Nacional de Paz

En esta ocasión se presentaron 103 iniciativas de todos los rincones del país. Proyectos con niños, asambleas constituyentes, de sustitución de cultivos y asociaciones de víctimas de la violencia se postularon al premio. Aquí están varias de los ejemplos a seguir.

Juliana Bedoya Pérez
24 de noviembre de 2006

El Premio Nacional de Paz es más que un reconocimiento a los proyectos pacíficos impulsados por la sociedad civil. Con los años se ha convertido en la muestra de que en Colombia la gente está llena de iniciativas para lograr una convivencia lejos de las armas. Por eso, Cristina Lleras, curadora del Museo Nacional y quien desde 2004 es una de las jurados, no duda en afirmar que “escoger uno solo es muy difícil, hay muchos ejemplos de gente muy valiente que hace lo que sea por sacar a su comunidad adelante”.

Las 103 iniciativas participantes son un resumen de lo que la sociedad civil hace por conseguir salir de las dinámicas de la guerra. Algunas están mejor estructuradas que otras, pero, finalmente, todas están llenas de sueños y expectativas.

Hay muchos proyectos que son del mismo tipo de los que han ganado en los años anteriores. Por ejemplo, siguiendo la experiencia de Chocaguán, que reemplazó los cultivos de coca por cacao en la región del Caguán y ganó el premio en 2004, este año se presentaron siete programas de desarrollo alternativo de sustitución de cultivos ilícitos. También se postularon muchos programas al estilo de la Asamblea Constituyente de Mogotes en Santander, que fue el primer ganador, en 1999.

Niños, mujeres, asociaciones, comunidades indígenas, desplazados y reinsertados participaron. Esto demuestra que tanto víctimas como victimarios tienen su misión en la búsqueda de la paz, lo que para el general (r) Manuel José Bonett, presidente del jurado, llevó al premio a considerar esta vez, más que nunca, “a las víctimas y a los victimarios, para que haya una convivencia real”.

Esta variedad de proyectos y personas pensando en la paz hacen que el premio sea cada año más importante. Pero como en todo, uno solo puede ser el ganador, los otros deben seguir en la lucha, impulsando sus ideas en las comunidades. A continuación SEMANA.COM presenta cuatro ejemplos a seguir. Su escogencia fue al azar no significa que sean los ganadores sino que son una muy buena muestra de que pese a que el eco de las balas suena muy fuerte en Colombia hay millones de personas que marchan por el camino de la reconciliación.