2 preguntas a Luís Fayad y Leydi Higidio Henao

 

Usted, que ha vivido en Berlín, ¿cómo ha sentido en su vida la presencia invisible del muro?

Se ven los logros y las dificultades. Las reunificación de las dos Alemanias, de los dos sistemas diferentes, creó un modo de ser distinto. Antes, por ejemplo, en Alemania Oriental la seguridad de las personas, su salud, vivienda, estudios y alimentación dependía de su trabajo y no de ayudas sociales.

Para los alemanes orientales fue difícil someterse a un sistema que cuando no hay trabajo el Estado asiste a la gente. Eso no lo conocían, todos tenían trabajo y para algunos es denigrante. También ha habido una actitud un poco arrogante del lado occidental, que contaba con más dinero y las empresas privadas podían solucionar las cosas. Pero solo han pasado 25 años y para ser tan poco tiempo han logrado mucho, sobre todo un sentido de disciplina y la aceptación del gobierno.


¿Cómo ayuda este proyecto a solucionar las dificultades que tiene el sector cultural en Cali?

Durante estos cinco años el proyecto de pilotaje quiso reconocer las dificultades para establecer soluciones conjuntas. Entendemos que no todas las manifestaciones culturales y artísticas están sujetas a ser comercializadas, y que algunas necesitan continuar siendo espacios apoyados por los entes públicos y privados. Cuando una biblioteca, un museo o instituciones educativas se convierten en parte de la vida de los ciudadanos, su existencia es una exigencia social.

Con la nueva corporación se espera tener la posibilidad de hacer un trabajo más integrado que no solo establezca metas, sino que sea un proceso de ciudad-región, con otros alcances que posicionen a  la cultura como eje transversal de desarrollo social y económico. Y así dejar de pensar que el sector cultural está en un segundo plano.


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