Marvel Moreno retratada por Fina Torres en París.

25 AÑOS DESPUÉS DE ESCRITA

Se publica por fin la segunda novela de Marvel Moreno, hasta ahora inédita

A finales de febrero, la editorial Penguin Random House publicará ‘El tiempo de las amazonas’ tras un cambio de parecer radical de las herederas de los derechos de la obra, quienes habían dicho que jamás se publicaría.

Santiago Parga Linares*
20 de enero de 2020

Este artículo forma parte de la edición 170 de ARCADIA. Haga clic aquí para leer todo el contenido de la revista.

En mayo de 2018 escribí para esta revista un artículo sobre el conflicto que había entre los lectores –y su interés por ver la obra completa de Marvel Moreno publicada– y el nulo interés de sus hijas, Carla y Camila Mendoza, en publicar su segunda novela, El tiempo de las amazonas, hasta ahora inédita.

El artículo terminaba con una cita triste de Carla: “Definitivamente no se va a publicar. Lo que hay son dos libros, los cuentos y la novela [En diciembre llegaban las brisas (1987)], que tienen el nivel de Virginia Woolf y William Faulkner, los escritores que ella admiraba tanto. Nos parece que sería un error agregar a ese legado un libro de calidad inferior”.

Entre las razones por las que la novela nunca ha sido publicada está aquella que los académicos Fabio Rodríguez Amaya y Jacques Gilard, y el segundo esposo de la autora, Jacques Fourrier, siempre han defendido. Según ellos, el escritor Plinio Apuleyo Mendoza, primer esposo de Moreno y padre de sus hijas, ficcionalizado en un personaje de El tiempo de las amazonas llamado Luis, sale mal parado en la novela. Preocupado entonces por conservar su reputación, Mendoza habría supuestamente impedido la publicación por años –señalamiento que él siempre ha rechazado–.

“El tiempo de las amazonas era en gran parte una autobiografía de los tiempos parisinos, periodo en el cual el comportamiento de su marido no se puede describir. Durante meses y meses, Marvel tuvo que luchar contra una enfermedad mortal y él, en vez de ayudarla, se ensañó en contra de ella hasta no poder esconder su deseo de que muriera pronto. Fue tratada como una indigente porque no tenía un centavo… ¡con un marido diplomático! Plinio pudo reconocerse en el retrato que ella hizo de él, aunque sea muy reducido, y no pudo admitir que su imagen social fuera estropeada en Colombia. Entonces convenció a su hija mayor, Carla, de que la novela era mala y de que, por respeto a su madre, no debía publicarse. Así que la novela nunca ha sido publicada”, decía Fourrier.

Hace algunos meses, Carla y Camila Mendoza –que también siempre han negado esa versión de los hechos– cambiaron sorpresivamente de opinión y, a casi veinticinco años de la muerte de la escritora, le permitieron a Alfaguara publicar la tan esperada segunda novela, que estará en librerías a finales de febrero de 2020.

Una novela mucho más madura

El tiempo de las amazonas es una novela más abiertamente autobiográfica que el resto de la obra de Moreno y disecciona la fauna latinoamericana en París de los años setenta, ochenta y noventa. Las protagonistas son tres primas, Isabel, Virginia y Gaby, quien como la escritora, está exiliada en París y nunca vuelve a Colombia. Las tres exploran las grandes preocupaciones que atraviesan la novela: la enfermedad, el deseo femenino y la libertad (sexual o no), cuyo precio no todos están dispuestos a pagar.

Lo más notable de El tiempo de las amazonas son el número y la variedad de personajes y la manera como, sin tomar aliento, el narrador pasa de uno a otro, insertando anécdotas inspiradas en la vida de la autora hasta completar una lista de docenas de personajes que son penetrados momentáneamente para revelarle al lector sus deseos e hipocresías.

El impulso autobiográfico es fuerte, melancólico, añorante. El lector se enfrenta entre líneas a lo peor de la vida de Moreno, y ella es brutal, cruel, valiente y directa de una manera que parecía imposible en sus obras anteriores. Sin caer en la autocompasión o la acusación, Moreno explora aquí sus fantasías y experiencias, difuminándolas en la multitud de personajes que pueblan la historia.

En diciembre llegaban las brisas ha sido descrita como una obra maestra de relojería. Por eso El tiempo de las amazonas es tan particular; porque es todo lo contrario. Aun así, aunque sea menos sistemática, no es por eso descuidada. Más que una serie de piezas discretas que encajan para formar una estructura perfecta, esta novela se parece más, desde el punto de vista de la voz que narra, al recorrido de un museo: a algunas obras se les mira por más tiempo y con más atención, otras se esconden entre la multiplicidad, y con el resto basta una ojeada pasajera. El narrador ofrece así miradas más o menos profundas de la interioridad de sus personajes.

La autora, sin embargo, teje hilos que los conectan. Un personaje puede desaparecer durante docenas de páginas para volver –años después, en el tiempo de la novela– a darle claridad a un evento que había quedado inconcluso capítulos atrás. Esas conexiones podrían mostrar la ambición que Moreno tuvo en dar con una estructura más compleja, que quizás hubiese sido perfecta si ella hubiera tenido la posibilidad de seguir puliendo versiones, una y otra vez, como solía hacerlo, antes de morir. Pero la especulación sobre lo que hubiera podido ser esta novela es inútil, y en su estado actual El tiempo de las amazonas sigue estando a la altura del resto de la obra de Moreno.

El lupus que aquejó a la escritora durante veinte años aparece en esta novela como una fuerza potente pero innombrable, como si no mencionarlo en voz alta le diera más poder. Afecta a Gaby, el personaje más parecido a la autora. Con lupus y un enfisema pulmonar (aquello que terminó realmente matando a Moreno), Gaby y otros personajes conocen la miseria, el abandono y el dolor, descritos con la precisión de solo aquel que se ahoga mientras escribe.

A la par del dolor y la humillación de la enfermedad, está la preocupación tal vez más honda de la novela: la satisfacción del deseo sexual femenino. Más que en las obras anteriores de Moreno, aquí una vida sexual satisfactoria es condición sine qua non del bienestar. La preocupación por el amor bien hecho, sin taras ni culpas ni pretensiones ni el deseo machista de poseer o controlar, está en todos los personajes. Y los pocos que logran algo parecido a la felicidad son aquellos que conocen la satisfacción sexual completa.

Todo esto, el placer sexual y la búsqueda de la felicidad sincera, depende de algo que para Moreno y sus demás personajes siempre fue imposible alcanzar en Barranquilla: la libertad. Pero en El tiempo de las amazonas esa libertad no es simple. En ello esta novela es más madura que En diciembre...: la libertad con que quizá soñaba la narradora de la primera novela no es perfecta ni gratuita. París no es un paraíso, y los personajes, tan liberales e intelectuales, no se deshacen por completo de las contradicciones e hipocresías del machismo, el racismo y la homofobia de la burguesía, colombiana y francesa.

En la responsabilidad que deriva de aceptar el peso de la libertad, la novela demuestra su madurez y la conclusión de las preocupaciones que la autora tuvo en vida.

Como el resto de su obra, este libro de Moreno es difícil de clasificar y no cabe fácilmente en las categorías que nos gustan a los críticos. Los lectores tampoco encontrarán un libro fácil. Era adelantado para su época, y hoy sigue siendo pionero. Es feminista hasta que deja de serlo; es discípulo del psicoanálisis freudiano hasta que se burla de sus dogmáticos practicantes; es una novela autobiográfica pero está escrita en tercera persona, todos los personajes son inventados y la autora está dispersa en una docena de ellos; es una crítica feroz del catolicismo, pero uno de sus personajes conoce la paz verdadera solo a través de la fe; critica la superficialidad, pero la belleza física nunca deja de ser importante; puede ser extremadamente culta, incisiva y hasta brillante, pero se permite sus toques de melodrama casi juveniles. El tiempo de las amazonas se resistirá por eso a cualquier lectura simplista.

Vuelta de tuerca

Para Carla y Camila Mendoza, el cambio de opinión tomó años, en parte porque dicen no estar seguras de que su madre hubiera querido que la novela se publicara. Y a pesar de que siguen considerándola imperfecta, tomaron la decisión de compartirla con los lectores, que tanto la exigieron.

Ese deseo se expresó con contundencia el 21 de septiembre de 2018, en la Feria Internacional del Libro de Barranquilla (Libraq). Un colectivo de mujeres se manifestó durante una charla en la que Plinio Apuleyo Mendoza y Mauricio Vargas discutían sobre el legado literario de la autora. Precisamente por la desacertada selección de los panelistas –por aquello de que Mendoza ha sido acusado de impedir la publicación de la novela–, el colectivo de mujeres irrumpió en el evento y exigió la publicación con una performance que consistió en repartirle al público algunos fragmentos impresos de la novela inédita.

Mendoza siempre ha negado esas acusaciones y dice haberles dejado la decisión de publicar o no la novela a sus hijas, dueñas de los derechos.

Para explicar su cambio de opinión, Carla y Camila Mendoza escribieron un prólogo que acompañará la primera edición de El tiempo de las amazonas. Ahí declaran que “a pesar de sus imperfecciones (…), tiene pasajes muy bellos, justos, poéticos e incluso a veces divertidos. Este libro también completa la obra novelesca de nuestra madre al presentarnos los retratos de una serie de mujeres que consiguieron liberarse del yugo masculino y volar libres. De este modo, los valores que nuestra madre defendía intensamente (…) están presentes en esta novela de principio a fin”.

Busqué a las hijas de Moreno para que explicaran más detalladamente cómo y por qué habían cambiado de parecer, pero me dijeron que el prólogo será la única declaración pública que harán al respecto. Prefirieron, entonces, no ser entrevistadas para este artículo.

Plinio Apuleyo Mendoza, por su parte, me dijo que aplaude la decisión de sus hijas: “Es una decisión valerosa. Mis hijas conocen las debilidades de la obra, pero aun así les parece que es importante publicarla y yo apoyo esa decisión”.

Fabio Rodríguez Amaya, pintor, amigo de Moreno y uno de sus albaceas literarios, celebra también la publicación, pero insiste en que la obra no ha recibido la atención y el respeto que merece. “Colombia sigue en deuda porque ella no ha sido bien editada y no ha sido bien distribuida. No se trata de hacerle justicia a Marvel Moreno; se trata de que un autor tiene el derecho a existir en el momento mismo en que escribe, con la libertad para escribir lo que quiere escribir”.

Hace casi dos años, Jacques Fourrier, el segundo esposo de Moreno, me dijo que “el talento al final vence, aunque necesite un siglo”. Afortunadamente solo necesitó veinticinco años.

Lea aquí las primeras páginas de ‘El tiempo de las amazonas‘

*Parga es profesor de Literatura y periodista.