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PEQUEÑA ITALIA EN CARTAGENA

Finalizó la séptima versión del Festival Internacional de Música de Cartagena, que esta vez incluyó cambio de director artístico: de la mirada cosmopolita del estadounidense Stephen Prutsman pasaron a una curaduría más artesanal, a cargo del italiano Antonio Miscena. En consecuencia, el enfoque fue más especializado: la temática central fue el Barroco en Italia, un repertorio que combinó muy bien con la arquitectura de la ciudad vieja. La música de Vivaldi, interpretada bajo la batuta de Rinaldo Alessandrini, demostró por qué sigue estando entre lo más popular del repertorio culto. No faltó el detalle un tanto estereotipado de programar Las cuatro estaciones para el cierre, porque al fin y al cabo es una obra que ya tiene ganado el afecto de los oyentes, sean conocedores o no de la música clásica. La verdadera revelación fue la música de Giovanni Battista Pergolesi (1710-1736), un compositor que a pesar de haber muerto a los veintiséis años dejó obras geniales en diferentes géneros. El público se conmovió con el oratorio religioso Stabat Mater, y rió con la ópera bufa La Serva Padrona. Sin embargo, uno de los problemas que poco se ha comentado fue el acceso a entradas. Al ser un festival que cuenta con grandes patrocinios, está a la vez obligado a entregar innumerables boletas de cortesía a sus patrocinadores, y la capacidad del Teatro Adolfo Mejía es de apenas seiscientas cincuenta personas. No es raro, por ejemplo, que en una función especial la platea esté totalmente ocupada por invitados, dejándoles a los melómanos apenas algunos palcos y el gallinero. Para no convertirse en un festival hermético, el Festival de Música de Cartagena ha empezado a programar repeticiones, lo cual puede ser el inicio de una solución: el jet set va a los estrenos y los más interesados en la música van a los reestrenos.

LA FILARMÓNICA EN LA CALLE

También hubo música en Bogotá, esta vez a cargo de la Orquesta Sinfónica que como parte de su programación de Navidad, realizó diez conciertos en distintos espacios del corredor cultural de la carrera Séptima como las iglesias de San Diego, La Veracruz y Las Nieves. El último concierto corrió por cuenta del cuarteto de saxofones colombiano Yaketysax que se presentó el 24 de diciembre a la salida de la iglesia de San Francisco en la avenida Jiménez. El repertorio incluyó piezas tradicionales de navidad y algo de jazz que terminó por llamar la atención de varios transeúntes hasta que al final –durante la interpretación del tema de la Pantera Rosa de Henry Mancini– había una aglomeración frente a la tarima al aire libre. Aunque los conciertos tuvieron buena acogida, la presentación de la Orquesta Filarmónica en espacios abiertos no estuvo exenta de polémica. La razón es que mientras el alcalde Petro defiende la idea de ver a la Orquesta en las calles de la ciudad, para algunas directivas y músicos esto pondría en riesgo los instrumentos. ¿Salir a la calle con un violín Stradivarius que puede costar varios millones de pesos? Lo cierto es que aunque la mayoría de instrumentos no se dañan a la intemperie, algunos, sobre todo las cuerdas, son más propensos a desafinarse por los cambios de temperatura. En todo caso los conciertos se realizaron y la Alcaldía se salió, una vez más, con la suya.

NUEVOS ESPACIOS

Buenas noticias para el arte colombiano. El pasado diciembre, el Museo de Arte del Banco de la República anunció que reorganizará su colección de arte que desde 1957 reúne a más de tres mil obras de artistas colombianos, latinoamericanos y europeos. Ya se inauguró la primera sala, “Los primeros tiempos modernos”, curada por Beatriz González que exhibe ochenta y cuatro obras ubicadas en el siglo XIX. A esta se sumarán otros tres espacios que abarcan desde el siglo XVI a la segunda mitad del XX, con la curaduría de los investigadores Álvaro Medina, Carmen María Jaramillo y Jaime Borda. Allí se podrán ver obras de Angelino Medoro, Francisco de Zurbarán, Andres de Santamaría, Fernando Botero, Eduardo Ramírez Villamizar, Beatriz González, Alejandro Obregón, Luis Caballero, Óscar Muñoz,  Fernell Franco, Miguel Ángel Rojas, Marina Abramovic´, Vik Muñiz y Doris Salcedo. La idea es que todo esté listo en junio de este año.

DIÁLOGO ANACRÓNICO

A propósito del lanzamiento de La ficción del monje, la más reciente novela del colombiano Francisco Montaña que narra las aventuras de Arturo Molano, biógrafo de Biófilo Panclasta, anarquista y personaje de la vida real colombiana de comienzos del siglo XX, la editorial Laguna decidió hacer un curioso evento. La noche del 15 de diciembre se realizó un performance en la muy acogedora librería Casa Tomada de Bogotá donde Montaña conversó con un actor que interpretaba a Panclasta. El actor apareció vestido de época y dijo: “Biófilo, amante de todo, presenta a Panclasta, enemigo de todos”. Luego, ambos personajes se dedicaron a debatir los puntos principales de la biografía de Panclasta: su encuentro con Lenin en el Transiberiano, su amistad con Kropotkin y Gorki y su relación con “la maravillosa Julia, su esposa, pitonisa, exmonja y actriz”. Todo terminó con vino, firma de libros y la sensación del público de haber asistido a uno de los eventos literarios más originales del año. ¡Muy bien por estas apuestas!