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Foto: Expedición Tribugá

PORTADA: EL DESASTRE SE AVECINA

La emergencia climática será una prioridad para ARCADIA este año

Nuestra meta es lograr que la preocupación por la emergencia climática se incorpore en todos nuestros proyectos y plataformas; y que nuestro aporte no se reduzca al análisis de los hechos, sino que parta de cómo nombramos las cosas.

20 de enero de 2020

Este artículo forma parte de la edición 170 de ARCADIA. Haga clic aquí para leer todo el contenido de la revista.

El mundo en que vivimos ya cruzó varias líneas rojas que hace apenas pocos años se creían lejanas. Ni la ciencia ni mucho menos la opinión pública pensaron que la situación fuera a ponerse tan grave, tan rápidamente. Tomemos solo la noticia más reciente: los incendios en las zonas forestales de Australia han matado a más de quinientos millones de animales. El desastre que se avecina con el ascenso de las temperaturas y el nivel del mar ya se ha convertido, según un grupo de expertos que publicaron hace poco una declaración en la revista Nature, “en una amenaza a la civilización”. En palabras de esos mismos científicos: estamos en un estado de emergencia planetaria.

Esto ha producido en ARCADIA una reflexión sobre nuestro rol y, en términos generales, el de la cultura y las artes en comprender y al menos aplacar esta crisis. En 2019 publicamos una edición de nuestra revista dedicada a Alexander von Humboldt y su aproximación interdisciplinaria a la relación hombre-naturaleza, y desde entonces abrimos una sección de medioambiente que nos sirvió para empezar a abordar estos temas.

Sin embargo, sentimos que el compromiso debe ser mayor y más transversal, y por eso empezamos 2020 con un extenso reportaje del escritor Juan Álvarez sobre los conflictos que rodean uno de los lugares más biodiversos del mundo –el golfo de Tribugá, en el Chocó– y con otros proyectos editoriales (algunos insertos en esta revista) que miran los problemas relacionados con el recalentamiento del planeta, el medioambiente, la conservación, la biodiversidad y la sostenibilidad.

Nuestra meta es lograr que esta preocupación se incorpore en todos nuestros proyectos del año: las revistas, los eventos culturales y las Carpas Arcadia que organizamos, y el cubrimiento diario en plataformas digitales. Pero queremos que nuestro aporte no se reduzca al análisis de los hechos, sino que todo esto parta de cómo nombramos las cosas. Al igual que lo anunció The Guardian en mayo de 2019, en nuestras plataformas no hablaremos, por ejemplo, de “cambio climático” sino de “emergencia”, “crisis” o “colapso climático”. No se trata de ser alarmistas, sino más precisos. La alarma ya suena, y esto hay que enunciarlo desde el lenguaje mismo, que es nuestra principal herramienta, si queremos ser justos con la realidad.

Con esta convicción queremos también invitar a la acción. Según una encuesta citada por The New York Times, cada vez más personas son conscientes de las realidades de la crisis climática y de la destrucción del medioambiente, pero no actúan; en parte porque sienten que es un asunto aún abstracto, que no los toca. Aquí el periodismo podría ser determinante si decide abordar el asunto desde la tragedia que es; también las artes, si convierten este tema en una experiencia emotiva, no únicamente discursiva.

Lea el reportaje de portada ‘Somos la riqueza‘, del escritor Juan Álvarez, haciendo clic aquí