¿Qué tan rico es Donald Trump?

"El número real de su fortuna son US$10.000 millones", dijo Trump en una reunión con Bloomberg el pasado 3 de junio. Sin embargo, en el documento publicado con el anuncio de su candidatura afirma que son US$8.700 millones. Incluso si se toma la cifra más baja, ocuparía el puesto 53 en riqueza en los Estados Unidos, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg.

Los factores que determinan la fortuna de Trump pueden variar ampliamente. Solamente la valoración de la marca Trump acoge hoteles, corbatas, perfumes, agua mineral, entre otros, y sobre los cuales cobra licencia de uso.

A diferencia de otros candidatos, Trump nunca ha diligenciado el formulario de divulgación de información financiera.

Trump tiene 30 días después de su anuncio para presentar una lista de sus activos y pasivos a la Comisión Federal Electoral. Puede buscar dos extensiones de 45 días, y los que se conceden de forma rutinaria. Eso significa que será a mediados de octubre, el tiempo máximo en que Trump revele al público sus finanzas personales.

De cualquier forma Trump puede completar el formulario sin revelar todo acerca de sus finanzas: por ejemplo ninguna de sus casas, carros, barcos y otros bienes que no produzcan ingresos deberá declararlos. Tampoco tendrá que mostrar sus declaraciones de impuestos o cualquier activo que esté a nombre de sus hijos.

Empresario optimista

En su condición de promotor y desarrollador de propiedades para personas famosas, Trump no tiene pares. Tiende a describir todos sus activos en términos superlativos: el mejor edificio, la mejor cancha de golf, los mejores lugares. Tampoco separa públicamente su patrimonio personal y las propiedades que administra, lo que hace que los componentes de su fortuna sean difíciles de determinar.

Sector inmobiliario

En la quinta averida de Nueva York, se encuentra su propiedad más famosa, La Torre Trump, la cual está comprende unidades en condominio y elementos comunes –pasillos, ascensores- que se han vendido y ya no representan un valor para Trump.

Sin embargo, él es dueño de los derechos de los espacios comerciales del edificio, compuestos por doce pisos de oficinas y una tienda Gucci de tres pisos. Estos espacios están valorados en US$400 millones. También es dueño del penthouse de 2.800 metros cuadrados ubicado en el ático del edificio.

Constructores de otros países como Corea del Sur, Turquía, Panamá y Hawai han pagado comisiones y honorarios a Trump para poner su nombre en edificios de apartamentos y hoteles, en los cuales el metro cuadrado se vende más caro por este hecho.

Otra complicación en este turbio ejercicio patrimonial es que Trump tiene por lo menos dos de sus grandes propiedades de Nueva York en leasing. En 1979 tomó en leasing una propiedad en la cual se encuentra una tienda de Nike por el cual pagaba US$125.000 anuales hasta 2008. El siguiente año, este rubro aumentó 6%, razón por la cual Trump decidió negociar la propiedad, según datos de los consultores londinenses Charles McDowell Poperty Consultants, al menos un 10% por debajo de su valor de mercado. Esta propiedad tiene un valor de al menos US$450 millones, según datos compilados por Bloomberg.

En ese mismo sentido tiene otros contratos de arrendamiento que vencen hasta en 2059, con los cuales tiene derechos de explotar dichos inmuebles hasta el año 2059 y con posibilidad de extenderlos hasta el año 2194.

Golf y hoteles

Los hoteles de lujo de Trump y los 20 campos de golf en EEUU, Escocia y Puerto Rico son también difíciles de valorar. Los campos tienen una variedad de modelos de ingresos, pues algunos están diseñados para ayudar a la venta de bienes raíces y pueden operar dando pérdidas.

Los ingresos procedentes de honorarios, membresías, comidas y bebidas de los hoteles de Donalf Trump, pueden llegar a ser US$450 millones, según datos de bloomberg.En su condición de promotor y desarrollador de propiedades para personas famosas, Trump no tiene pares. Tiende a describir todos sus activos en términos superlativos: el mejor edificio, la mejor cancha de golf, los mejores lugares. Tampoco separa públicamente su patrimonio personal y las propiedades que administra, lo que hace que los componentes de su fortuna sean difíciles de determinar.