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Éxito

Las 3 razones científicas por las que unas personas son más exitosas que otras

Los seres exitosos ¿nacen o se hacen? Es una pregunta que atrae la atención de muchos investigadores y científicos del comportamiento humano.

23 de enero de 2018

Desde FP hemos enumerado un conjunto de acciones que lo pueden encaminar a ser como las personas millonarias, fundadores de empresas o celebridades que por sus rasgos personales, se convierten en el referente de la humanidad. No necesariamente nos referimos a todo el dinero que alguien puede acumular.

Por ejemplo, el Dalai Lama puede ser un modelo de éxito de estas generaciones de jóvenes cuya búsqueda está orientada la plenitud mental, a lograr el mejor estado del ser. Otros pueden admirar a un explorador, a un científico como Neil deGrasse Tyson que tiene sus propios programas de televisión y series para explicar teorías complejas del universo al ciudadano de a pie.

Otros sí se fijan en lo material y buscan parecerse a las estrellas de Hollywood, a los millonarios de Wall Street o los fundadores de Facebook o Google. Lo cierto es que trabajar para lograr el éxito reúne una alta dosis de esfuerzo pero también, condiciones muy especiales.

Por ejemplo, Warren Buffet lee más de 100 páginas todos los días. Bill Gates está dedicado a la filantropía, Richard Branson es un apasionado de los deportes de alto riesgo y así, podemos enumerar una lista de hábitos de estas personas: pasando por Oprah Winfrey, Michelle Obama o Serena Williams.

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Por eso, hemos dicho en este portal qué hacen los millonarios un viernes en la tarde, como por ejemplo, agradecer a todos y cada uno por la labor bien hecha de la semana. O que las personas exitosas buscan a seres tan exitosos como sí mismos, porque por algo dicen que ‘plata llama plata’.

También, con todo el rigor científico se ha tratado de descubrir por qué algunos seres humanos son más proclives el éxito, en tanto que otras no. Y sobre este tema, Jhon Rampton, de Entrepreneur VIP hizo un recuento de los estudios científicos de la neurociencia pueden explicar este hecho. Acá le hacemos un recuento de los hechos más recientes:

  1. Motivación: encuéntrela en la cabeza

La motivación hay que encontrarla en el cerebro, en un área conocida como el núcleo accumbes, de acuerdo a investigaciones académicas. Es en esta pequeña sección que los neurotransmisores envían mensajes químicos al resto del cuerpo. Esos neurotransmisores nos ayudan a estar alerta, enfocados y en esa parte del cerebro que influye en cosas como completar un proyecto o ir al gimnasio.

En la motivación, uno de los neurotransmisores más importantes se llama dopamina, la cual es una señal química que pasa información de una neurona a la otra. Cuando surge la dopamina en una primera neurona y esta es liberada, flota entre el espacio vacío (la sinapsis) entre la primer y segunda neurona. Y mientras se mueve entre neuronas, choca contra varios receptores.

“La dopamina ayuda a unir lo que los científicos llaman distancia psicológica”, explica John Salamone, Ph.D., jefe de la División de Neurociencia Conductual de la Universidad de Connecticut. “Digamos que estás sentado en casa en tu sillón en pijama, pensando que realmente deberías ejercitarte, por ejemplo. La dopamina es la que permite que tomes la decisión de estar activo”.

Cuando le decimos que encuentre en su cabeza la motivación, ocurre que en su cerebro la dopamina tiene que encontrar la vía mesolímbica. Eso es esencialmente de la mitad del cerebro a la corteza cerebral. Sin volverse muy especializados, este proceso parece ser la vía más gratificante del cerebro. Durante el viaje, una de las paradas de la dopamina es el núcleo accumbens. Cuanto hay un excedente de dopamina, en este espacio se detona la retroalimentación para predecir las recompensas.

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  1. Dopamina no es igual a solo placer

La dopamina empieza a tener efecto cuando el cerebro reconoce que algo importante está a punto de ocurrir, y es un buen momento para usted, la dopamina hace efecto. Desde que la dopamina es liberada siempre recibimos un premio, el trabajo real es motivarnos a actuar. Eso nos llena de propósito para lograrlo, de motivación y al mismo tiempo nos aleja de pensamientos negativos que pueden atraer cosas malas.

Pero, a todos nos pasa que relacionamos la dopamina con el placer, aunque se ha encontrado que alcanza su máximo pico durante episodios de estrés, dolor o pérdida.

Por eso, científicos de Vanderbilt realizaron un estudio donde compararon el cerebro de los ‘triunfadores’ versus el de los ‘holgazanes’. Este grupo de expertos encontró que los triunfadores tienen la dopamina más alta en las fases de recompensas y porciones de motivación en el cerebro, que es el cuerpo estriado y la corteza ventromedial prefrontal.

Por el contrario, los holgazanes tenían más dopamina en la parte del cerebro donde se asocian la emoción y el riesgo, la ínsula anterior. “Estudios pasados con ratas han mostrado que la dopamina es crucial para la motivación de recompensa”, concluyó el doctor Michael Treadway. “Pero este estudio provee nueva información sobre cómo la dopamina determina las diferencias individuales en el comportamiento humano de los “buscadores de recompensa”.

#3. Combata la resistencia

Todos tenemos fuentes de resistencia, es algo completamente normal porque las personas construimos castillos o hacemos ‘islas’ como medida de protección ante algo que nos causó un trauma, una frustración o un dolor personal. Esas resistencias hay que aprender a manejarlas o por el contrario, nos llenaremos de excusas para no salir adelante ante los obstáculos de la vida. Por ejemplo, si usted dice:

“Me quedé sin empleo por culpa de ese jefe tan malo”

“Me viven pasando cosas malas por ser muy buena persona”

En vez de eso, hay que enfocarse en para qué le pasaron estas situaciones, qué aprendió y qué puede hacer para que no se repitan las malas experiencias. Treadway aconseja que hay que trabajar por superar las expectativas. “Cuando algo se siente mejor de lo que esperabas, la dopamina manda una señal a tu cerebro que dice: ‘Necesitas descifrar cómo hacer que pase otra vez’”, indica. Por eso en vez de trabajar por ‘lo que le toca’, invéntese en su tiempo libre un proyecto personal, estudie, planee un viaje o emprenda. No se conforme, muévase.

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