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Las novelistas españolas Lara Moreno y Elvira Navarro

FILBo 2015

Contar la España de hoy

En un conversatorio con el autor Juan Cárdenas, las escritoras Elvira Navarro (La trabajadora) y Lara Moreno (Por si se va la luz) hablaron sobre la literatura en la actual crisis española.

María Alejandra Peñuela
26 de abril de 2015

Juan Cárdenas inició con una pregunta, que aunque parecía no tener nada que ver con narrar la España de hoy, conforme transcurrió el conversatorio se hizo evidente por qué era tan válida: “¿Tiene sentido una distinción en la que se dice que esta es una feria dedicada a las mujeres?”. “Las etiquetas se usan de manera discriminatoria”, dijo Elvira Navarro, “la escritura no es de mujeres y para mujeres. Sin embargo no se puede negar que en la escritura hay lugres comunes”. Lara Moreno contó que hace poco había sido jurado de un concurso de narración. Antes de anunciar el ganador, discutía con un colega que muy pocas mujeres habían ganado ese concurso y que era evidente por la narrativa que ese año ganaría de nuevo un hombre. “Todo era muy masculino: los personajes, los escenarios, la narración”. Cuando abrieron el sobre del ganador se dieron cuenta de que era una mujer: “No estoy de acuerdo con las etiquetas, pero parece que uno no se sale de ellas”.

Las novelas de estas dos escritoras tienen más en común que simplemente estar ambientadas en la España de hoy. Ambas exploran la crisis personal de la mujer artista que se ve afectada por la crisis económica y política. Aunque La trabajadora y Por si se va la luz son completamente políticas, tanto Elvira Navarro como Lara Morena aseguraron que asociarlas de entrada con una crítica social es llegar a la narrativa con una lectura previa, cerrando la posibilidad de cualquier otro tipo de lectura. De hecho, Navarro cuenta que empezó La trabajadora mucho antes de la crisis con algo de historia autobiográfica.

Navarro es editora y escritora, muy similar a su personaje principal, y antes de la crisis la editorial para la que trabajaba le dejó de pagar. “A España le iba bien, pero a mí me iba fatal”, dijo. Era un estado esquizofrénico pues mientras los medios aseguraban que España estaba bien, lo que ella veía a su alrededor no era eso. Tenía que vivir en un apartamento compartido y dividido por paredes tan delgadas como el papel.

Moreno, con una novela que se aproxima más al intimismo, dijo que la crisis que ella buscaba plasmar no era únicamente la económica-social, sino una que se perpetúa en el ser humano: una crisis propia, una crisis íntima. Tal vez esta conversación se debió haber llamado “Contar la crisis de hoy” porque lo que estas mujeres hicieron fue un tratado de la crisis: la crisis de una mujer, la crisis de una artista, la crisis de un gobierno y la crisis de una sociedad.

“Somos una generación de niños mimados” dijo Moreno, “y no hay una conciencia de la responsabilidad que tenemos por arreglar el sistema, si todo se va a la mierda, pensamos pues que se vaya a la mierda porque yo no puedo hacer nada”. Esta generación que vive la situación actual española transmite esa crisis a su vida personal. Cárdenas preguntó si esto ocurría al revés, si era posible que un conjunto de crisis personales llevaran a una crisis colectiva, a lo que Navarro contestó que no cree que suceda en ese sentido sino al contrario. Los personajes se crean a partir de una multiplicidad de factores que los rodean: el lugar donde crecieron, su familia, su profesión y es imposible estar al margen de lo que pasa en la sociedad.

Así es como las mujeres de la novela fracasan a la par con la sociedad española. Cárdenas sugirió que tal vez ellas servían como metáfora de la España de hoy, una España que aunque lo intenta no logra salir de la gran crisis en la que está. Las novelas tienen un desenlace distinto. La trabajadora concluye sin que ninguna de las dos protagonistas logre salir adelante gracia a su escritura. Aunque se busca la reivindicación del arte, tanto el ideal como sus personajes fracasan. Moreno, por el contrario, dice que ella sí quería encontrar el éxito a través del arte, y con su mirada en lo personal logra que su personaje triunfe.

Las dos autoras narraron a la España de hoy tal vez como se narraría la Colombia de hoy, o como se narraría cualquier otra región, pues más allá de presentar una imagen particular presentaron lo universal.

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