Breve historia de la izquierda en Colombia

¿Qué implica hablar de la izquierda radical en Colombia? ¿Es posible hablar de solo una izquierda en el país? A partir de estas dos preguntas, la artista Gabriela Pinilla y el colectivo TRansHisTor(ia) -María Sol Barón y Camilo Ordoñez Robayo- concibieron para el 44 Salón de Artistas AÚN, celebrado el año pasado el Pereira, el libro Movimiento hacia la izquierda, que en 130 páginas presenta una breve pero esclarecedora historia de los movimientos socialistas y comunistas en el país durante el siglo XX, así como un surtido compendio gráfico de primeras páginas de periódicos y revistas, afiches, caricaturas, discursos, himnos y propagandas.

La obra, cuyo título hace referencia a una escultura abstracta de la artista Feliza Bursztyn  -detenida durante el Estatuto de Seguridad de Julio César Turbay por representar una amenaza a los “intereses nacionales”-, parte de la premisa que es un error reducir a una sola línea de pensamiento tanto a la izquierda colombiana como a la global. “La izquierda no es una, sino muchas, y dentro de su multiplicidad se manifiestan coincidencias pero también amplias diferencias ante tácticas y formas de accionar, además de constantes transformaciones”, se lee en el libro, que se presentará el miércoles 29 de marzo a las seis de la tarde en la Biblioteca Nacional, donde sus autores conversarán con Juan Carlos Celis y Mónica Eraso.

Sin embargo, antes de adentrarse en la historia de la pluralidad izquierdista en el país, Pinilla y el colectivo TRansHistor(ia) repasan el origen de esta corriente ideológica y cómo sus principios han evolucionado a escala mundial con el correr de los años. Sitúan su punto de partida en la Convención Nacional Francesa de 1792, de la que surgieron marcadas diferencias entre los girondinos (derecha) y los jacobinos (izquierda): mientras que los primeros querían negociar con a la monarquía y limitar el derecho a votar, los segundos abogaban por la abolición total de la monarquía y la creación inmediata de una República con sufragio para todos. A su vez, los autores descosen a las nuevas izquierdas del siglo XXI de la más tradicionales del siglo XX, que en más de una ocasión sacrificaron la libertad en nombre de la igualdad.

En cuanto a los avances y tropiezos de los socialistas y comunistas en el país, Movimiento hacia la izquierda inicia su línea de tiempo en 1909, cuando los movimientos obreros usan por primera vez el término socialista, y la culmina en 1991, con la caída del régimen soviético y la creación de la nueva constitución colombiana. En cuanto a las ocho décadas de por medio, los autores resaltan varios episodios puntuales: desde el nacimiento del primer Partido Socialista en 1919 y los lazos de la izquierda con la iglesia católica en los primero años del siglo XX, hasta la alianza progresista entre el Partido Comunista Colombiano y el ala moderada del partido liberal en los años treinta y el surgimiento del Movimiento Obrero Estudiantil y Campesino (MOEC), la primera guerrilla del país creada en el marco de la Revolución Cubana.

El valor de Movimiento hacia la izquierda, sin embargo, no radica tanto en su lectura, cuya función parece ser sobre todo introductoria. Se encuentra, en cambio, en su contemplación: en las más de 100 páginas dedicadas al material gráfico recopilado por Pinilla y el colectivo TRansHistor(ia). Con ojear el libro, salta a la vista una historia al tiempo optimista, violenta y compleja, tan importante hoy para poner en perspectiva el final del conflicto armado con las FARC, cuya implementación no solo se tendrá que llevar a cabo en el marco legal, sino también en la aceptación de otras formas de entender el mundo.