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60 años del voto femenino: participación sin igualdad

El 1 de diciembre de 1959 ocurrió una revolución que cambió para siempre la vida de las mujeres en Colombia. Sin embargo, ellas todavía están muy lejos de obtener plenitud de derechos en la sociedad.

1 de diciembre de 2017

Hasta hace 60 años, las mujeres no podían votar en Colombia. A pesar de ser la mitad de la población, estaban excluidas de los espacios de decisión política en el país. Eso cambió el 1 de diciembre de 1959, cuando fueron convocadas por primera vez a las urnas para decidir en en el plebiscito que pretendía instaurar el Frente Nacional en el país. Más allá de esa historia, la fecha se presta para preguntarse si desde entonces obtuvieron igualdad de derechos en la sociedad.

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Ese fue el tema del viernes en Semana Sostenible en vivo. Las encargadas de responderlo fueron Rosa Cobo, directora del Centro de Estudios de Género y Feminista de la Universidad de La Coruña; Amparo Sánchez Gómez, directora de Casa de la Mujer; María José Pizarro, artista plástica y activista en la defensa de los derechos humanos y Paola Gómez, coordinadora temática de políticas públicas ONU mujeres Colombia.

La principal conclusión que se puede sacar de la conversación es que si bien ha habido muchos avances para las mujeres en estos 60 años, estos han sido lentos e insuficientes para ofrecerles plenitud de derechos sociales. Como explica Gómez, “aunque somos el 52 % de la población y el 54 % de los estudiantes graduados de universidad cada año, apenas representamos el 21 % del Congreso y el 17 % en todos los cargos públicos de elección popular. Apenas hemos avanzado eso en este tiempo”.

Según Rosa Cobo, a pesar de los avances en acceso a la educación y manejo del tiempo libre, por ejemplo, la principal causa de la baja presencia de las mujeres en los espacios políticos se debe a que tienen que sortear múltiples obstáculos para acceder a las posiciones de poder.  Uno de ellos es la dificultad de conciliar la vida pública con la privada, en la que tienen que cumplir casi siempre el rol de cuidado del hogar.

“Es extraordinariamente difícil, yo soy madre de dos hijas y llego con esa “desventaja”. Además tengo que convencer a los partidos y a los electores de que soy una opción viable”, dijo Maria José Pizarro, quien se prepara para lanzarse a la Cámara de Representantes por el Partido Verde en las próximas elecciones”.

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Tal vez el obstáculo más complicado a vencer es el prejuicio de que las mujeres deben ser protegidas por los hombres. “Eso manda el mensaje de que somos más débiles que los varones, entonces no somos sujetos políticos porque no tenemos autonomía, somos inferiores”, dijo Cobo. “Según ese prejuicio nosotras no tenemos inteligencia, sino que somos más emocionales. A diferencia de los hombres, que sí son racionales y tienen perspectiva de futuro”, ironizó Amparo Sánchez, directora de la Casa de la Mujer.

Por eso, todas las panelistas coincidieron en que esta desigualdad se puede corregir, por una parte, educando a niños y a niñas en la idea de que los trabajos y del hogar no son únicamente para las mujeres. También son necesarias políticas públicas que fomenten la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres. Una tarea en la que Colombia ha avanzado muy poco en los 60 años que han pasado desde que ellas se estrenaron en los espacios políticos del país.