MEDIOAMBIENTE

Corales, manglares y pastos marinos, las otras víctimas del huracán Iota

Las tormentas tropicales y los huracanes son considerados agentes naturales de gran impacto en los ecosistemas marinos y costeros. Sin embargo, en Colombia falta investigación frente a sus consecuencias, así como evaluaciones oportunas en torno al tema.

22 de noviembre de 2020
En la región Caribe los huracanes han afectado notablemente ecosistemas claves como los arrecifes coralinos, según estudio de Invemar. Foto: Parques Nacionales Naturales.

En víctimas silenciosas de los huracanes se han convertido los corales, mangales y pastos marinos. En Colombia - según una investigación adelantanda por Alberto Rodríguez Ramírez y María Catalina Reyes Nivia, en el año 2008, mientras hacían parte del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar) - son casi nulos los antecedentes sobre la evaluación inmediata de los impactos de estos ciclones en los ecosistemas marinos, debido, en parte, a que se supone que las costas colombianas son menos vulnerables a estos fenómenos en comparación con otras áreas del Caribe y Golfo de México. 

La investigación también da cuenta que la documentación de impactos por huracanes en el mediano y largo plazo en el Caribe colombiano también es escasa. Sostiene que los huracanes y las tormentas tropicales están considerados entre los agentes naturales de perturbación más frecuentes y de mayor impacto en los ecosistemas marinos y costeros. 

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"En particular en la región Caribe, los huracanes han afectado notablemente ecosistemas clave como los arrecifes coralinos, provocando pérdidas de cobertura coralina viva hasta del 50 por ciento y alteraciones en el crecimiento, zonación y estructura moderna de sus arrecifes", señala el estudio títulado Evaluación Rápida de los Efectos del Huracán Beta en la Isla Providencia. 

El documento menciona que también se han registrado daños sobre los manglares y las praderas de pastos marinos, mientras que las playas han sido fuertemente erosionadas. "Los impactos ocasionados por los huracanes en los ecosistemas marinos están asociados a los fuertes vientos, ya que estos modifican la dinámica del agua y generan un incremento significativo en la intensidad y frecuencia del oleaje", indican los investigadores en el estudio.  


Los huracanes no solo afectan los corales, también las praderas de pastos marinos. Foto: archivo / Semana. 

Aseguran, además, que parte del deterioro del complejo arrecifal de San Andrés ha sido atribuido a la acción de tormentas y huracanes, mientras que la notable y reciente colonización de sustratos arrecifales por la esponja Cliona tenuis ha sido mediada por eventos como tormentas o huracanes en las Islas del Rosario y San Andrés. 

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Los investigadores citaron en la investigación como ejemplo los impactos del coletazo del huracán Lenny en 1999. "Según las estaciones de monitoreo de arrecifes coralinos y manglares de la bahía de Chengue (Parque Nacional Natural Tayrona), incluyeron una pérdida de la cobertura coralina viva cercana al 4 por por ciento, un aumento significativo en las tasas de sedimentación en los arrecifes (20 veces mayor) y un incremento en la producción de hojarasca del manglar superior al doble del promedio", dijeron. 

En vista de que una situación similar se pudo haber registrado en esta oportunidad y de manera más severa en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, urge a adelantar una evaluación minuciosa de los impactos y establecer una estrategia que permita su restauración efectiva. 

 


Los arrecifes de coral son importantes porque ayudan a disminuir la fuerza de las olas y las marejadas. Foto: PNN. 

Sandra Vilardy, bióloga marina, doctora en ecología y medio ambiente, sostuvo que el impacto generado por el huracán Iota en cada uno de los ecosistemas marinos del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina dependería del estado de salud en el que se encontraran

"En el país existe una información muy básica sobre el efecto de huracanes en el Caribe colombiano, región en donde todos los años se deben enfrentar ciclones tropicales de diferente nivel", apuntó. 

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La también directora de la inicitiva Parques Cómo Vamos señaló frente al tema de los corales que cuando estos están sanos y no tienen tanta incidencia de enfermedades o blanqueamientos, pueden soportar de manera más fuerte este tipo de fenómenos. "Algunos suelen verse afectados, sobre todos los individuales, aquellos que no forman parte de estructuras continuas. Buena parte de los corales que son como globosos y masivos no sufren tanto y enfrentan muy bien estos eventos extremos. De hecho, como el huracán suele enfriar el agua, sirve para bajar la temperatura y refrescarlos, pero eso es positivo en la medida que los corales estén sanos, ya que si están enfermos su capacidad de resistencia se reduce", mencionó. 

Sostuvo que los corales que más afectaciones tienden a tener son los ramificados como, por ejemplo, las Acroporas cervicornis (coral cuervo de ciervo) o los Acropora palmata (coral cuerno de alce). "Esos corales sí se les genera mucho daño porque se parten con el efecto del mar y las olas tan duras", apuntó. 

Informó que uno de los principales servicios ecosistémicos de los arrecifes de coral era disminuir la fuerza con la que venían las olas y las marejadas.

 


Los corales cuervo de ciervo o cuerno de alce son propensos a quebrarse con el efecto de las olas que provocan los ciclones tropicales. Foto: PNN. 

Frente a los pastos marinos explicó que estos son mucho más vulnerables ante los huracanes, en vista de que la parte que emerge no es tan rígida. "Sin embargo, ellos tienen una gran propiedad y es que sus raíces son muy extensas y en la medida en que una pradera de pastos marinos tenga buena salud, su sistema de raíces puede ayudar a amortiguar, de alguna manera, los efectos de los sedimentos", manifestó. 

Agregó que dichas raíces están llenas de organismos y actúan como gran filtro. "No sé que tanto puedan los pastos marinos sopotar la fuerza de un huracán 5, sobre todo porque están mucho más superficiales. Habrá que esperar la evaluación que realice el Invemar", expresó. 

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Vilardy informó que este tipo de ecosistemas son importantes porque son el hábitat de muchas especies y ayudan a filtrar las partículas del agua y a decantarlas en el suelo, en donde se convierten en nutrientes que, posteriormente, generan alimento a los animales y microorganismos que viven en el sedimento. 

En lo referente a los bosques de manglar, Vilardy sostuvo que ese es el gran campeón de los muros de contención del mar, pues - según ella- estos no solo ayudan a contrarrestar el efecto de las olas, sino también de los vientos. "Habitualmente son árboles fuertes y flexibles que con sus armas y hojas ayudan a resistir la fuerza del mar, pero eso también depende de la buena salud en la que estén", señaló. 


Los corales solitarios están más expuestos a sufrir daños, al contrario, de aquellos que hacen parte de un sistema. Foto: PNN. 

Dijo que están esperando los resultados de la evalución de los impactos, porque, recalcó, que los bosques de manglar insulares no son como los del Pacífico o la Ciénaga Grande de Santa Marta, en donde algunos árboles superan los 20 metros de altura. "Estos manglares son más pequeños por lo que podrían verse afectados debido a la magnitud del huracán", resaltó. 

La bióloga marina cree que ahora lo prioritario para el Gobierno y el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras José Benito Vives de Andréis (Invemar), entidad encargada de realizar el seguimiento y monitoreo de los sistemas marinos en Colombia, es efectuar la evaluación total de los daños y luego fortalecer los procesos de recuperación de los ecosistemas marinos existentes. 

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"Hay varios grupos maravillosos que están haciendo procesos de restauración coralina, al igual que Parques Nacionales Naturales. Lo importante es robustecer este tema, porque estos sistemas no solo regulan, sino que además son sitios claves de alimentación y reproducción de los recursos pesqueros del país", resaltó. 

Afirmó que el Gobierno debía apoyar de manera más decidida los proyectos de restauración que se venían adelantando. "El país está en mora con financiamiento para los recursos marinos y costeros, y ante estos eventos climáticos extremos que se vienen presentando en toda la línea de Costa Caribe colombiana, es fundamental generar procesos de restauracón activa en manglares, arrecifes y pastos marinos", aseguró.  

La respuesta 

El ministro de Ambiente, Carlos Eduardo Correa, informó que el plan de reconstrucción de la isla de Providencia contempla acciones para evaluar los daños sufridos por los ecosistemas locales y garantizar a la comunidad una reconstrucción con infraestructura sostenible.

“Podemos ver que los ecosistemas han sido afectados: el bosque seco tropical, los corales y los manglares. Ahora tenemos el gran reto de reconstruir estos ecosistemas y el gran desafío de construir un megavivero en la isla de Providencia, de la mano con las comunidades, para ayudar no solo a la reactivación económica sino a la recuperación de estos ecosistemas”, indicó el alto funcionario.

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Desde el ministerio informaron que en conjunto con la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Coralina), las entidades territoriales e institutos de investigación adscritos y vinculados a esa cartera ministerial, se articularán también los planes tendientes a la restauración ambiental de la riqueza ecosistémica del archipiélago.

“En los próximos días estaremos con todas las entidades que hacen parte del Sistema Nacional Ambiental y los mejores equipos para emprender acciones puntuales de evaluación, restauración y siembra", resaltó Correa.


Los funicionarios de Coralina se encuentran realizando la evaluación de los daños generados por el huracán Iota a la fauna y la flora en San Andrés y Providencia. Foto: Coralina.  

Entre tanto, desde Coralina indicaron que un equipo interdisciplinario de la Corporación se encuentra visitando los diferentes sectores para el levantamiento de la información preliminar de los daños causados a la fauna y flora ocasionados por el paso del huracán Iota en el territorio insular.

"Durante estos dos días se han podido identificar aproximadamente 180 árboles caídos en sectores como Centro, San Luis, Sound Bay, Natania, Morris Landing, Cabañas, Schonner Bight, School House, La Piscinita y Avenida Circunvalar, que colindan con la zona costera", informaron desde la Corporación.  

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Señalaron que identificaron afectación de especies arbóreas como almendros, cocoteros, mangle boton, jobo, uva de playa, plátano, palmera, caucho, hierba de playa, fruta de pan, mamón, tamarindo, aguacate y mango, entre otros.  "El balance presentado hasta ahora muestra que el  56,98 por ciento de las especies registradas no presentan amenaza; el 23,84% tiene una amenaza moderada y un 17.44 por ciento presenta amenaza o riesgo para la comunidad", informaron.  

Desde Coralina explicaron, además, que el equipo del programa de Gestión de Riesgos de la Corporación se encuentran aplicando un estudio de sostenibilidad a través de la metodología EDANA C (Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades Ambientales Posdesastre Continental), con el objetivo de evaluar a profundidad los resultados ambientales del huracán.