MEDIOAMBIENTE

Adiós a Dexter Dombro: el canadiense que se la jugó por el Vichada

El director de Corporación Ambiental La Pedregoza dedicó sus últimos años de vida a reforestar con árboles nativos la cuenca del río Bita, así como a rescatar tortugas de río y semillas sagradas ancestrales.

14 de agosto de 2020, 2:43 p. m.
Dexter, junto a su esposa Kochurani, se conviertieron en guardianes de la flora y la fauna nativa del Vichada. Foto: Jennifer Sofía del Río

Dexter Dombro aseguraba que tenía cientos de miles de bebés. Para este canadiense cada árbol que sembraba entraba a hacer parte de su familia y por eso los cuidaba con esmero. 

Desde que llegó al Vichada en 2007 se enamoró de su paisaje, su gente y su riqueza natural tras recorrer ríos, llanuras y morichales. Al percatarse acerca de cómo el flagelo ambiental más grande que tiene Colombia también se iba abriendo espacio en ese departamento: la deforestación, decidió pasar a la acción.

Contribuyó a fundar, de la mano del proyecto de Reforestación de la Amazonia, la reserva natural de la sociedad civil La Pedregoza, un área protegida de 1.200 hectáreas ubicada en el lado sur del río Bita, un afluente del Orinoco, compuesto por cuatro ecosistemas distintos, en la que fomentó la siembra de árboles nativos como el congrio, el simarro y el saladillo blanco, a través del silvicultura como alternativa comercialmente viable y rentable. Todo en pro de reducir la tala de árboles en los bosques naturales y transformar las sabanas de nuevo en pulmones de vida para cientos de especies animales.  

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A lo largo de seis años, tiempo que duró dirigiendo la Corporación Ambiental La Pedregoza, una organización sin ánimo de lucro creada en 2012, encargada de operar la reserva, logró sembrar más de 115.000 árboles nativos en la cuenca del río Bita y en la reserva como tal. El material forestal lo extraía del vivero ubicado al interior del lugar, en donde también manejan proyectos de etnobotánica (medicina proveniente de árboles y plantas), el Jardín Botánico de Semillas Sagrada y el rescate de tortugas de río. 

En ocasiones la reserva también ha servido de hogar de paso para animales silvestre que han sido víctimas del tráfico ilegal, cacería o han sido rescatados de accidentes. 

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"La idea no es solamente enseñarle a la gente a cómo sembrar los árboles nativos, sino también mostrarles cuáles son las alternativas a las cercas hechas con madera de los bosques naturales. Por ejemplo, les mostramos las vallas vivas hechas con arbustos", dijo Dexter en su momento en un programa de televisión. 

Aseguraba que la gente estaba talando, pero no resembrando en esa rica región del país. "Talar un árbol puede tardar tres minutos, pero sembrarlo y verlo crecer de nuevo puede tardar hasta 30 años, un desequilibrio en el tiempo que pone en peligro el suelo y el hábitat de muchas especies". 

Adicionalmente, el canadiense más vichadense del mundo, como lo denominó Clara Leticia Serrano Castillo, directora de la Asociación Empresarial para el Desarrollo de la Orinoquia (Asorinoquia), fue partícipe de la creación de la Alianza por el Río Protegido Bita, miembro de la Asociación Gremial Agroforestal Vichadense (AGAF) y junto con su esposa Kochurani y otros profesionales, apoyó la creación de la asociación Mujeres Vichadenses en Acción (MUVEA), la cual genera recursos económicos por medio de la transformación y comercialización de miel, fruto y nuez de marañón, flor de Jamaica, entre otros productos locales. 

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El pasado martes 11 de agosto este líder ambiental murió intempestivamente en Puerto Carreño. "Tuve el gusto y el honor de conocerlo muy brevemente, pero quedé impresionada por su convicción ambiental sin radicalismos y por su amor por el llano", comentó Serrano Castillo, quien destacó su activismo.  

Para ella, al igual que para muchos otros quienes lo conocieron, el mejor homenaje que le pueden hacer es valorar y continuar su legado, sosteniendo y preservando a sus "cientos de miles de bebés".

“El fallecimiento de Dexter nos deja un enorme vacío, pero nos queda también su legado para la conservación y futuro de la región”, expresó Mary Lou Higgins, directora de WWF Colombia, quien agregó que su generosidad y compromiso con La Pedregoza lo llevaron a motivar y acompañar a otros para comprometerse con la conservación y el manejo sostenible.