| Foto: Getty Images / Dan Mullan

RUSIA 2018

El arma secreta (no tan secreta) de Senegal: Sadio Mané

El equipo dirigido por Aliou Cissé es peligroso, 15 de sus jugadores militan en las cinco ligas más importantes de Europa. Los enfrentaremos el 28 de junio.

1 de junio de 2018

A los atributos físicos, el gran lugar común de las selecciones africanas, hoy los acompaña una técnica refinada y comprobada experiencia. De los 23 jugadores convocados por el técnico Aliou Cissé para el Mundial, 22 juegan en Europa y 15 de ellos en las cinco grandes ligas. Los futbolistas senegaleses, como nunca antes, forman parte de la elite del balompié, se codean con los grandes y vaya si han progresado.

De los italianos aprendieron a construir las mejores murallas; a ser rudos, pero tácticos. Kalidou Koulibaly lidera la defensa del Napoli y entrena bajo las órdenes del genial Maurizio Sarri. Tuvo una gran temporada y su nombre suena duro entre los gigantes del Viejo Continente.

A Inglaterra le pidieron prestado todo el mediocampo. Aliou llamó cinco volantes para Rusia y todos –no es verso, todos– juegan en la isla. Entre ellos se destaca uno que desde 2015 es la piedra angular de la selección: Idrissa Gueye, un mediocampista que en el Everton ha mostrado números alucinantes y que, como su amigo napolitano, también podría dar el paso a un equipo mayor.

Luego está Sadio Mané, del que ya se ha dicho todo: que es el socio de Salah, que nos va eliminar, que pobre Santi Arias, que tal y tal. Tanta atención se le ha puesto al extremo del Liverpool, que Keita Baldé pasó completamente inadvertido.

Keita se formó en España, mejor, en La Masía, la cantera más famosa del mundo. En 2010 tuvo que salir del Barcelona por problemas de disciplina y la Lazio lo compró y lo hizo debutar en 2013. Allí estuvo cuatro temporadas en las que jugó casi 137 partidos y metió 31 goles. A sus 23 años, no le teme a nada ni a nadie.

En 2017 el Mónaco vendió a Mbappé y para traer un reemplazo de altura pensó en Baldé: 30 millones de euros se pagaron por el que hoy es uno de los grandes socios de Falcao. Entonces, si Santi Arias la va a pasar mal, el que juegue por la izquierda también. Baldé, como Mané, es un diablo. Rapidísimo, encarador y completamente ambidiestro. Sin duda, el arma secreta de Senegal.

Si ellos son conscientes de lo que tienen, no deben estar acomplejados. Ojalá nosotros lleguemos clasificados al tercer partido, pues tener que jugarnos la vida contra estos leones sería como enfrentar una infernal sesión de vudú.

*Periodista de Hablaelbalón.com