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Abrazos y protestas

La visita de Fidel Castro a Venezuela desata la mayor controversia desde la posesión de Hugo Chávez.

27 de noviembre de 2000

La llegada del presidente cubano Fidel Castro a un país de América Latina casi siempre es recibida con manifestaciones favorables, al menos por parte de la izquierda y las organizaciones sindicales. Pero la visita de cuatro días que se inició el jueves se convirtió en la mayor fuente de disputas en Venezuela desde que asumió el poder el coronel Hugo Chávez Frías.

El problema no sólo es la admiración que ha expresado Chávez hacia el líder de la revolución cubana sino el acuerdo petrolero que ambos países van a firmar, que a juicio de la oposición es demasiado favorable para la isla. Y también juega en contra que en estos días las organizaciones sindicales luchan por mantener su autonomía ante los embates oficializantes del presidente.

El propio Chávez alimentó la controversia cuando, en la rueda de prensa previa dijo: “La visita de Fidel Castro se inserta nada más y nada menos que en la definición de una nueva política internacional”. El presidente venezolano quiere crear un polo de poder en América Latina y el Caribe dentro de su concepción multipolar. Pero no ha dicho todavía si Castro estará a la cabeza o si él mismo piensa liderarlo, emularlo o ambas cosas.

Más allá de su agenda, que incluye visitas a Barinas, Barquisimeto, Ciudad Bolívar y Puerto Ordaz, un juego de béisbol y participar en el programa radial Aló Presidente, Castro ha levantado protestas por su intervención en el Parlamento y la firma preferencial del acuerdo energético de Caracas. El diputado opositor Leopoldo Martínez no objeta que Castro visite el país sino que el Parlamento le rinda culto a un gobernante que, como dijo a SEMANA, “en los años 60 intentó invadir a Venezuela, lo cual dejó muchos soldados muertos”. Pero el oficialista Tarek William Saab lo justificó: “No estamos en los años 60, el tiempo ha cambiado”.

El vicecanciller Jorge Valero niega que haya preferencias especiales con Cuba: “El acuerdo energético de Caracas se firmará en los mismos términos que lo hicimos con los 10 presidente de Centroamérica y el Caribe. Sólo que Cuba no lo firmó la semana pasada porque no forma parte del Pacto de San José”.

El pacto de Caracas es una extensión unilateral del pacto de San José que Venezuela mantiene con México desde hace 20 años para favorecer los países del área. Pero con Cuba es más flexible porque le da facilidades para pagar hasta un 25 por ciento a 15 años de plazo, 2 por ciento de interés y un año de gracia, en divisas o canje de bienes y servicios. El canciller cubano Felipe Pérez Roque asegura que “pagaremos hasta el último centavo en efectivo, bienes o servicios” de la factura petrolera. El convenio de cooperación es amplio. Incluye asistencia social, médica, educativa y agrícola como parte de pago de Cuba a Venezuela.

Jesús Urbieta, directivo de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), dijo a SEMANA que la marcha de los trabajadores “indirectamente protestaba por la presencia de Fidel Castro pero fue una demostración del error de Chávez que intenta controlar y dominar el movimiento sindical ”.

Muchos pensaron que una visita de Fidel no había sido tan polémica desde la que realizó a Salvador Allende en Chile poco antes de que éste fuera sacado del poder a sangre y fuego. Pero una cosa es cierta: de nuevo el presidente venezolano logró irritar a los círculos de poder en Estados Unidos.