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Acorralado

Cada vez más solo, Pinochet pierde un alegato de mala salud y se encamina a rendir cuentas a la historia

28 de agosto de 2000

El general Augusto Pinochet perdió su última vía de escape. Once de los 20 jueces que componen la Corte Suprema chilena decidieron la semana pasada no acoger las razones de salud esgrimidas por sus abogados para evitarle ser juzgado por delitos cometidos durante su dictadura. Por eso en Chile se considera inevitable que comiencen los 149 procesos judiciales en su contra por violaciones a los derechos humanos.

La contundencia de las pruebas ya había logrado que, en junio, la Corte de Apelaciones desaforara, o sea que le quitara la inmunidad parlamentaria a Pinochet, senador vitalicio por cuenta de la Constitución hecha a su medida. El abogado defensor Ricardo Rivadeneira explicó a SEMANA su argumentación cuando dijo que “es un absurdo jurídico lo que ha ocurrido. El gobierno chileno alegó ‘razones humanitarias’ y presentó ante las cortes inglesas los exámenes de salud del senador Pinochet, y esas razones fueron aceptadas y lo declararon libre. Ahora en Chile no se aceptan las razones humanitarias”. Por su parte, el abogado querellante Hugo Gutiérrez dijo a SEMANA que “la defensa de Pinochet intentó eludir el tema de fondo, que son las pruebas de su participación en los crímenes como autor inductor. La debilidad de sus argumentos los llevó a centrarse en las razones de salud. Desafortunadamente para él la justicia chilena decidió proceder en derecho”.

“Para el gobierno el desafuero del general Pinochet resultaría muy oportuno”, opinó Carlos López, director de la Corporación de Reparación y Justicia, “en La Moneda están esperanzados en que sea desaforado porque de esa forma se eliminarían las suspicacias que hay sobre el compromiso del gobierno de Ricardo Lagos en derechos humanos”.

En cualquier caso Pinochet vive su momento más solitario. Los partidos de derecha no asistieron al juicio de desafuero y sólo algunos agradecidos empresarios han tratado de defenderlo. Y las fuerzas armadas no han mostrado intranquilidad. Los comandantes han aparecido sonrientes con el presidente Lagos cada vez que la justicia ha dado un veredicto. Para el sociólogo Tomás Moulian esa actitud se debe a que “han entendido que no pueden seguir aferrados al destino del dictador, eso los conduciría a una mayor marginación y rechazo de la sociedad, que los sigue mirando con desprecio y culpándolos de los crímenes cometidos en la dictadura”.

El destino del ex dictador que decía: “A mí nadie me toca. El día que me toquen a alguno de mis hombres se acaba el Estado de derecho”, está echado. En Chile ya nadie duda, como el abogado Hugo Gutiérrez, que “ya tomaron la decisión de quitarle el fuero a Pinochet”. Y la noticia podría confirmarse en cualquier momento.