Home

Mundo

Artículo

Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid. | Foto: Samuel Salinas / SEMANA

MUNDO

“Que las mujeres lleguen al poder no quiere decir que haya cambios”: alcaldesa de Madrid

Así lo reconoce Manuela Carmena, quien lleva las riendas de la ciudad más importante de España.

14 de octubre de 2016

Manuela Carmena pasará a la historia de su país no sólo por llegar a la Alcaldía de Madrid (España) a los 72 años, sino también por su dinamismo y su pensamiento nutrido por ideas liberales. Ha dicho que algunas mujeres sufrían esquizofrenia al querer mimetizarse en el poder masculino, se ha declarado a favor de la independencia de Cataluña e incluso ha asegurado que todos los funcionarios deberían dejar de usar el carro y montarse solo en el transporte público.

Semana.com: la entrevistó en la Cumbre de Líderes Mundiales Locales en Bogotá.

Semana.com: ¿Cómo se puede interpretar que las mujeres hayan alcanzado las jefaturas de ciudades importantes en Europa como París, Roma, Barcelona y la suya en Madrid?

Manuela Carmena: Esa es la evolución natural de la sociedad. En muchos países las mujeres tienen absolutamente restringidos sus derechos, el que los recuperen y ocupen cargos de responsabilidad es positivo y es higiénico. Es demostrar que están en la misma paridad de los hombres... por lo menos en algunos lugares.

Semana.com: ¿La llegada de las mujeres al poder no relega a los hombres?

M.C.: El que hombres y mujeres puedan tener los mismos derechos no implica la pérdida de estos para ellos. Que las mujeres accedan a cargos políticos no va en perjuicio de los hombres (...) lo que indica es que se está consiguiendo la paridad, hombres y mujeres pueden tener el mismo perfil profesional o político.

Semana.com: ¿En qué consiste lo que usted dijo sobre la “esquizofrenia” de las mujeres que asumen el poder?

M.C.: Que las mujeres lleguen al poder no quiere decir que haya cambios. Hay transformaciones cuando las mujeres incorporan una cultura diferente, lo que yo llamo la cultura de las mujeres vinculada a lo cotidiano, al respeto por la vida, a la conciliación en lugar de la confrontación. Esos no son valores que estén insertos en la biología o en la pura genética de las mujeres. Nosotras hemos generado una cultura del cuidado del individuo, de la paz y el sentido común.

Semana.com: ¿Uno pensaría que la política no es un mundo para el mal llamado sexo débil?

M.C.: La política se ha hecho de tal manera con unos valores que hacen que se identifiquen con una cultura vertical por quien da órdenes. La política que se deriva de las mujeres es más horizontal, por una razón, las mujeres al tener menos fuerza física son más hábiles en todas las actividades necesarias para convencer y seducir. Una cultura más elemental recurre a la violencia.

Semana.com: ¿Qué le puede aportar una mujer a los cambios de una ciudad?

M.C.: Ayuda a que en la sociedad y la ciudad haya participación. Sea un acople de los intereses de unos y otros. Muchas de las políticas locales se frustran porque no hay nadie que sea capaz de conciliar los intereses.

Semana.com: En Colombia algunas veces decimos que las mujeres son más machistas que los hombres...

M.C.: Eso deriva del momento en que se asume el papel masculino, cuando se sienten inseguras y no desarrollan lo femenino. Por ejemplo, si llega a un cargo de poder y no se siente segura, puede que trate de copiar lo masculino. Así podría tener sentido esa frase.

¿Las mujeres están más cómodas cuando no toman decisiones en cargos de mando?

M.C.: Yo creo que no. Hay millones de clases de hombres y mujeres que no les gusta tomar decisiones y otros que sí. En la microexperiencia social de las familias, el 90% el liderazgo lo lleva la madre. En absoluto creo que estén predispuestas a eludir las responsabilidades.

¿Se acabó el feminismo de las décadas del 60 y 70 del siglo pasado?

M.C.: No. Hay muchos feminismos, existen muchas visiones para entender esa desigualdad del patriarcado. En líneas generales, si por feminismo entendemos que las mujeres tengan los mismos derechos que el hombre, creo que es lo clásico y tradicional que sigue teniendo un gran espacio.