Home

Mundo

Artículo

ALEMANES DEL MUNDO ¡ UNIOS!

Ante el naufragio de la RDA, la reunificación es cuestión de meses.

5 de marzo de 1990

"La situación debe ser desesperada en extremo para que los opositores hayan aceptado untarse de comunismo al integrar la primera coalición nacional de la historia del país", comentaba un observador italiano la semana pasada ante el anuncio de que los 12 grupos de oposición de Alemania Oriental se integrarían al gobierno comunista de Hans Modrow. Esa afirmación no resulta exagerada. Ante el desangre de la economía este alemana por el éxodo de sus trabajadores calificados y el rápido deterioro de la situación de orden público en muchas regiones, el panorama de la RDA se parece cada vez más al de un buque que se está hundiendo.
Fue por esa razón que el ministro Hans Modrow se jugó su última carta la semana pasada al citar el domingo a una reunión con los principales líderes oposicionistas en la que no sólo planteó la organización del gobierno de "responsabilidad nacional", al que se integrarían como ministros sin cartera representantes de todos los grupos, sino que ofreció adelantar las elecciones, previstas originalmente para el 6 de mayo, para el 18 de marzo próximo.
Fueron 7 horas a puerta cerrada que culminaron con lo que se ha considerado un triunfo político de Modrow, quien logró convencer a sus adversarios de que el único modo de conducir al país hacia el nuevo régimen democrático era unir esfuerzos. Modrow afirmó ante el Parlamento que el asunto era "un problema de salvación nacional".
La verdad es que ni el primer ministro, ni sus opositores políticos tenían muchas opciones. El éxodo continuado de trabajadores calificados a Alemania Occidental hizo que el país perdiera 340.000 personas el año pasado y 47.000 en lo que va corrido del presente, con un flujo constante que se ha calculado en no menos de 1.800 personas diarias.
La situación económica para el gobierno es cada vez más complicada. El primer ministro ha declarado que las demandas de mejores salarios, que se multiplican en los cuatro puntos cardinales (y en algunos casos mediante huelgas explosivas), podrían costar al país por lo menos 40 mil millones de marcos estealemanes, lo que equivale a US$7.500 millones, una suma que no está ni en sueños al alcance del gobierno. El creciente deterioro de la situación de orden público ha hecho que Modrow advierta que la "protección de los ciudadanos no puede ser garantizada en ciertas regiones del país". La explicación del fenómeno está en que las autoridades establecidas en el régimen comunista incluido el propio Modrow, han perdido el respeto de los ciudadanos, lo que a nivel de la calle se cifra en un vandalismo que adquiere dimensiones de catástrofe.
Entretanto, la posibilidad de la reunificación de Alemania crece con cada día que pasa, a medida que aumenta entre amplios sectores de la población la idea de que esa será la única posibilidad de mejorar su nivel de vida y salir del atolladero político. Heinrich Vogel, especialista político de Colonia, dijo la semana pasada que "las elecciones de marzo serán en el fondo un referendum sobre la reunificacion ".
Ello se hace más evidente si se tiene en cuenta que este es también un año de elecciones en Alemania Federal (en diciembre) y que los políticos de este lado de la frontera buscan afanosamente un partido al cual apoyar en las elecciones de marzo. Para el primer ministro federal Helmut Kohl y sus demócratas cristianos ese apoyo puede resultar una tarea fracasada, pues sus homólogos de nombre en el Este formaron durante muchos años parte de la coalición que gobernó con el Partido Socialista Unificado (SED) la denominación local del comunismo .
Otro es el panorama para los social-demócratas. El reciente éxito en las elecciones provinciales del Sarre colocaron a su líder Oskar La fontaine en posición de derrotar a Kolh en las elecciones de diciembre, para convertirse en el próximo Canciller. Del otro lado de la frontera los social-demócratas tienen a su favor que no sólo no pertenecieron a la coalición gobernante, sino que fueron puestos fuera de la ley en 1949 cuando algunos se resistieron a fusionarse con los comunistas para fundar el SED. Muchos antiguos miembros de este reivindican las viejas ideas social demócratas y abogan porque se le devuelvan a ese partido las propiedades confiscadas .
Las nacientes encuestas indican que al menos el 30% del electorado estealemán parece favorecer a la social-democracia como una forma de gobierno aceptable para un país que pasó 40 años bajo el comunismo. Si todo resulta según las aspiraciones de los social-demócratas, los gestores prácticos de la unidad alemana podrían ser un primer ministro,Boehme, en Berlín Oriental, y un canciller, Lafontaine, en Bonn, ambos dirigentes de la generación llamada " los nietos de Willy Brandt". El viejo líder ya ha dado la bendición al aceptar la presidencia honoraria del partido en Alemania Oriental. Y quienes la consideraban una posibilidad remota para el comienzo del próximo siglo, se convencen cada día más de que la unidad alemana podría ser cuestión no de años sino de meses.
Y si podía quedar alguna duda, al final de la semana el propio Modrow cambió la posición oficial negativa a la reunificación, al ofrecer un plan de cuatro puntos para la creación de un estado alemán único, con capital en Berlín. Algunos comentaron que ya se ha vuelto habitual que los líderes comunistas de Europa Oriental tomen ese tipo de medidas en un esfuerzo desesperado por ponerse a tono con los tiempos. Y como en tantas otras ocasiones desde que comenzó el terremoto político en la región, el primer ministro sólo se volvió pragmático después de una reunión en Moscú con Mijail Gobarchov. Fue allí donde entendió que estaba tratando de tapar el sol con las manos.