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ALEMANIA DECIDE

Helmut Kohl se juega el próximo domingo su paso a la historia como el canciller de hierro del siglo XX.

19 de octubre de 1998

Gane quien gane, las elecciones del domingo en Alemania serán un hito histórico. Si el triunfador es el Partido Demócrata Cristiano (CDU) del actual canciller (primer ministro) Helmut Kohl, el gigantesco y campechano dirigente permanecerá en el cargo hasta 2002 para romper el récord del 'Canciller de Hierro', Otto vonBismarck. Esa marca habrá dado mayor lustre a su labor como artífice de la unificación del país y de la Unión Europea. Pero si triunfa el Partido Social Demócrata (SPD), el nuevo canciller, Gerhard Schröder, de 54 años, será el primer gobernante teutón sin recuerdos de la Segunda Guerra Mundial. Para la mayoría de los observadores consultados por SEMANA un triunfo de la oposición en Alemania traería menos interés en jugar un papel importante en los asuntos internacionales. Un cambio que, aunque los voceros del SPD lo niegan (ver recuadro) podría enfriar el apoyo del gobierno alemán hacia el proceso de paz en Colombia. Debate dicienteHace dos semanas, en la única oportunidad de ver a Kohl enfrentado por televisión a su contendor, el canciller se plantó detrás del podio en el Bundestag (la cámara baja), apoyó sus manos rechonchas sobre la tribuna y con su voz gruesa de bajo defendió su quinta reelección: "No nos ha ido nada mal a los alemanes en estos años...". Como era previsible, de los 80 minutos que duró su intervención, Kohl dedicó media hora a analizar los peligros de crisis como la de Rusia y los Balcanes para enfatizar en la necesidad de que un equipo experimentado esté al frente del gobierno de BonnBerlín para afrontarlos. No dejó dudas de que es el estadista alemán de talla internacional, quizá más apreciado en el exterior que en su país, y con logros históricos en su haber. El país, sostuvo, no resistiría hacer un 'experimento' en política exterior bajo el gobierno del inexperto Schröder y los 'parroquiales' socialdemócratas. Pero "Alemania no puede darse el lujo de cuatro años más de Kohl", enfatizó Schröder cuando le llegó su turno y, dirigiéndose a él, le dijo que "usted no es capaz de conjugar en tiempo futuro". Retomó el caballito de batalla de la oposición: 4,1 millones de desempleados, estancamiento del poder adquisitivo en la región occidental desde 1991 y tensiones sociales que hace unos años eran impensables en Alemania y que el canciller había evitado con sumo cuidado mencionar en su intervención.
Candidato indefinido
En el debate Schröder tomó posiciones por primera vez desde el inicio de su campaña, organizada a la manera estadounidense, superó la aparente falta de precisión que lo había caracterizado hasta entonces pero se mostró mucho más izquierdista de lo que se había presentado jamás. Aunque la confrontación pareció quedar en tablas, a juzgar por su repunte en las encuestas, la intervención de Kohl tuvo el éxito esperado. Y es que Schröder también tiene debilidades fuertes. Un periodista de la CNN dijo, después de entrevistarlo: "Es un carácter al que no se le encuentra fácilmente la sustancia. Uno no llega a saber si es de centro, derecha o izquierda". Kohl no pierde oportunidad de recordarle que fue uno de los políticos que se opuso públicamente a la unificación en 1990. Schröder busca conciliar al SPD, históricamente el partido de los trabajadores, con un 'nuevo centro', a imagen y semejanza del británico Tony Blair y el norteamericano Bill Clinton. Pero nadie sabe a ciencia cierta qué es su versión de ese nuevo camino, aparte del hecho de que no quiere poner en peligro la seguridad social tan querida para los alemanes. A los consorcios les ofrece modernización y a las familias más pobres aumentar sus ingresos de un solo tirón en 1.300 dólares al mes. Pero al mismo tiempo no cierra del todo la puerta para lo que en Alemania se conoce como 'gran coalición', es decir, formar gobierno con el otro gran partido histórico, la CDU. El Este es decisivoDespués del apabullante triunfo (52,9 por ciento) del partido socio de Kohl en Baviera, la CSU, en las elecciones regionales del 13 de septiembre, el canciller renovó sus posibilidades. Lo nuevo que puede suceder es que unas infortunadas declaraciones de la ministra de familia, Claudia Nolte, a mediados de la semana pasada, en el sentido de que después de elecciones será aumentado el IVA, haga que los indecisos se lancen a votar contra el gobierno. Aunque el propio Kohl desmintió a la ministra, Schröder aprovechó para advertirles a los alemanes que no echen en saco roto el "lapsus linguae" de la locuaz funcionaria. Ya en la recta final electoral las campañas se concentran esta semana en los nuevos estados del Este. Allí al menos el 30 por ciento de los electores no ha definido aún por quién votar mientras que en la parte occidental la cifra es del 21 por ciento. Y aunque en la ex RDA vive solo la quinta parte de los 60,5 millones de alemanes con derecho al voto, las elecciones, coinciden todos los politólogos, se deciden en el Este. Lanzado a la caza de votos en esta parte del territorio el gobierno rindió la semana pasada nuevamente balance positivo sobre el proceso de reunificación. Según él, los adelantos en la ex RDA son "inabarcables": el ingreso per cápita de los orientales se ha duplicado desde la caída del muro, lo mismo que el ahorro. La inyección del gobierno central ha creado millón y medio de empleos nuevos. La calidad de vida ha alcanzado el 85 por ciento del nivel occidental. La ultraderecha puede dar sorpresas también en la ex RDA, tanto que el gremio de los empleadores y la poderosa central sindical DGB consideraron necesario hacer un llamado para que los habitantes de la región de Berlín se abstengan de votar por estos movimientos. Tras 40 años de dictadura socialista los alemanes orientales no tienen sentido de pertenencia a los partidos. El descontento en el Este registra una reacción más radical porque la gente estaba acostumbrada a que el 'papá gobierno' socialista se encargaba de todo. Hace apenas tres semanas nadie daba un centavo por la permanencia de Kohl al frente del gobierno pero su repunte ha demostrado que el canciller de 68 años todavía puede dar la pelea. En su contra, sobre todo, juega el supuesto cansancio hacia ese personaje paternal que parece ya no estar a tono con los tiempos. A su favor, la aversión alemana a lo desconocido. Lo único claro es que esta será su última batalla.
Helmut Kohl· Edad: 68 años· Partido: CDU. Demócrata cristiano de tendencia conservadora· Fortalezas: Tiene a su haber la responsabilidad en la unificación de Alemania y un papel preponderante en la Unión Europea. Los alemanes no son muy aficionados al cambio.· Debilidades: Ha sido Primer Ministro durante 16 años y muchos votantes parecen cansados con su presencia. Se dice que no está a tono con los tiempos.· Tema de campaña: Alemania necesita un hombre de talla internacional para los tiempos que corren.
Gerhard Schröder· Edad: 54 años· Partido: SPD. Socialdemócrata de tendencia socialista· Fortalezas: Proyecta una imagen más joven, con una evidente intención de parecerse a Tony Blair y Bill Clinton· Debilidades: Se le critica la falta de definición en los temas. A pesar de pregonar un "nuevo centro", no parece dispuesto a asumir banderas como la reforma de la Seguridad Social · Tema de campaña: Alemania necesita el cambio para enfrentar el siglo XX. La era de Helmut Kohl debe llegar a su fin. Empate técnicol cierre de esta edición la coalición de gobierno, demócratas cristianos (CDU) y social cristianos (CSU), obtendría el 37,5 % de los votos contra el 39,5% de los social demócratas (SPD), según el Barómetro de la cadena televisiva ZDF, considerado la encuesta más seria. El margen de error es del 2,5%, con lo cual se produce un empate técnico. A la pregunta sobre quién sería más capaz de solucionar los problemas económicos, el 31% se manifestó por un gabinete democristiano, el 22% por uno socialdemócrata, el 21% por ninguno de los dos y el 20% por igual competencia. Juventudes a la derechal 50% de los jóvenes votaron por la conservadora CSU en las recientes elecciones regionales de Baviera. Para este domingo se calcula que Kohl puede contar con el 35% de los votos jóvenes. El potencial de votantes por la extrema derecha entre los 18 y los 24 años es del 28% (9% para toda la población). En cambio, si en 1994 el 14% de los jóvenes votó por los Verdes, ahora la cifra no llegaría a 10. La abstención entre la juventud es del 35% (24% general).El sistema electorall canciller _jefe de gobierno_ y el presidente son elegidos por los parlamentarios. Mientras éste es una figura simbólica, el primero dirige el gabinete y solo responde ante el Parlamento, que se renueva cada cuatro años. El reparto de escaños es proporcional. Si una agrupación no alcanza el 5% nacional, se le aplica la 'cláusula del bloqueo' y no puede acceder al Parlamento: por ello sólo hay seis partidos en el Bundestag. Sin embargo, las minorías superan la exclusión si logran mayoría simple en tres circunscripciones. El número de curules en la legislatura que termina fue de 672. Esta cifra es variable porque en Alemania el residuo electoral alto a favor de un partido crea nuevas curules.
¿Apoyo al proceso colombiano?
Aunque la mayoría de los observadores sostiene que la socialdemocracia tendría una actitud más desentendida del papel internacional de Alemania, esto fue negado a SEMANA por el vocero de la SPD, Wolfgang Weege: "El partido ya cumplió un papel importante en la paz de Nicaragua y El Salvador y no hay ninguna razón para que nos abstengamos de hacerlo en Colombia, aunque preferiríamos una aproximación más profesional y transparente. (...) El SPD tomó nota con gran interés de la aproximación del nuevo gobierno colombiano para resolver el conflicto interno y le desea un éxito rotundo en bien del pueblo de Colombia".