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| Foto: Archivo SEMANA

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Alemania y EE. UU. enfrentados nuevamente por el espionaje

La expulsión del jefe de los servicios de espionaje en Berlín desató un nuevo enfrentamiento entre las dos potencias.

11 de julio de 2014

Cuando se descubrió el espionaje del gobierno norteamericano a la canciller alemana Ángela Merkel a mediados del 2013, se creía que las relaciones entre Washington y Berlín no podían llegar a un nivel más bajo.

Sin embargo este viernes los dos países entraron en una nueva dinámica cuando se reveló la expulsión del jefe de los servicios de espionaje estadounidenses del territorio teutón. La detención de un doble espía al interior de los servicios secretos alemanes acusado de vender 218 documentos a Estados Unidos, y de conocerse un segundo caso de corte similar. Fueron los hechos que colmaron la paciencia del gobierno alemán.

Ante esto la Casa Blanca aseguró que es "esencial" que Estados Unidos y Alemania continúen su cooperación en todo tipo de áreas. La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de la Casa Blanca, Caitlin Hayden, no quiso comentar específicamente sobre la expulsión del jefe de los servicios de espionaje estadounidenses por tratarse de "un asunto de inteligencia".

"No obstante, nuestra relación de seguridad y de inteligencia con Alemania es muy importante y mantiene seguros a los alemanes y a los estadounidenses", dijo Hayden en un comunicado.

Por su parte, el portavoz de la Cancillería alemana, Seibert dijo que el Ejecutivo de la canciller Angela Merkel se toma "muy en serio" este asunto, pese a que considera "indispensable" una cooperación "estrecha y en confianza" con EE..UU. "en interés de la seguridad de sus ciudadanos y de sus misiones en el extranjero".

También, el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier dijo que se reunirá con el secretario de Estado, John Kerry, este fin de semana para abordar las acusaciones de espionaje estadounidense en Alemania, que calificó como “alarmantes”.

Sin embargo, el más radical en sus declaraciones fue el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier quien señaló que “el daño político es ya desproporcionadamente grave”. 

SI bien se descarta un rompimiento de los acuerdos de cooperación entre las dos potencias, las relaciones quedan aún más deterioradas por los continuos escándalos en los que Estados Unidos sale mal parado. 

Sin embargo, el gobierno de Obama sigue con su política de no comentar este tipo de desencuentros y esperar a que el tiempo sane las heridas. 

Esta actitud va en la misma línea de los numerosos escándalos de espionaje que han rodeados a la inteligencia estadounidense y de los que han salido bien librados, en parte, por no pedir disculpas públicas y también al escudarse en la seguridad ahora no solo de sus habitantes sino también de los ciudadanos de otros países. La pregunta que surge es ¿si algún país se atreverá a plantar la cara por las continuas intromisiones en sus asuntos o si todos seguirán aceptando la discutida práctica a regañadientes?