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Boko Haram nació en el 2002 pero desde el 2009 decidieron realizar ataques a la población. | Foto: AP.

NIGERIA

¿Un nuevo ataque de Boko Haram?

El mismo grupo radical islámico que tiene secuestradas a más de 200 menores de edad, habría capturado a otras 90 personas.

24 de junio de 2014

En los últimos cinco años, el grupo que nació para imponer la ley islámica ha dejado más de 12.000 víctimas fatales y en el último mes ha escandalizado al mundo entero por sus secuestros masivos. 

Desde principios de mayo, Boko Haram tiene retenidas a 276 menores de edad que presentaban exámenes en una escuela en el noreste de la aldea de Borno de Chibok, en el norte de Nigeria.

Además, en las últimas semanas, el grupo perpetró un ataque en el que murieron 310 personas y otro en el que perecieron casi 50.

Pero las amenazas de Boko Haram no cesan. Al menos 91 personas -entre ellas 60 mujeres y niñas- habrían sido secuestradas en el noreste de Nigeria por supuestos miembros de la secta radical islámica, según las autoridades locales. 

"Las mujeres fueron secuestradas entre el jueves y el domingo en las localidades de Kummabza, Yaga y Dagu, todas ellas en la demarcación de Damboa, en el estado de Borno", según un portavoz de las patrullas vecinales, Aji Jalil. 

De nuevo el centro del ataque serían las mujeres. La información oficial dice que 60 son mujeres casadas y otras jóvenes mientras que 31 de los secuestrados son hombres. 

Aunque Boko Haram es el principal sospechoso, el portavoz de la Policía de Borno, Gideon Jubrin, aseguró no tener constancia del secuestro.

Boko Haram significa ‘La educación no islámica es pecado’. Es una milicia fundada en 2002 por el clérigo musulmán Mohamed Yusuf, que busca imponer la sharia o ley islámica en los 36 estados de Nigeria, aunque también opera en Níger, Camerún y Chad. En un principio funcionó como una secta que solo contaba con una mezquita y una escuela islámica. Pero su verdadera intención era reclutar jóvenes para la guerra santa. 

En el 2009 comenzó a realizar acciones terroristas, lo que desencadenó una severa reacción gubernamental, que condujo a la detención y asesinato tanto de Yusuf como de varios cientos de sus militantes, según denuncias de Amnistía Internacional.

Desde entonces, la sangrienta campaña se ha intensificado en medio de los 170 millones de habitantes de Nigeria, el país más poblado de África que sufre múltiples tensiones por sus profundas diferencias políticas, religiosas y territoriales.