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CAMINO A LA REELECCION

No sólo sus virtudes, sino las carencias de sus adversarios explican la ventaja de Menem hacia las elecciones del 14 de mayo.

5 de junio de 1995

EL 'GAUCHO DE TEFLON', llaman algunos al presidente argentino Carlos Saúl Menem, por su habilidad para despegarse de los temas más espinosos o para adherirse a los que mejor le convienen a sus intereses políticos Sólo de esa manera, explican en Buenos Aires, puede aspirar a la reelección un hombre que, comprometido con las reformas neoliberales, desde la Casa Rosada ha tenido que soportar la mayor rata de desempleo de la historia, las protestas de los trabajadores oficiales de las provincias por la demora en el pago de sus mesadas, el caos del sistema bancario y las confesiones de los militares sobre sus crímenes durante la guerra sucia de la dictadura.
En el tema de las confesiones de los militares, Menem no ha tenido problemas para subirse al nuevo tren de la sinceridad, a pesar de que durante años rogó a los argentinos "no mirar atrás" hacia las atrocidades de los militares. Se necesitó que el comandante del ejército, general Martín Balza, asumiera la responsabilidad del arma a su cargo en esos crímenes, para que Menem dijera que le había dado la orden de hacerlo, lo cual Balza niega vehementemente.
Para completar, el jueves 4 de mayo, Menem acompañó al comandante de la Fuerza Aérea, brigadier Juan Paulik, para que hiciera sus propias confesiones. O sea que a estas alturas ya nadie debe recordar la posición anterior del presidente acerca del tema de la obediencia debida.
Por la parte económica, la razón principal del éxito de Menem radica en el control de la inflación, que pasó de 5.000 por ciento en 1989 a menos del 5 por ciento el año pasado. Con un crecimiento del 7 por ciento en 1994, la economía argentina presenta excelentes índices macroeconómicos, que hábilmente manipulados, hacen que se olvide el 12,2 por ciento de desempleo, generado principalmente por los despidos masivos hechos como consecuencia de las privatizaciones. Menem tiene además la suerte del campeón porque, al sentir de algunos analistas, el temor al efecto tequila, es decir, a que el país siga el camino de la quiebra de México, se convirtió en un factor positivo para su candidatura. "México introdujo el factor miedo a la sociedad argentina, porque le recordó al grueso del electorado cómo se vivía bajo la inflación de cuatro dígitos", dijo un analista. A pesar de que una crisis fiscal no está descartada, el ministro Domingo Cavallo ha logrado manejar los problemas, a tiempo que deja la impresión de que nadie más está preparado para ello.
Es un hecho, además, que ninguno de los otros dos candidatos con mayor aceptación, José Octavio Bordón, del centroizquierdista Frente País Solidario, y Horacio Massaccesi, de la Unión Cívica Radical, tampoco tienen proyectos económicos alternativos. Ninguno de los dos ha logrado canalizar el descontento latente por el desempleo, y por eso Menem, quien tiene entre 42 y 44 por ciento de intención de voto, según las encuestas, aparece muy lejos del 28 a 30 de Bordón y del 15 por ciento de Massaccesi.
De ahí que los argentinos estén casi seguros de que su presidente conseguirá la reelección por cuya aprobación tanto luchó en el Congreso. Entonces sabrán si en política, para ellos segundas partes sí son buenas.-