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CAMPEONES EN ACCION

Es temporada de elecciones y, por supuesto, hay cinco Kennedys en liza. Pero el jefe del clan podría perder.

14 de noviembre de 1994


CUANDO EL PRESIDENTE John F. Kennedy fue asesinado el 22 de noviembre de 1963, muchos pensaron que si bien el magnicidio podría haber privado a Estados Unidos de uno de los presidentes más carismáticos de su historia, en la familia había otros dos hermanos que podrían seguir sus pasos en el futuro.
Esa predicción estuvo a punto de confirmarse en las elecciones de 1968, pero el heredero designado, su hermano Robert, fue asesinado en el hotel Ambassador de la ciudad de Los Angeles cuando se disponía a ganar la candidatura demócrata. De ahi en adelante, el sueño de repetir presidencia se difuminó, sobre todo cuando el menor de los Kennedy, Edward, perdió toda posibilidad de aspirar a la Casa Blanca, al verse involucrado en el oscuro episodio de la muerte de su secretaria. Mary Jo Kopechne.
Esa familia legendaria de católicos irlandeses cuya cabeza, Joseph Kennedy, hizo una fortuna con el contrabando ilegal de whisky, siempre pensando en colocar a uno de sus hijos en la Casa Blanca, no desaparece de la escena política. Varios miembros de una nueva generación siguen acompañando a Edward (quien tiene ya 32 años en el Congreso) para que el nombre no quede en el olvido y -por qué no- regresar a la Casa Blanca.
Al fin y al cabo, llevar el apellido Kennedy representa un enorme capital político, lo que hace que la familia no pierda su pasión por los asuntos públicos, a pesar de todas sus tragedias, y de los problemas con el alcohol y las drogas de algunos de sus miembros.
Para la temporada electoral de este otoño, son cinco los Kennedy que se encuentran en la brega política. Tres de ellos compiten por curules en el Congreso federal. Edward, como desde hace tantos años, aspira a la reelección en su curul de senador por el estado de Massachussets. Allí está enfrentado con Mitt Rodney. Un multimillonario republicano mucho más joven que él, en una batalla en la que hasta ahora, ha llevado las de perder. Ultimamente el senador lanzó una violenta campaña de televisión, en la esperanza de salvar su pellejo político. Esta vez podría pesar más su fama de libertino que sus años de defensa de las minorías, y significar la entrada a la jubilación del menor de los hermanos.
Su hijo, Patrick, de 27 años, aspira a representar a Rhode Island en la Cámara de Representantes. Patrick tiene buenas ejecutorias en el Parlamento local del estado, al que accedió por primera vez a los 21 años. Pero en su contra juega que tiene antecedentes de problemas por abuso de cocaína en su adolescencia, y también estuvo presente, junto con su padre, en la famosa fiesta de la casa familiar de Palm Beach, que casi termina con su primo William Kennedy Smith en la cárcel, en un sonado caso por la supuesta violación de una mujer.
Sin las angustias de los anteriores, Joseph Kennedy 11, de 42 años, el hijo de Robert, compite sin oposición por su reelección como senador también por Massachussets. Y su hermana mayor, Kathleen Kennedy Townsend, está como compañera de fórmula del candidato a gobernador del estado de Maryland, Parris Glendening, con grandes posibilidades de exito.
El quinto candidato Kennedy de esta temporada es Mark K. Shriver, hijo de Sargent Shriver y Eunice Kennedy (una de las hermanas de John, Robert y Edward) quien aspira a una curul en la asamblea de diputados de Maryland. Mark tiene buenos antecedentes en el trabajo cívico (fundó un programa de ayuda a muchachos de barrios deprimidos) y sus perspectivas de éxito son altas. Todo esto significa que al final de la temporada electoral, la familia más famosa de Estados Unidos podría haber pasado por unos ratos más bien agridulces. -