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CINCUENTA AÑOS DE LUCHA

Israel celebra sus bodas de oro entre el júbilo y la incertidumbre.

18 de mayo de 1998

El 30 de abril el Estado de Israel celebrará sus 50 años de existencia con bombo y platillos. Los actos, desfiles y fiestas, que tendrán la presencia de varios jefes de Estado amigos, coronarán un mes de celebraciones que alcanzaron el punto más alto el 15 del mismo mes, cuando la cadena de televisión CBS presentó en Estados Unidos e Israel un show monumental presentado por los actores Kevin Costner y Michael Douglas al comando de una constelación de estrellas como Kirk Douglas, Richard Dreyfuss, Dustin Hoffman y Steven Spielberg, entre otros.
Se trata de una celebración merecida, porque la historia de Israel es la de la lucha de un pueblo por la realización de un sueño acariciado durante siglos de diáspora en países no pocas veces hostiles. Pero también es una ocasión controvertida, porque tras tantos años de lucha monolítica, la sociedad israelí se debate en medio de sus propias contradicciones y de la conveniencia o no de hacer las paces del todo con sus vecinos necesarios, los palestinos, quienes vivían en el territorio antes de la creación de Israel y también reclaman un lugar sobre la Tierra.

La historia
Dispersos por el mundo aproximadamente desde el siglo I, la proporción de judíos en el territorio de Palestina comenzó a crecer desde la década de 1880, como resultado de la inmigración estimulada por el Movimiento Sionista liderado por Teodoro Herzl, que estaba decidido a recuperar allí la patria perdida tantos siglos atrás. Durante la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña expidió la declaración Balfour, que reconoció el derecho judío a tener un territorio en Palestina, entonces bajo el dominio turca. A mediados de los años 30, estimulados por esa declaración y angustiados por la subida de los nazis al poder en Alemania, llegaron miles de nuevos colonos a una Palestina que ya estaba bajo administración británica.
La reacción de los árabes palestinos que habitaban el país desde hacía siglos creó una espiral mutua de violencia y Londres se declaró impotente para resolver el conflicto. Así, el tema pasó a manos de la recién creada ONU, que ordenó en 1947 la partición de Palestina en un Estado árabe y uno judío. Los árabes se opusieron y poco después de la evacuación de las tropas británicas estalló la Guerra de Independencia.
El 14 de mayo de 1948 un comité ejecutivo presidido por David Ben Gurion proclamó la independencia de Israel, inmediatamente reconocida por las potencias. Pero la guerra se prolongaría hasta 1949, y terminaría con la huida de gran parte de la población palestina.
Desde entonces la historia de Israel ha transcurrido entre la guerra y la paz. A tiempo que construían una sociedad ejemplar, los israelíes lucharon y ganaron varias guerras contra los árabes (1956, 67, 73 y 82) y enfrentaron el levantamiento generalizado de los palestinos en la Intifada. Pero aunque hicieron la paz con Egipto y Jordania y otorgaron autonomía administrativa a los palestinos en Gaza y la ribera occidental del Jordán, el odio de la comunidad internacional musulmana, que no perdona la situación actual de los palestinos, sigue vivo en la mayoría de los países.
Hoy Israel es el país más fuerte de la región, la única democracia funcional del área y tiene una economía de prosperidad creciente. Pero aunque la amenaza árabe es menos apremiante, los problemas no cesan. La sociedad israelí tiene una de las mayores diversidades del mundo y está atravesada por fisuras entre judíos religiosos y seculares, europeos y africanos, entre los inmigrantes recientes y los nativos, entre los cinco millones de judíos y el millón de ciudadanos árabes israelíes. Eso hace que las últimas encuestas reflejen que la mayoría de los habitantes esté hoy por hoy más preocupada por las divisiones internas que por la amenaza exterior.
Un ejemplo es una serie histórica de televisión, 'Tkuma' o 'Renacimiento', que se está presentando en el marco del cincuentenario. Costeada por el gobierno, la serie ha decidido asumir la historia acompañada por el punto de vista de la tragedia de los palestinos, para quienes el aniversario se llama 'Nakhbah', o desastre. Muchos espectadores, sobre todo los ortodoxos, protestaron con el argumento de que se trataba de una glorificación del enemigo terrorista. Para otros, la mayoría, la serie se convirtió en la prueba de que la sociedad israelí ha madurado tanto como para digerir los capítulos controvertidos y la parte oscura de su historia.