Comida escoltada

Nicolás Maduro sigue imponiendo su voluntad a las malas. Ante la escasez de alimentos y medicamentos, el mandatario venezolano optó por militarizar la economía y montarle una estricta vigilancia a la cadena de suministro. Para Maduro, la dura crisis que afronta el país se debe a una guerra económica que le tienen armada las empresas, acaparando y especulando con las mercancías. Por ello no dudó en encargarle al ministro de Defensa, Vladimir Padrino, el control sobre la Misión de Abastecimiento Soberano, con el fin de vigilar militarmente los principales puertos comerciales de país, además de labores tan ajenas a su ministerio como “favorecer la transformación del modelo productivo y distributivo de alimentos”. Como si amenazada con rifles fuera a mejorar la economía.