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COMO EN LOS VIEJOS TIEMPOS

Mientras Zaire se debate en el caos, las potencias coloniales reverdecen sus laureles intervencionistas.

28 de octubre de 1991

QUE EL CAMINO DEL CONtinente negro hacia la democracia es sangriento, parece demostrado por el antiguo Congo Belga, hoy llamado Zaire. Desde 1966, Mobutu Sese Seko ha manejado el país, a la cabeza de un partido único.
Pero desde la semana pasada, crecen las dudas sobre su poder.

Lo que parecía un motín de cuarteles se convirtió en un caos generalizado, azuzada por la mala situación de la economía. Bélgica, Francia y Portugal enviaron tropas a Kinshasa para proteger a los europeos. Pero el episodio reveló cómo Africa sigue siendo el patio trasero de sus viejas metrópolis.
Para muchos analistas, los 1.500 soldados franceses también están allí para presionar a Mobutu para que, si conserva el poder, democratice el país. No se parece en nada esa operación a la que desarrollaron en 1978, cuando los mismos franceses invadieron para restablecer a Mobutu, ni al apoyo franco-belga al entonces coronel cuando en 1961 tomó el poder del izquierdista Patricio Lumumba, en los albores de la independencia. Al desaparecer la importancia geopolítica de Zaire, terminada la guerra fría, ahora sí resulta atractiva la democracia para las potencias dominantes.