Home

Mundo

Artículo

| Foto: EFE

MUNDO

Desde Italia apoyan el proceso de paz

Una comunidad católica en Roma, expresó a través de una carta su apoyo al proceso de paz con las FARC.

12 de febrero de 2014

La comunidad católica de San Egidio, un organismo laico, con sede en Roma (Italia), decidió reunir a un grupo de amigos y colaboradores para expresar su complacencia y apoyo al proceso de paz que adelanta el gobierno de Colombia con la guerrilla.


La comunidad se dedica a promover el diálogo y el ecumenismo en todo el mundo y cuenta con más de 30.000 miembros en al menos 34 países. Además es reconocida internacionalmente por su experiencia en varios procesos de paz y su trabajo humanitario. 

San Egidio promueve encuentros con los representantes de las grandes religiones. Su fundador, Andrea Riccardi, es un reconocido catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Roma III. Experto en temas de la Iglesia Católica, también es autor de varios libros sobre la problemática de la Iglesia en el siglo XX, sobre todo en los países mediterráneos. Además, Riccardi es miembro del Comité de Honor de la Coordinación internacional para el Decenio de la no violencia y de la paz, y hasta el año pasado fue Ministro de Cooperación Internacional de Italia.

El comunicado de prensa está firmado por Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant’Egidio, y por varias personalidades de la opinión pública como: el expresidente de Portugal, el expresidente de Francia y el expresidente de Cabo Verde, entre otros. Léalo a continuación: 

Los colombianos están frente a la encrucijada histórica de poner fin a la guerra, de una vez por todas, o de continuar con el desangre que por más de 50 años han venido padeciendo. Son los colombianos – hombres y mujeres, niños y ancianos, ricos y pobres – las víctimas de un conflicto que ha sobrepasado todos los límites. Celebramos que el actual Gobierno y las guerrillas hayan decidido buscar fórmulas de entendimiento que permitan una salida negociada a esta larga e inútil confrontación. El diálogo es la vía para terminar con el conflicto. Aún resuenan en nosotros las palabras pronunciadas hace poco tiempo por el Papa Francisco: “¡La violencia y la guerra hablan el lenguaje de la muerte! ¡Que cese el ruido de las armas! ¡La guerra siempre es una derrota de la humanidad!” ¡Ya es la hora de opciones sabias y valientes! La paz llegará pronto a los colombianos. Así lo anhela el mundo entero: alcanzarla es un signo de esperanza para todos. Sabemos que el diálogo no es fácil.

A pesar de los inconvenientes y las vicisitudes que enfrentan los negociadores de las partes que se encuentran en La Habana, la paz es posible. Los avances de los acuerdos que han logrado recientemente así lo demuestran, como es el caso del segundo punto de la agenda, a propósito de la participación política. 
Estamos seguros de que el amor por el país y por su futuro permitirá encontrar soluciones justas y equitativas para resolver las diferencias, reunir a Colombia en una sola familia y ofrecer a sus hijos el porvenir que se merecen. No obstante los inconvenientes pasajeros y las incomprensiones de algunos sectores, el único camino es el que se está transitando. Por eso es importante aprovechar con trasparencia y generosidad esta inmejorable oportunidad. El no hacerlo podría tener consecuencias impredecibles para el pueblo colombiano. Suscribimos este documento como un acto de solidaridad y de aliento a las negociaciones. Estaremos al lado de los negociadores, en la medida de nuestras posibilidades y prestos a aportar nuestra modesta contribución, si así se requiere.