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Cristianos egipcios dicen adiós al Papa copto

Los cristianos coptos de Egipto rinden homenaje a la memoria del Papa Shenouda III, fallecido este sábado y cuyo cuerpo, vestido con ropas ceremoniales, permanece sentado en la silla papal, en la catedral de San Marcos, en El Cairo.

18 de marzo de 2012
Arzobispos coptos acompañan el cuerpo del papa Shenouda III, que se encuentra sentado en el trono de Mar Morqos, o San Marcos. Murió a la edad de 88 años. | Foto: AP/Amr Nabil

Una multitud estimada en más de 100.000 personas pasó la noche en las afuera del templo, en el que se celebró una misa fúnebre este domingo.
 
Ataviado con su corona de patriarca y una túnica con adornos dorados, el cuerpo del líder religioso es mostrado a los fieles, a quienes el gobierno egipcio concedió tres días libres con el propósito de que se prepararan para el entierro papal a fines de esta semana.
 
Shenouda III, de 88 años de edad, padecía cáncer y varias enfermedades crónicas, y su salud había empeorado en los últimos días.
 
Hasta que se elija al futuro papa copto, el obispo Pacomio, del Delta del Nilo, asumirá las funciones de líder de esa iglesia cristiana.
 
Sin embargo, el periodista de la BBC en El Cairo Jon Leyne explica que no hay un calendario todavía para la selección del sucesor, el cual será elegido por obispos reunidos en cónclave.
 
Los cristianos coptos representan el 10% de la población egipcia de 80 millones, por lo que constituyen la mayor minoría cristiana de Medio Oriente.
 
El 117º Patriarca
 
Shenouda III dirigió la iglesia copta durante cuatro décadas.
 
Tras la muerte en 1971 del Papa Cirilo fue entronizado como el 117º Patriarca de Alejandría y el Patriarca de África sobre la Santa Sede apostólica de San Marcos.
 
Nacido en 1923 en Asiut, en el Bajo Nilo, se destacó por sus llamamientos a la calma durante los disturbios entre musulmanes y cristianos después de la revuelta que culminó con el derrocamiento del presidente Hosni Mubarak.
 
Medios de prensa lo califican como un "defensor de los derechos del pueblo palestino" y como un "nacionalista árabe".
 
Igualmente analistas destacan su defensa del diálogo interconfesional entre las iglesias cristianas.
 
El presidente de EE.UU., Barack Obama, lo elogió como un defensor de la tolerancia y el diálogo religioso.