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Un jugador serbio agarró la bandera albanesa, lo que ofendió a sus rivales y provocó una riña entre ambos equipos. | Foto: YouTube.com

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Cuando la política llega a la cancha

El incidente que se dio en el partido entre Serbia y Albania es uno de los tantos casos en los que el fútbol y la política se mezclan.

Juan Francisco Molina, periodista de SEMANA
17 de octubre de 2014

El partido entre Serbia y Albania generó grandes expectativas en Europa por motivos políticos. Las  históricas tensiones entre serbios y albaneses se complicaron aún más por el tema de Kosovo. Esa provincia, cuyos habitantes son en su mayoría de ascendencia étnica albanesa y profesan el islam, proclamó en 2008 su independencia con respecto a Serbia, un país eslavo y católico ortodoxo. Kosovo contó con un gran apoyo de Albania, así como de Estados Unidos y la Unión Europea, algo que enfurece a los serbios.

Esas tensiones se trasladaron al partido que se celebraba en Belgrado en el marco de las clasificatorias para la Eurocopa Francia 2016. La UEFA, en una medida preventiva, prohibió el ingreso de hinchas albaneses. Y aunque los ultras serbios lanzaron bengalas a la cancha desde el primer minuto, eso no impidió el inicio del juego.

Todo trascurría “normal” hasta el minuto 41 del primer tiempo, cuando sucedió algo increíble. No fue una finta, ni un taquito, ni una pared, ni un postazo. Fue la aparición de un drone, que llevaba una bandera nacionalista de Albania, y que sobrevoló la cancha del Partizan de Belgrado. Eso fue una ofensa tremenda para los serbios, la gota que colmó el vaso.

Un jugador serbio agarró la bandera albanesa, lo que ofendió a sus rivales y provocó una riña entre ambos equipos. Varios ultras serbios entraron al campo para agredir a los jugadores de Albania. Ante esa situación, los albaneses abandonaron la cancha mientras les lanzaban bengalas, piedras y mecheros. Todo estaba fuera de control. El árbitro dio por terminado el encuentro.

Este episodio trascendió al plano diplomático, porque nada más y nada menos que el hermano del primer ministro de Albania fue acusado de manejar el drone desde las gradas. Esto complicará los acercamientos entre dos países que a lo largo de los últimos meses intentaron mejorar su difícil relación.

Lo ocurrido entre Serbia y Albania es un nuevo capítulo de la violencia en el fútbol balcánico. El caso más recordado es el del partido entre Estrella Roja de Belgrado y Dinamo de Zagreb en 1990, cuando se enfrentaron policías, futbolistas, radicales croatas independentistas y radicales yugoslavos nacionalistas. Para muchos analistas ese evento fue uno de los que terminó de provocar las sangrientas guerras balcánicas de los años 90.

En Europa también es común que el fútbol sea el escenario de reivindicaciones políticas e independentistas. Puede citarse como ejemplo el caso español con el Barcelona y el Athletic de Bilbao, clubes asociados con el separatismo catalán y vasco respectivamente. En América Latina es recordado el caso de la guerra del fútbol entre El Salvador y Honduras en 1969, y que fue relatada por Ryszard Kapuscinski. Por lo visto, muchas veces el fútbol es algo más que un simple juego.

El video completo del incidente puede verse en este enlace.