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COPENHAGUE

Cumbre climática termina con acuerdo mixto

La histórica cumbre se libró del fracaso total al aceptar un acuerdo que otorga ayuda financiera a los países más pobres, pero que no incluye más recortes en la emisión de gases de efecto invernadero.

19 de diciembre de 2009

Después de dos semanas de discusiones acaloradas y una maratón final de 31 horas de negociaciones que sacaron a la luz las profundas diferencias entre países pobres y ricos, la casi totalidad de las 193 naciones en la conferencia de la ONU aceptaron un acuerdo presentado por Estados Unidos que apunta a mayores recortes de las emisiones de los países ricos, pero no impone límites vinculantes.
 
Las exitosas negociaciones de última hora entre los mandatarios de Estados Unidos, China, India, Brasil y Sudáfrica sentaron las bases para la futura cooperación entre países desarrollados y en desarrollo, aunque el "Acuerdo de Copenhague" fue rechazado por varios delegados, que reclamaron más recortes y se sintieron excluidos.
 
El acuerdo estuvo al borde de naufragar frente a las objeciones de Bolivia, Cuba, Sudán y Venezuela, por las cuales estuvo a punto de quedar excluido del foro.
 
La frenética diplomacia del presidente estadounidense Barack Obama en la nevada capital danesa, donde se habían reunido un centenar de jefes de estado o gobierno, dio lugar a un documento que promete que los países ricos donarán 30.000 millones de dólares en ayuda climática a los más pobres en los próximos tres años y eventualmente 100.000 millones de dólares anuales hacia el 2020.
 
El acuerdo incluye un método para verificar las reducciones de emisión de dióxido de carbono y otros gases de invernadero por cada país, un reclamo clave de Washington porque China se ha negado a la supervisión internacional de sus medidas voluntarias.
 
Bajo el Protocolo de Kioto de 1997, rechazado por Estados Unidos, 37 países industrializados ya habían emprendido una reducción modesta de las emisiones. Bajo el nuevo acuerdo no vinculante, esos países, entre ellos Estados Unidos, deben presentar sus metas en cuanto a reducción de emisiones y los países en desarrollo deben declarar las medidas que tomarán para reducir el aumento de la contaminación global.
 
Hablando en Washington, Obama dijo que el acuerdo alcanzado en Copenhague fue un gran adelanto, pero que debe hacerse más para lograr reducciones realmente significativas en la lucha contra el calentamiento global.
 
"Este avance pone las bases para la acción internacional en los años por venir", afirmó Obama el sábado, apenas unas horas después de regresar de Copenhague, donde alcanzó el acuerdo.
 
"Tendremos que aprovechar el impulso adquirido" y conseguir que el Congreso apruebe los recortes obligatorios en los gases de efecto invernadero, agregó Obama.
En Copenhague, el jefe de clima de la ONU, Yvo de Boer, dijo a la prensa en los últimos minutos de la conferencia que el acuerdo de Copenhague "es un acuerdo impresionante, pero no es un acuerdo vinculante".
 
Un tratado que requiera mayores recortes por los países industrializados debe aguardar a la continuación de las negociaciones en 2010.
 
La conferencia tampoco tomó medidas sobre un asunto que se creía estaba cercano a lograrse: un plan para proteger las selvas tropicales del mundo, vitales para la salud del clima, pagando a unos 40 países pobres la protección de sus selvas.
 
La deforestación para la industria maderera, la ganadería y la agricultura ha convertido a Brasil e Indonesia en el tercer y cuarto emisores de carbono del mundo.
 
El documento dijo que deben reducirse las emisiones de gases de carbono lo suficiente como para mantener el aumento en las temperaturas mundiales promedio debajo de los dos grados centígrados (3,6 grados Fahrenheit), lo que significa que es por arriba de los niveles preindustriales.
 
Las temperaturas promedio ya han aumentado 0,7 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.
 
Algunas naciones que son más vulnerables al cambio climático, incluyendo las islas de baja altura, creen que el límite debe sostenerse en no más de 1,5 grados centígrados (2,7 grados Fahrenheit).
 
AP