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DEL AHOGADO...

Un acuerdo de última hora parece ser la tabla de salvación de Gorbachov.

27 de mayo de 1991

EL PRESIDENTE SOVIETICO Mijail Gorbachov, gracias a una hábil maniobra, parece haber llegado a un acuerdo con su rival el presidente ruso Boris Yeltsin para llamar a la cordura. Un esfuerzo crucial cuando el 60 por ciento de la industria iba a sumarse a la huelga de los mineros de Minsk. En una resolución firmada por Gorbachov, Yeltsin y los representantes de ocho repúblicas, se fijaron las bases del fin de la guerra de referendos que amenazaba con desintegrar a la Unión, y de las huelgas mineras que se han ido propagando como mancha de aceite.

Según el documento, el Tratado de la Unión será aceptado por las repúblicas firmantes, que por otra parte se comprometen a respetar las leyes centrales. Nunca antes Gorbachov había aceptado ese acuerdo, que dejaría que Lituania, Letonia, Estonia, Moldavia, Georgia y Armenia, que mantienen sus intenciones separatistas, resuelvan de manera autónoma su adhesión a la Unión.

Aún no se conoce la reacción de los huelguistas ni de las otras seis repúblicas. Pero hasta hace una semana, todo parecía indicar que la cúpula del PC terminaría por pedir la renuncia de Gorbachov en el Plenum del Comité Central, reunido el pasado 24. A pesar de que resulta prematuro asegurar que Gorbachov ha salido adelante, el acuerdo ha dejado entrever la luz al final del túnel.