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Demócratas al agua

La primera mujer, el primer negro o el primer latino Presidente de Estados Unidos podrían salir del abanico de precandidatos demócratas.

27 de enero de 2007

Las cartas están sobre la mesa. En la misma semana en que el presidente republicano George W. Bush pronunció por primera vez su discurso del estado de la Unión ante un Congreso demócrata, el mapa de los candidatos opositores que aspiran a sucederlo se comenzó a aclarar. En poco más de una semana, los senadores Barack Obama y Hillary Clinton, y el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, anunciaron la creación de 'comités exploratorios' y se sumaron a la carrera hacia la Casa Blanca que ya arrancó.

Y en los tres casos se trata de políticos que marcarían un hito histórico en caso de concretar sus aspiraciones en las elecciones de 2008. Hillary sería la primera mujer; Obama, el primer negro, y Richardson, el primer hispano. Los tiempos en que pertenecer a una minoría podía ser visto como un lastre parecen haber quedado atrás. "Los votantes se han acostumbrado a la idea de una candidata presidencial hace tiempo, al igual que con un afroamericano o un candidato hispano. La gente está muy por delante de la prensa y los políticos", dijo a SEMANA Maxine Isaacs, de la escuela de gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard.

"La diversidad de Estados Unidos es bien conocida, pero es ahora cuando la política se está poniendo al día", asegura por su parte Susan MacManus, profesora de gobierno de la Universidad del sur de Florida. "Ser 'El primero' es un imán muy poderoso, especialmente entre los votantes jóvenes", agrega.

De los tres, la ex primera dama y hoy senadora por Nueva York parte como la amplia favorita. Hillary es una veterana de mil batallas con años de experiencia en la política norteamericana al más alto nivel, como lo recordó en el mensaje con el que anunció su candidatura en su página web. "Nunca he tenido miedo de dar la cara por lo que creo o enfrentar la maquinaria republicana", dijo durante el anuncio. "Después de casi 70 millones de dólares gastados contra mis campañas en Nueva York, y dos victorias aplastantes, puedo decir que sé cómo piensan los republicanos de Washington, cómo operan y cómo derrotarlos", remató.

Su nombre es el más reconocido, tiene una capacidad envidiable para recaudar fondos y cuenta con una maquinaria política que ganó dos elecciones presidenciales en los 90. Pero la presencia de Bill Clinton es la vez una bendición y una carga. Aunque muchos suspiran por los buenos tiempos de su Presidencia, la percepción de que una victoria de Hillary es igual a un tercer período de su esposo podría minar sus aspiraciones. Como ha señalado apoyado por las encuestas más de un columnista, para 2008 los votantes que durante dos décadas han visto desfilar por la Casa Blanca sólo dos apellidos (Clinton y Bush) se muestran incómodos con la idea de las dinastías políticas.

A eso se suma que Hillary es una figura que polariza. Varios sondeos indican que una tercera parte del electorado nunca la votaría. Ese 'lado oscuro' lleva a que haya serias dudas de que pudiera ganarle al candidato republicano en las presidenciales.

Y aunque las últimas encuestas siguen mostrando a la ex primera dama con una cómoda ventaja, todo podría cambiar. Con la decisión de Barack Obama de sumarse a los aspirantes, Hillary pasó de ser la mujer que irrumpe en un club masculino a la favorita del establecimiento que enfrenta a la estrella ascendente del partido. Como aseguró The Economist, "Obama está parado en uno de los lugares más peligrosos de la tierra: el camino entre la señora Clinton y la Casa Blanca".

Con apenas dos años en el Senado, Obama ha despertado un sorprendente entusiasmo y a muchos les gusta la idea de que todavía no está contaminado por la atmósfera de Washington. Filántropos como el multimillonario George Soros o celebridades como Steven Spielberg se han decidido a apoyarlo y ayudarle a recaudar fondos. A Obama le sobran el carisma y el talento discursivo de los que carece Hillary, pero le falta su experiencia, especialmente en política exterior. Nunca ha estado en una campaña en el nivel nacional y muchos observadores opinan que cuando tenga que enfrentar preguntas difíciles, su mensaje de cambio político se podría quedar corto.

Aunque es una figura menos reconocida, el hispano gobernador de Nuevo México, Bill Richadson, podría ser uno de los animadores de la carrera presidencial. Su experiencia en política exterior es envidiable, pues fue embajador ante Naciones Unidas y como presidente de la Asociación de gobernadores demócratas, demostró su capacidad para recaudar fondos. "Aunque tiene las mejores credenciales, Richardson representa a un estado pequeño y su nombre no es suficientemente reconocido, dijo a SEMANA Andrew Smith, profesor de ciencia política de la Universidad de New Hampshire. Creo que no tiene verdaderas posibilidades, pero es un excelente opción para Vicepresidente".

La gran mayoría apuesta por Hillary u Obama, pero la posibilidad de un 'caballo negro', como llaman en Estados Unidos a un candidato sorpresa que viene de atrás, está latente en una campaña que se dilata durante meses y que en esta ocasión tuvo un arranque especialmente prematuro. John Edwards, el ex candidato vicepresidencial de 2004, es el que mayor posibilidades tiene de convertirse en el 'palo' demócrata y sepultar la ilusión de que en la Casa Blanca se derrumben las barreras de género o de raza.