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DENUNCIAS ALUCINANTES

La viuda de Roberto Calvi acusa a los princlpales dirigentes políticos del país de estar vinculados a la P-2

17 de enero de 1983

Clara Canetti, la viuda del banquero italiano Roberto Calvi, quien apareciera ahorcado bajo un puente de Londres el 16 de junio pasado, tras el descubrimiento del escándalo financiero más sonado de Italia este año, formuló la semana pasada graves acusaciones que involucran a los más altos personajes de la vida política de ese país.
El tema es, según la viuda, las conexiones de esas prominentes figuras con su marido, dentro de los cuales mencionó al exprimer ministro Giovanni Spadolini y al presidente de la Democracia Cristiana, Flaminio Piccoli. Es más, el presidente del Instituto de Obras Religiosas (IOR), el arzobispo norteamericano Paul Marcinkus, es señalado por ella como el "responsable directo" de la muerte de su marido.
Las denuncias de Clara Canetti, o Clara Calvi, fueron formuladas ante una comisión del congreso norteamericano que investiga en Washington las actividades de la logia masónica Propaganda Dos (P-2) y los vínculos de esa secta con la muerte del expresidente del Banco Ambrosiano, Roberto Calvi, quien fuera el banquero más importante del país.
Los primeros en desmentir las graves acusaciones sobre la conveniencia de los dirigentes políticos con Calvi y la P-2 fueron Spadolini y Piccoli mientras que para los comentaristas en Roma, las acusaciones de ella resultaron entre "clamorosas y alucinantes" y no excluyen a ninguna de las más importantes fuerzas políticas peninsulares, a excepción del Partido Comunista (PCI) .
La Calvi, enfatizó que el arzobispo Marcinkus estaba directamente involucrado en la muerte de su marido. En realidad, Marcinkus y Calvi mantuvieron oscuros manejos internos entre las acciones y los capitales del IOR y el Banco Ambrosiano, de tal suerte que al momento de morir Calvi se produjo un faltante en el Banco Ambrosiano de mil 400 millones de dólares.
El Vaticano se muestra, no obstante, renuente a compensar dicha pérdida al Estado italiano aunque dos semanas antes de las declaraciones de Clara Calvi, aceptó negociar con las autoridades peninsulares sobre ese asunto.
Las acusaciones de la viuda de Calvi contra dirigentes políticos resultaron sorprendentes por su gravedad, aunque ella misma había anticipado que "haría temblar" a clase política italiana con sus revelaciones.
Afirmó que el jefe real de la logia P-2 es el ex primer ministro y alto dirigente democristiano Giulio Andreotti y que Licio Gelli, considerado hasta ahora jefe de la secta, no era sino el cuarto hombre de la logia. Según las listas aparecidas en marzo de 1981, la P-2 agrupaba políticos, militares, editores y financistas de primer orden, en un entretejido de "poder paralelo, oculto y corruptor, que pretendió socavar los cimientos del Estado", como lo definió Spadolini el año pasado.
Entre Andreotti y Gelli, de acuerdo a las afirmaciones de la viuda, estaban Francesco Cosentino, democristiano, y Umberto Ortolani, hasta ahora considerado el número dos de la secta.
Además, Clara Calvi acusó al actual presidente de la Democracia Cristiana, Flaminio Piccoli, al secretario del Partido Socialista Bettino Craxi y al Gobernador de la banca de Italia, Carlo Ciampi, de haber recibido financiamiento por parte de Calvi o de haber participado en los manejos del banquero desaparecido.
Ni siquiera Spadolini se salva. El secretario del Partido Republicano, jefe del gobierno entre junio de 1981 y noviembre de este año, fue acusado de haber recibido como "regalo" durante la pasada navidad 250 mil dólares.
Spadolini fue el primero en responder a las acusaciones. Anunciando querella dijo que en "ningún momento, ni en 1981, ni en ningún otro año" había recibido "don" préstamo alguno del expresidente del Banco Ambrosiano.
Piccolo, acusado ya en tener otras ocasiones por la familia Calvi de conexiones con el banquero, anunció nueva demanda contra la viuda y calificó la actitud de los herederos como "indigna y absurda".
Craxi y Andreotti, por su parte, no emitieron comentario alguno a las acusaciones llegadas desde Washington pero se espera que más arde expresarán alguna reacción.
Los miembros de la Democracia Cristiana en la comisión parlamentaria calificaron las declaraciones de la viuda de Calvi de "fantapolítica", mientras que para el representante radical Giulio Teodori resultan "atendibles". Por su parte, la presidenta de la comisión, la democristiana Tina Anselmi señaló: "sólo puedo decir hoy como el día que asumí la presidencia, que me propongo investigar la lógia, P.2 hasta sus últimas consecuencias".