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El traslado se dio sin previa notificación a sus familiares. Foto. Agencia AFP

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La lucha que un joven colombiano enfrenta tras ser deportado de Estados Unidos

Tras la abolición del DACA por parte del gobierno de Trump, se abre el siguiente interrogante: ¿qué pasará con los deportados que fueron enviados a sus países antes de la terminación del amparo migratorio?

Catalina Ariza Lafaurie
6 de septiembre de 2017

Mauricio López ha estado en territorio colombiano desde el mes de julio de 2017, cuando una orden de deportación lo obligó a despertar del sueño americano en el que había vivido por más de dieciocho años. En el día de su boda con Keira Thompson, norteamericana y mejor amiga de Mauricio desde que tenían siete años de edad, un oficial de inmigración se le acercó al juez señalándole una orden de salida obligatoria, después de haber sido aprobado el matrimonio, y de comprobar que López tenía admitida la solicitud para la Green Card.

Fue llevado a Estados Unidos por su madre mediante una visa de turismo en el año 1999, siendo él menor de edad. A los seis meses de estar residiendo, aprendió inglés y se adaptó fácilmente a las costumbres que hoy en día considera propias. Para ese tiempo, conoció a su actual esposa en el conjunto residencial donde vivían. Keira recuerda la manera desastrosa en la que le arrebataron la ilusión de matrimonio con Mauricio y asegura estar planeando un viaje próximo a Colombia para reencontrarse con su esposo, quien a pesar de contar con su familia biológica, se siente aislado y fuera de su entorno social y cultural.

Este colombiano fue esposado y enviado al Centro Transicional de Broward, una correccional poco conocida y por la que pasan inmigrantes sin historial criminal. A las dos semanas lo llevaron a una cárcel de Louisiana especializada en recibir a inmigrantes en proceso de deportación. Llegó un lunes y dos días después un guardia lo despertó y sin explicación alguna lo transportaron al aeropuerto junto a otros 200 colombianos. Entre la multitud, se destacó una señora que durante el trayecto rumbo a Bogotá le brindó palabras de consuelo.

Nunca imaginó que su llegada a Colombia fuese a ser tan traumática pues él planeaba conocer su país natal de una manera digna, exactamente de vacaciones. "En ese momento pensé: no sé a donde estoy llegando pues a mí me mandaron a la fuerza sin avisarme. Me levanté una mañana y no sabía que me iban a mandar. Estaba sin ropa, sin dinero, lo único que cargaba era una cédula colombiana casi en pedazos junto a un celular", expresó.

"Cuando estábamos aterrizando en Bogotá, todos empezaron a cantar el himno colombiano pero yo no me lo sabía, entonces simplemente me quedé callado mientras todos cantaban, en ese instante me sentí más solo que nunca", recuerda.

Mauricio a pesar de no haber aplicado al Programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA), tras haberse dedicado toda su adolescencia al trabajo y no al estudio, comenzó a validar su bachiller en Miami-Dade College, cumpliendo con el perfil requerido para la residencia permanente.

Al parecer, la orden de deportación de este dreamer se dio en 2001 cuando su madre fue perjudicada por la suspensión de la licencia de su entonces abogado. Se le negó la solicitud de asilo político y a su hijo le radicaron una orden de deportación que nunca llegó. Ella sigue residiendo en el país que alguna vez le abrió las puertas y hoy emprende una lucha incansable para traer a su hijo de vuelta. "Lo que a Mauricio lo alienta, y le da fuerzas día a día es la luz de certeza en el camino de que pueda regresar a Estados Unidos nuevamente por su matrimonio con una norteamericana. Me toca luchar y salir adelante por mi hijo", mencionó.

La madre sugiere que la responsabilidad de la deportación cae sobre la abogada de defensa penal de Mauricio, quien atendió el caso por cerca de dos años. Opina que fue ella quien lo entregó ante inmigración por no haber investigado plenamente las tres ramas migratorias asegurándose de que su cliente no tuviese una orden de deportación pendiente cuando era menor de edad. De acuerdo con un estudio basado en datos de la corte de Estados Unidos, existen estados más progresistas que otros como California, Oregón y Nueva York. Mientras que en estados como Utah y Georgia obtener la tarjeta de residencia es casi imposible. Aun así, abogados de inmigración aseguran que aunque la ley sea equitativa para todos, en la mayoría de los casos se tiene éxito dependiendo del juez y del mismo defensor.

                                                           

Durante toda la semana hubo marchas y protestas en diferentes estados del país. Foto: Agencia EFE

La mamá de este soñador recalca la injusticia de querer deporar a un niño que no pidió radicarse en Estados Unidos. Afirma que entre los 800.000 jovenes indocumentados, está Mauricio a quien le son vanos los recuerdos previos a su llegada a Norteamérica y que justo en el momento de su captura el pasado mes de julio, le fue inducido un sentimiento de culpa y de pérdida de identidad. "Así no tengan una partida de nacimiento, es lo único que ellos han visto y por lo tanto, este es su país", puntualizó. 

En contexto: Trump cumple y pone el fin al DACA que impedía la deportación de los ‘dreamers‘

El martes 6 de septiembre de 2017 el presidente de los Estados Unidos Donald Trump le puso fin al DACA, una decisión que pone en riesgo la oportunidad de legalizar a cerca de 800.000 dreamers, entre ellos, 7.217 colombianos. El mandatario le dio 6 meses de plazo al Congreso para presentar una alternativa al decreto migratorio DACA y una solución frente a los procesos migratorios pendientes. Cientos de jóvenes inmigrantes se han hecho notar en protestas y marchas pacíficas en distintas ciudades del país, atrayendo la atención del mundo.

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Cientos de personas alzaron su voz para impedir que se aboliera el DACA. Foto: Agencia EFE

Al llegar a Bogotá, Mauricio se encontró con su padre biológico quien no había visto desde hace más de una década. Fue un choque muy grande para él. Las diligencias rutinarias como ir al banco, se vuelven complicadas por la barrera del idioma. "Es un cambio de 360 grados, pero me toca adaptarme a las circunstancias, a mi tierra nativa", explicó.

En estos momentos López se encuentra en una segunda apelación para volver a los Estados Unidos, nación que según él, está llena de retos y oportunidades. "Procuro aplicar mi rutina anterior: me levanto a las seis de la mañana a trabajar desde la distancia en mi trabajo de Miami. A veces me siento un poco aislado porque toda mi vida social se encuentra allá". A pesar de contar con el apoyo de su núcleo familiar en la costa, opina que nunca se acostumbrará a vivir en Colombia y que su mayor anhelo es regresar a "su país".

*Los nombres de los personajes han sido cambiados por motivos de seguridad y protección de identidad.