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¿ Y DESPUES DE BREZNEV, QUIEN ?

En medio de suicidios e infarto de sus rivales, el ex-jefe de la KGB avanza hacia la silla de Breznev. La guerra de los delfines ha comenzado.

5 de julio de 1982

Yuri Andropov, joven dirigente soviético de 68 años, con suficiente fama de fino intelectual y doctor ideólogo como para suceder al finado Mijail Suslov en el altar de custodio oficial de la Ortodoxia doctrinaria, ha saltado al ruedo de la sucesión del presidente Leonid Breznev, un líder abrumado por los achaques. No se trata de una sorpresa: aunque Andropov fue nombrado el 24 de mayo en el puesto de la secretaría del Comité central que dejó libre Suslov, ya que el 22 de abril había sido ungido heredero del hombre que durante decenios había tenido la responsabilidad de sumo sacerdote del comunismo soviético. Ese día, Andropov sustituyó a Suslov al pronunciar el discurso de conmemoración de un nuevo aniversario de la muerte de Lenin.
Fue un discurso de largo respiro político e ideológico, en el que Andropov se esforzó por demostrar hasta qué punto maneja con soltura los grandes problemas de la nación y del panorama internacional.
Su designanción para la secretaría del partido permitió a los sovietólogos arriesgar algunas conclusiones, siempre difíciles debido a la capa de espeso plomo que protege los movimientos en la cumbre del poder en el Kremlim. Desde hacía quince años Yuri Andropov era presidente del "comité estatal para la seguridad", organismo cuyas siglas en ruso, "KGB", evocan en el mundo la quinta esencia de un despótico poder de policía en el orden interno y de la más vasta red de espionaje, del planeta.
Miembro titular del "politburó", el otro organismo que controla todo lo que sucede en la Urss, para colocarse en la cúspide de la "nomenklatura" a Andropov le faltaba el regreso a la secretaría donde había estado entre 1962 y 1967. Entonces, a pedido de Breznev, debió abandonar el cargo para hacerle tomar las riendas de la "KGB", mientras el mariscal Grechtko se ocupaba de responsabilidades similares en las fuerzas armadas como ministro de la defensa. Andropov y Grechtko fueron los responsables de controlar, en nombre del partido y de la nueva alianza de poder, centrada en los liderazgos de Breznev y la autoridad política de Suslov, los aparatos militares y de seguridad.
Dicen que a Andropov no le gustó nunca el papel de policía. Ex-obrero telegrafista, ingeniero, era un adolescente cuando inició la escalada afiliándose al "konsomol", la organización juvenil del partido, hizo una brillante carrera de "apáratchinik" y encontró en Leonid Breznev un protector seguro y leal. Yuri Andropov es definido a veces como un liberal moderado dentro del archipiélago del poder soviético.
Posiblemente el hombre haya cambiado en los últimos años, porque cuando en 1956, siendo embajador en Hungría, fue uno de los "halcones" que recomendaron a Breznev no ahorrar sangre de mayares para reprimir la rebelión de los patriotas de Budapest.
Intalado en las oficinas de la plaza vieja de Moscú, Andropov es miembro de un exclusivo club, del que posiblemente emergerá el delfín de Breznev: se ha convertido en el quinto de los trece miembros del "Politburó" que es también miembro de la secretaría. Con él y con Breznev se sientan además de Breznev y Andropov, los otros: Kostantin Cernienko, Andrei Kirilenko y Mijail Gorbacev. En los últimos meses la batalla parecía restringida a Cernienko y Kirilenko, ya que Gorbacev es considerado un "outsider" con sus escasos 56 años. Andropov tomó decididamente partido por Kirilenko: desde los cuarteles centrales de la "KGB", se dispersaron desde principios de año muchas intrigas que hacían blanco en la tambaleante figura de Breznev, pero los disparos, en realidad, iban dirigidos contra Chernienko, favorito del patriarca.
El 19 de enero se suicidó el general Semion Tsvigum, número dos de la "KGB", casado con una hermana de la mujer de Breznev, el mundo occidental se enteró que el hijo y la hija del secretario general estaban en la picota, después que una corte de amigos de ambos fueron arrestados por corrupción.
Pero Kirilenko sufrió un infarto --la biología juega un papel determinante en las sorpresas que se producen, debido a la edad provecta de los líderes soviéticos--, y ha quedado fuera de carrera. Andropov y Chernienko quedan ahora frente a frente. Tal vez Breznev tratará de ponerlos de acuerdo, organizando una transición que ponga a Chernienko en su lugar y convenza a Andropov de que atrincherado en el cargo de ideólogo oficial que fuera de Suslov, espere unos años más.
El viejo Breznev demostró, además, que sigue siendo quien manda. En reemplazo de Andropov fue nombrado jefe de la "KGB", el oscuro general--coronel Vitali Vasilievich Fedorchiuj, que durante doce años dirigió el aparato de seguridad en Ucrania. Este nombramiento sí fue una gran sorpresa.
Fedorchiuj es fidelísimo de Vladimir Scervitski, secretario general del partido en Ucrania, que es, a su vez uno de los hombres de mayor confianza de Breznev y de Chenienko.
Julio Alganaraz