“Nadie en la historia de este país ha sido tan masacrado como yo”: Lula da Silva

Entre gritos de euforia, arengas políticas y fuegos artificiales, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva hizo vibrar el centro de Curitiba. La emotividad del acto fue tal que incluso, en un momento, el exmandatario comenzó a llorar. “Si no fuera por su apoyo, no sé cómo soportaría la forma como me están masacrando”.

Expectantes por el cara a cara entre el expresidente y el juez Sergio Moro en el edificio de Justicia Federal, militantes del Partido de los Trabajadores (PT), miembros de la Central Única de los Trabajadores (CUT) y del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) esperaron pacientes las cinco horas que duró el interrogatorio.

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Luego de las palabras de apoyo de la expresidenta Dilma Rousseff, Lula da Silva le agradeció a los 5.000 seguidores que desde todo el país se movilizaron en largas caravanas para acompañarlo en el “Día D de la Operación Lava Jato”. Y afirmó: “no quiero ser juzgado solo por la Justicia, quiero ser juzgado por el pueblo brasileño”.

Manifestó ser víctima de una persecución política y criticó el proceso adelantado por la Justicia Federal, pues la Fiscalía lo acusa por los crímenes de corrupción pasiva, almacenamiento ilegal de bienes y lavado de dinero, además de haber recibido un apartamento como pago por beneficiar a la constructora OAS en contratos públicos con Petrobras.

Frente al triplex de Guarujá, afirmó que las autoridades “no tienen ni una sola prueba, ni un documento, ni una escritura” y dijo que irá a todos los interrogatorios que sean necesarios, porque nadie más que él quiere la verdad. “No quiero ser juzgado por interpretaciones, quiero ser juzgado por pruebas”, añadió.

Y sostuvo que nunca había sentido tantas ganas de ser presidente como ahora. “Me estoy preparando para volver a ser candidato presidencial. Tengo ganas de hacer más y probar que si las élites no tienen talento para reparar este país, un metalúrgico sí”.

El multitudinario acto político del expresidente Lula confirmó las predicciones de sus contradictores. Estos consideran que como no puede hacerle frente a las acusaciones en su contra, su solución es convocar a las masas.

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Pero a pesar de las críticas, el exmandatario demostró que el apoyo popular que tiene es gigante y que en caso de que pueda lanzarse a las elecciones presidenciales de 2018, sus probabilidades de ganar son muy altas.

*Enviada especial de Semana en Brasil