Home

Mundo

Artículo

Zona del río San Juan, frontera entre Costa Rica y Nicaragua, motivo de la disputa territorial entre ambos países. | Foto: EFE

CENTROAMÉRICA

Diferendo entre Nicaragua y Costa Rica: ¿cuáles son las opciones?

Una solución rápida al diferendo entre ambos países por una zona de unos 180 kilómetros cuadrados parece poco probable.

Alianza BBC
17 de noviembre de 2010

Una rápida solución al diferendo entre Nicaragua y Costa Rica parece cada vez más improbable.
 
San José dio como plazo hasta el 27 de noviembre para que Nicaragua retire a sus tropas de la controvertida frontera, cuya disputa llegó a pasar por Google Maps.
 
Y Managua insiste en que no retirará a sus tropas de un terreno que ambos países reclaman como propio.
 
Si los dos países no resuelven el problema de la demarcación fronteriza de mutuo acuerdo tendrán que hacerlo en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, lo que podría tomar años.
 
Pero la querella más urgente es la desatada por la presencia de militares nicaragüenses en la zona de la disputa, en torno al río San Juan.
 
¿Se puede, sin embargo, solucionar un asunto sin resolver antes el otro?
 
Y si se cumple el plazo sin que Managua saque sus soldados de la zona, ¿cuáles son las opciones con las que cuenta Costa Rica, el único país de la región que carece de ejército?
 
El ajedrez de la diplomacia
 
De momento Costa Rica ha dado batalla en la Organización de Estados Americanos (OEA), pero no es impensable que intente hacer llegar el tema al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
 
Y, en último extremo, San José podría incluso invocar el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), que obliga a los otros miembros de la OEA a intervenir para defender a uno de sus aliados en caso de que se constate una agresión.
 
En ambos casos, aunque todavía lejana, esas dos instancias contemplan el uso de la fuerza. Pero antes tendría que jugarse una auténtica partida de ajedrez diplomático.
 
Después de todo, parece poco probable que la OEA y la ONU se atrevan a disputarle al tribunal de La Haya el derecho a trazar la línea definitiva, necesaria para determinar quién está de un lado o el otro de la frontera.
 
En el Consejo de Seguridad, Daniel Ortega también puede contar a Rusia –y su derecho de veto– como más que probable aliado; de invocarse el TIAR, Managua también goza de la amistad de los "bolivarianos" y sobre todo de Venezuela.
 
La vía de la OEA
 
Hasta el momento el litigio continúa en los márgenes de actuación de que dispone la OEA: estrechos a juzgar por las propias declaraciones del secretario general, José Miguel Insulza.
 
El pasado viernes, Costa Rica se anotó como "victoria diplomática" la resolución del Consejo Permanente de la OEA, que pidió el retiro de las tropas y de las fuerzas de seguridad de la zona en litigio.
 
Pero la resolución -aprobada por 21 votos a favor, tres abstenciones (Ecuador, Dominica y Guyana) y un voto en contra (Venezuela), y por la que Bolivia no votó- se cuidó de acusar a Nicaragua de haber invadido territorio costarricense.
 
Insulza también ha aclarado que la OEA no puede entrar en el fondo del asunto ni ir más allá de sus "recomendaciones".
 
Y este martes, el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, anunció que Nicaragua se veía "en la obligación de sustraerse de cualquier actividad de la OEA que tenga que ver con el llamado conflicto de límite de Costa Rica con Nicaragua".
 
Esto podría hacer inútil cualquier intento de la OEA por convocar a una reunión de cancilleres o, incluso, de mandatarios.
 
Ortega también advirtió sobre la posibilidad de que su país abandone el organismo multilateral. Y su estrecha relación con los "bolivarianos" hace inevitable preguntarse cómo reaccionarían estos.
 
El Consejo de Seguridad
 
El primero en mentar el Consejo de Seguridad de la ONU fue Óscar Arias, ex presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, quien dijo que no cree que el diferendo tenga arreglo en el marco de la OEA.
 
"Me parece que debería ser invocado de inmediato el artículo 35 de la Carta de las Naciones Unidas y llevar esta agresión ante el Consejo de Seguridad porque es algo que pone en peligro al istmo centroamericano", dijo en entrevista con una radio local.
 
Según el ex mandatario, su país debería comenzar a trabajar cuanto antes para poner de su lado a los miembros del consejo, especialmente Brasil y México, dos potencias latinoamericanas en el órgano.
 
La posición de Arias no es la que, por el momento, prioriza la presidenta, Laura Chinchilla. De hecho, en esa instancia la diplomacia nicaragüense cuenta a priori con la baza de su estrecha relación con Rusia.
 
La opción de la ONU tampoco es del agrado de José Miguel Insulza, quien aseguró que sería: "meternos todos en un callejón sin salida".
 
El TIAR
 
Otra opción que podría verse como "último extremo" es la de invocar el TIAR, algo que la oposición a la presidenta Chinchilla ya ha pedido al gobierno.
 
El tratado contempla que "un ataque armado por cualquier Estado contra un Estado Americano, será considerado como un ataque contra todos los Estados Americanos".
 
"En consecuencia, cada una de las Partes Contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque en ejercicio del derecho inminente de legítima defensa individual o colectiva", apunta el artículo 3.1.
 
De hecho, la suscripción del TIAR en 1948 fue lo que llevó a Costa Rica a renunciar a su ejército al considerar que la exigencia de solidaridad entre los americanos en caso de agresión era suficiente garantía para su defensa.
 
Sin embargo, esta es una alternativa que, al menos en público, no contempla Costa Rica. Antes al contrario, ante las declaraciones de la oposición, la mandataria pidió "unidad" en torno a su discurso.
 
Lo único que sí parece descartado por completo es que Costa Rica acuda directamente a la fuerza de las armas.
 
"Somos un país desarmado que le declaró la paz al mundo en 1948 cuando abolimos el ejército. Siempre vamos a pelear con la razón en la mano, pero no con la fuerza", dijo Arias.
 
Y sus conciudadanos coinciden. De momento.