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| Foto: AFP

MÉXICO

Drama en el DF

El jueves en las primeras horas de la tarde la sede principal de la petrolera mexicana oficial Pemex se vio sacudida por una fuerte explosión que dejó 32 muertos y 101 heridos.

2 de febrero de 2013

El jueves en las primeras horas de la tarde la sede principal de la petrolera mexicana oficial Pemex, un añoso rascacielos de 54 pisos, se vio sacudida por una fuerte explosión que dejó 32 muertos y 101 heridos. Hasta el cierre de esta edición las causas del incidente eran desconocidas, pero las versiones más aceptadas hablaban de un problema de gases relacionado con el sistema eléctrico. De ser cierto que se trató de un accidente por falta de mantenimiento, el insuceso alimenta el debate sobre el futuro de una empresa nacional que por años fue motivo de orgullo para los mexicanos. La corrupción, la disminución en la producción y las pésimas condiciones de seguridad, que generan como mínimo una explosión anual, son los indicios de una empresa en decadencia que en pocos años dejó de producir 1 millón de barriles. Durante su campaña electoral, el presidente Enrique Peña Nieto habló de abrir Pemex a la inversión privada, pero esto requiere primero de una reforma constitucional. Lo único cierto es que, con lo ocurrido esta semana, viene un largo debate sobre qué hacer con la mayor empresa de México y la cuarta petrolera del mundo.