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EL DERECHO DE NACER

Crece polémica en Estados Unidos por posible proscripción del aborto.

15 de mayo de 1989

Quizás ningún tema como el del aborto ha dividido de manera tan radical y desde adentro a la moderna civilización occidental. En los Estados Unidos, por ejemplo, dio mucho que hablar y reflexionar durante la última semana. El domingo al mediodía, más de 300 mil personas marcharon por los alrededores del Capitolio en Washington para demostrar ante la Corte Suprema de Justicia y la administración Bush que la mayor parte de los norteamericanos favorecen el derecho de las madres al aborto. La magnitud del evento fue comparada, por los mismos medidores oficiales, con la que asistió en 1983 a celebrar el vigésimo aniversario de los derechos civiles. Hubo gente de todos los colores y tamaños. Desde miembros del Centro Martin Luther King de Atlanta hasta representantes de la Fuerza Gay de Nueva York. Celebridades como Whoopi Goldberg, Jane Fonda y Morgan Fairchild, participaron activamente en la manifestación y se liaron en ocasiones con un centenar de antiaborcionistas que portaban carteles y gritaban: "¿Y qué de los derechos del bebé?" o "¿ Y si el abortado hubieras sido tú?".
En la actualidad y desde 1973, cuando la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos falló a favor del aborto en el caso Roe vs. Wade, la práctica del mismo es segura y legal, por lo tanto amparada por la Nación. Pero en un país que retorna con fuerza al conservatismo, los enemigos del aborto no son pocos. Conforman una vasta mayoría, por lo menos para las toldas del Partido Republicano. Y fueron ellos quienes eligieron a Reagan y a Bush. Ambos mandatarios, en numerosas ocasiones, han expresado también como propio el sentimiento de no al aborto, y han ido creando, a su vez, poco a poco, una nueva opinión .
La marcha del domingo se realizó, según sus gestores, no tanto con el ánimo de convencer al presidente Bush de su error. (Se sabe que su esposa Bárbara difiere de su posición sobre el tema, pero él sigue firme y campante). Quienes están por el aborto temen más bien el regreso a épocas oscuras cuando las mujeres se liberaban de sus fetos en sitios antihigiénicos, utilizando en ocasiones ganchos de ropa o siendo atendidas por médicos improvisados que las dejaban desangrarse. Así que están interesados en que la Corte Suprema de Justicia se entere de la fortaleza del movimiento que protege el derecho al aborto para la mujer y lo mantenga en vigencia, a pesar del temporal, a partir del próximo 26 de abril. Ese día, la Corte comenzará a escuchar argumentos para decidir en un caso que bien podría cambiar radicalmente su actitud sobre el tema. El caso la obligará a fijar su posición frente a una ley del Estado de Missouri, que restringe la utilización de fondos de edificios públicos para atender y realizar abortos, así como obstaculiza la práctica del mismo después de los cinco meses de gestación. Hace 16 años, el máximo organismo de la justicia norteamericana falló a favor de los aborcionistas en el caso Roe vs. Wade, que dejó desde entonces sentada su posición ante el asunto. Pero mucho ha cambiado dentro de la misma institución desde 1973. Se estima que hoy en día, cuatro de sus nueve miembros son partidarios declarados del aborto, dos son sus enemigos confesos y dos más son indecisos. Así que una juez llamada Sandra Day O'Connor podría decidir de manera apretada la suerte del asunto. Se dice que la señora Day O'Connor, sin embargo, ha criticado en ocasiones aquella decisión del 73 y muchos aseguran que aborrece la práctica del aborto. Este detalle pone aún más en ascuas lo que puede pasar con este asunto tan delicado y que se refleja en forma tan masiva en las 4.400 operaciones de aborto que se llevan a cabo diariamente en los Estados Unidos.
En la gigantesca manifestación del domingo anterior participó un gran contingente de universitarias. Un 63% de las norteamericanas que se dice practican el aborto son solteras entre los 18 y los 29 años. Un 7% es menor de edad y un 36% se halla entre los 30 y los 40 años. "Es una decisión de la mujer", clamaban al viento las voces en protesta. "Es mi cuerpo y mi bebé. Es asunto mío" gritaban, alegando que nadie puede decidir mejor que la mujer. Que es un derecho civil de la mujer. Pero varios contramanifestantes pusieron un dedo en la llaga del conflicto humano y moral sin resolver: ¿y quién protege el derecho a la vida de los bebés? La sociedad y el Estado, responden ellos mismos. Entonces los pro-aborcionistas preguntan: ¿a cuántos bebés estarían ellos o el Estado dispuestos a seguir protegiendo también después de su nacimiento? ¿A cuántos en su ilimitado acto de amor podrían criar alimentar, garantizar una vida normal en ausencia o impotencia de los padres? "Sólo entonces --dicen los amigos del aborto--podríamos sentarnos a discutir lo del derecho a la vida".